abril 18, 2024

El Samhain celta y el Día de Difuntos

La muerte, y el ciclo de la vida en sus diversos sentidos, son el motivo de muchas festividades y ritos de la mayoría de las culturas del mundo. El Día de Difuntos, para los católicos, y el del Samhain, para los celtas, son dos tradiciones que representan dos maneras de concebir la muerte desde ópticas distintas y contrapuestas.

Aunque está por demás decir que el sentido primigenio que le otorgaban los celtas a la celebración del Samhain, que hoy en día se conoce como la fiesta de Halloween, nada tiene que ver con la festividad instituida en nuestra sociedad que se reduce a una gran feria de venta de disfraces y chucherías, y niños y niñas disfrazados que circulan por la calles pidiendo caramelos.

El sentido del Samhain, para los celtas tenía que ver con el ciclo vida, donde la muerte era entendida como parte de la vida, y a la cual éstos no temían, por el contrario se concebía a la muerte como “el camarada invisible que nos acompaña en el camino de la vida desde el nacimiento”, como señala el filósofo y teólogo irlandés John O´Donohue, quien afirma que el pensamiento celta “no estaba lastrado por el dualismo. No dividía lo que propiamente ha de estar unido”. Así, vida y muerte eran concebidas como partes de un mismo ciclo. “El dualismo que separa lo visible de lo invisible, el tiempo de la eternidad, lo humano de lo divino, les era ajeno”, dice O´Donohue.

Cuán lejanos estamos de comprender estos profundos significados que las culturas como la celta otorgan a la vida y a la muerte, que sin embargo, las culturas originarias de nuestros pueblos de América sí comprendían, y cuyas concepciones sobre la vida y la muerte estaban más cercanas a las de los celtas, por decir algo, que a la cultura de los colonizadores españoles.

Todo lo banaliza el mercado, en el sistema en que nos movemos todo se transforma en mercancía, en productos de compra y venta, en negocio y poco a poco se van perdiendo o desvirtuando los símbolos, y los significados se trastocan hasta vaciarse totalmente. Esa es, lamentablemente, una realidad que nos toca y que opera como velo que no permite ver ni intuir los significados de las cosas, que ciega y duerme la conciencia.

La cultura celta, por el contrario, era toda espiritualidad, aunque el catolicismo haya pretendido estigmatizar sus festividades y ritos como actos demoníacos. No olvidemos que, como lo mencioné en otro artículo, que el Día de Difuntos es una celebración pagana que la Iglesia Católica adoptó, con la intención de desterrar los ritos que practicaban las poblaciones de la antigua Inglaterra, Escocia, Irlanda y el norte de Francia, en la festividad del Samhain “señor de la muerte” (para los celtas), cada final de octubre representaba también el inicio de un nuevo ciclo agrícola, como un nuevo comienzo en lo espiritual. De modo tal que la Iglesia Católica instauró, en el siglo XII, la fecha de 2 de noviembre como Día de Difuntos, contentando así a los pueblos que iba evangelizando.

Estas precisiones, considero necesarias de ser compartidas, toda vez que en el imaginario colectivo de nuestra sociedad se vienen instaurando ideas erróneas sobre el origen y sentido de esta celebración del Samhain, más conocido hoy como Halloween, y que nada tiene que ver con la fiesta que se ha popularizado desde hace varios años en nuestro país, y que se celebra cada 31 de octubre.

La Paz, 31/10/2012

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