Si la apertura democrática posibilitó la explosión de demandas temáticas acerca de identidad 1 étnica y regional a finales de los años 70 y comienzo de los 80s, la relativa consolidación del régimen democrático permite y refuerza la demanda de ciudadanía social en un proceso de mutua influencia. En este periodo tiene lugar el fortalecimiento del discurso identitario cruceño, encabezado por el Comité Pro Santa Cruz, institución que se alza como el vigía de la cruceñidad.
Si bien el proceso de construcción de identidad va unido a un esfuerzo conciente de la élite política dominante para consolidar sus privilegios de poder regional frente al poder central; es a partir de la complejización socio-económica boliviana de los años 80, de las corrientes globalizadoras y las influencias culturales de los medios masivos de comunicación, que en Santa Cruz va surgiendo un movimiento de rescate y estudio integrado por historiadores, artistas, investigadores, quienes son atraídos por la élite dominante para construir una base de dominación legal, política y cultural que dará sustento al bloque hegemónico.
La construcción de la nueva identidad cruceña se construye sobre la base de la explotación del mito del centralismo y bajo el sentimiento regional de exclusión. Ambos dan vida a la propuesta autonomista que actúa como nuevo articulador político del proyecto de la élite política del oriente. Se basa en la diferenciación entre Bolivia (Estado fracasado) y Santa Cruz (región y cultura exitosa) como principales categorías sociales opuestas; con lo cual la historiografía cruceña reinterpreta el pasado tanto lejano como cercano, desde las necesidades políticas de su élite dominante.
El Comité Cívico lideriza este proceso de reflexión y concientización en torno a quiénes son los cruceñ@s y se replantea esta nueva identidad cultural oriental basándose en territorio, pasado común y mestizaje. 2 El fundamento étnicocultural de los cruceñ@s son por tanto los rasgos fenotípicos como culturales. Un componente de este poder simbólico ideológico son los medios de comunicación, completamente alineados con el pensamiento dominante y monopolizadores de la opinión pública.
La eficacia de esta estrategia discursiva identitaria: “el modo de ser del cruceño”, está en apelar a la emotividad regional y, lo novedoso es la apelación de lo cruceño como “lo camba” 3, resignificándolo de acuerdo a la necesidad política de crear un proceso identitario que cohesione la sociedad regional bajo una bandera común que es la cruceñidad.
Lo característico es la creación de símbolos como mecanismos de reinvención del pasado destinados a darle contenido y proyección a una historia común, a saber: bandera verde y blanco, escudo de la Media Luna, mojón autonómico, marchas por la tradición, festival “’Sombrero de Sao” y la revalorización de viejas tradiciones culturales, símbolos y vestimenta provenientes de tradiciones culturales indígenas.
Pensamos que la identidad cruceña es legitimadora hacia adentro, tal como la describe Manuel Castells, como introducida por las élites dominantes de la sociedad para extender y racionalizar su dominación frente a los actores sociales. De ahí que el discurso identitario camba deviene de un proceso diferenciador entre occidente y oriente.
Por otra parte, es evidente la precaria integración de la sociedad cruceña en lo que respecta a la identidad común; y si bien durante el período 1982-2007, se ha generado una serie de movimientos regionalistas en pos de impulsar un Estado autonómico; esta ausencia de identidad entre Estado y élite generó un conflicto político que tiende a ignorar las contradicciones internas del crecimiento y evolución del proceso de la identidad cruceña, invisibilizando la diversidad social, económica, cultural que alberga Santa Cruz.
Finalmente, el accionar de la élite política cruceña, —en el conjunto de las relaciones en las que se desenvuelve— ha visto renacer al regionalismo en el siglo XXI como parte de un “glocalismo”, de un proceso de globalización que doblemente reconfigura las demandas e identidades locales con un proceso de retroalimentación universal.
* Pereyra Ortiz, Mariella. “1982-2005: Tránsito y Gravitaciones Cruceñas. De Periferia a Centro”. En Repensar Santa Cruz 4 Perspectivas. Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria fBDM. Santa Cruz, Marzo de 2011.
1 Identidad es proceso de identificar los elementos comunes que unen a una comunidad comparándola con otras identidades, es decir con la “otredad”. Se construye, no es estática, inmutable, sino cambiante y dinámica.
2 El mestizaje integra” a pueblos indígenas del oriente e incorpora a nuevos ricos, a familias tradicionales pobres en ascenso y a familias inmigrantes.(Repite muchas de las ideas de amalgama de culturas, de razas y de sangre del mestizaje del 52).
3 Camba: término peyorativo que calificaba a peones, pongos y hombres de campo de las clases bajas y piel oscura.
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