abril 18, 2024

Lenín Moreno, ¿el Junio Bruto ecuatoriano?


Por Ollantay Itzamná-. 


Dante Alighieri, en su obra Divina Comedia, nos cuenta la monstruosa historia de traición/asesinato cometido por el romano Marco Junio Bruto contra (¿su padre?) el Emperador de Roma Julio César, ocurrida en el año 44 aC.

Junio Bruto, probablemente por el romance abierto que Julio César mantenía con su madre y hermanastra, fue prohijado por el Emperador. Algunos historiadores sostienen que fue hijo biológico de Julio César.

Lo cierto fue que Junio Bruto, joven inclinado a la literatura, en el año 48 aC., traicionó al Emperador y guerreó contra éste (en la batalla de Farsalia), junto a Pompeyo, el militar que ordenó asesinar al marido de su madre.

Terminada la guerra, Julio César perdonó a Junio Bruto, y le premió con el cargo de Gobernador de la Galia Cisalpina. Al año siguiente, le nombró Pretor Urbano (máxima autoridad judicial) de Roma.

En el año 44 aC., nuevamente se consolida la conspiración de republicanos contra el Emperador, y Junio Bruto, junto a otros, asesinó en vía pública a Julio César. Dos años más tarde, el traidor asesino, al no soportar la culpa, se suicidó

En Ecuador, en 1953, nació, en una familia humilde de maestros, Lenín Moreno Garcés, en un rincón olvidado (Provincia de Orellana) de la frontera con Perú. Gracias a la labor pedagógica y política de sus padres, ascendió geográfica y socialmente, hasta llegar al corazón político del país.

Rafael Correa, en su bondad, prohijó al traidor de su pueblo

Por sus coqueteos juveniles con la izquierda, el entonces candidato a la Presidencia Rafael Correa lo acogió y promovió a Moreno como su candidato a la vicepresidencia (2006). Y así fue: ocupó el cargo de la vicepresidencia, junto al entonces Presidente de la República, Rafael Correa, entre 2007-2013.

Desde ese puesto de confianza, y capitalizando internacionalmente su condición de “discapacitado” en silla de ruedas, se proyectó y ocupó cargos en organismos internacionales.

Allá en 1998, cuando la lúgubre noche oscura neoliberal llegaba a su cenit en Ecuador, y la delincuencia sangrienta en ausencia del Estado ahogaba al país, Lenín Moreno sufrió un asalto armado que le dejó en silla de ruedas para siempre, producto de un proyectil. Sufrió en carne propia la consecuencia más dura de la violencia y desintegración social abonado por el sistema neoliberal en su país.

En 2017, el Presidente Rafael Correa, cumpliendo su palabra, optó por no ser candidato, y en su lugar designó a Lenín Moreno como candidato de Alianza País. Y así fue cómo Moreno llega a ser Presidente de Ecuador. Gracias a Rafael Correa, y a su década de gestión estatal eficiente que prácticamente convirtió a Ecuador en la séptima economía suramericana.

Correa hizo campaña electoral por Lenín Moreno, y el pueblo votó por él porque prometía continuar con las agendas de cambio humanista emprendidos por aquél.

Retorno del Ecuador al dominio norteamericano

Una vez posesionado como Presidente de Ecuador, Lenín Moreno emprendió a desbaratar las bases sustanciales de la “revolución ciudadana” asentadas por Correa y el pueblo.

Reestructuró la base tributaria del país, suprimió impuestos a los ricos, como en el caso de la tenencia de tierras. Devolvió con creces los privilegios fiscales a las empresas privadas.

Convocó al Gobierno norteamericano para que retome los procesos de ocupación/saqueo neoliberal del Ecuador (frenados en la década anterior). En ese sentido firmó varios acuerdos con los EE.UU., durante la visita reciente al Ecuador del vicepresidente de los EE.UU. Pence. Y, seguridad fue uno de ellos.

Comenzó a flexibilizar los derechos laborales ampliados en su cumplimiento por Correa. Dejando la suerte de los trabajadores al libre mercado laboral nuevamente.

Las empresas privadas comenzaron a retomar su participación decisiva en las empresas estratégicas y servicios públicos.

Una consulta ciudadana mañosa para encarcelar a Correa

Moreno, para aniquilar política y judicialmente a Rafael Correa, y a todos los actores principales del proceso de cambio de la década anterior, realizó una cuestionada consulta ciudadana (2018) donde aparentemente la población votaría sobre la vigencia o no de la indefinida reelección presidencial, pero la pregunta de fondo era sobre si el pueblo le daba o no potestad a Moreno para renovar a los integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS).

En la consulta ganó el sí. Moreno destituyó a los integrantes del CPCCS, puso a dedo a sus allegados como integrantes de dicho Consejo. Él nuevo consejo “transitorio”, destituyó a los integrantes del Consejo de la Judicatura (instancia de control judicial). Y, así CPCCS transitorio designó al nuevo Fiscal General TRANSITORIO de la República (Paúl Pérez, también expresamente anti Correa)

Inmediatamente, la fiscalía en el proceso penal que sigue en contra de los supuestos captores del ex Diputado Balda (en Colombia, 2012), tomó como COLABORADOR EFICAZ a uno de los ex agentes imputados. Y, éste declaró que Rafael Correa tenía conocimiento del secuestro. Y, ¡BINGO!: Correa ligado a proceso por delitos de asociación ilícita y secuestro.

Lo que vino y vendrá después en este teatro bacanal de linchamiento judicial, político y mediático ya sabemos.

Simultáneamente a esta trama político judicial, el Junio Bruto del Ecuador, obediente a sus amos neoliberales, que hace 20 años atrás lo dejaron en silla de ruedas, emprendió una guerra mediática espeluznante para sacar del imaginario del pueblo ecuatoriano la imagen benigna sobre Rafael Correa.

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