El conflicto del TIPNIS se ha desdoblado. De una parte, está la duda efectiva que tienen algunas comunidades por la construcción de una carretera que vaya a pasar por su territorio. Por otra, se ha colado como una densa capa de humo una serie de posiciones que supuestamente luchan en apoyo a los pueblos indígenas.
El impacto del conflicto en el TIPNIS por la propuesta del gobierno para la construcción de una carretera, ha generado bastantes repercusiones tanto en Bolivia como a nivel internacional porque, de alguna forma, toca un tema profundamente sensible con el que la humanidad se enfrenta: la relación básica de la humanidad con la madre tierra en el proceso de reproducción de la vida.
Pero este tema cobra aun mayor relevancia y complejidad en la actual situación de crisis en la que las economías de aquellos países que creyeron haber alcanzado el “desarrollo” se derrumban, tanto en los países de capitalismo clásico en Europa occidental y EEUU como también en los países escandinavos que experimentaron el “Estado del bienestar” puro. Y frente al desconcierto que les provoca tal derrumbe, las únicas herramientas que poseen para dar cuenta de la crisis y enfrentarla son el neoliberalismo que implica mayores recortes y austeridad del gasto público o el neokeynesianismo que propone una mayor inversión que incremente el consumo para reanimar el crecimiento.
En este contexto, la experiencia de la construcción del estado plurinacional en Bolivia genera gran expectativa sobre cómo resuelve o fracasa en esta relación básica que es la materialidad del despliegue de toda esta construcción. Pero también provoca variadas reacciones que provienen desde lo más íntimo de los intereses o ideologías configuradas históricamente, especialmente en estas últimas décadas. Esta breve cartografía que ofrecemos a continuación tiene la intención de aportar con información y, al mismo tiempo, proponer algunos elementos para ser tomados en cuenta en el debate actual sobre el desarrollo y el vivir bien desde esta experiencia concreta, donde los problemas se desnudan en el proceso de un hacer cotidiano.
Para empezar es importante separar las aguas
El conflicto del TIPNIS se ha desdoblado. De una parte, está la duda efectiva que tienen algunas comunidades por la construcción de una carretera que vaya a pasar por su territorio. Pero por otra, por encima de esta realidad se ha colado como una densa capa de humo una serie de posiciones que supuestamente luchan en apoyo a los pueblos indígenas.
La oligarquía asentada en la Gobernación de Santa Cruz tiene tres objetivos: 1) configurar una organización política con participación indígena que se perfile para disputar al MAS en las elecciones, 2) preservar sus intereses económicos y beneficios que emergen del aislamiento del Departamento del Beni del resto del país, y 3) desgastar al gobierno de Evo Morales. También debemos mencionar a algunos dirigentes indígenas, no del TIPNIS sino de su dirigencia nacional, que tienen alianzas con la oligarquía. Además también están otros partidos de oposición como el MSM y el UN que desvirtúan la movilización indígena utilizando a los pueblos indígenas con los mismos fines.
Pero también hay grupos y personas que apoyan la marcha de manera honesta, actitud que merece mucho respeto, desde su sensibilidad con la naturaleza pero sin conocer la opinión ni la situación de las comunidades
Hacer a un lado esta especie de politización ajena o extraña separándola de las demandas de los pueblos es importante para poder abordar los problemas en ámbitos separados, por un lado los problemas reales y por otro las posturas sobre desarrollo y el vivir bien.
El problema de fondo
Dentro del TIPNIS hay muchas comunidades indígenas que desean, necesitan y exigen la carretera y hay otras a las que les preocupa los impactos que ésta pueda provocar en su territorio, mientras que otras comunidades y regiones circundantes han exigido esta carretera desde hace muchos años. Esto genera ciertos problemas: necesidades y preocupaciones contrapuestas, la gestión territorial de los pueblos indígenas y su desarrollo propio y, finalmente, su relación con el resto del país. Estos problemas solamente pueden ser resueltos y definidos por ellos mismos y el mecanismo más apropiado es la consulta.
Argumentos de oposición en contra de la carretera
- Plantean que la carretera beneficia los intereses del capital transnacional o una especie de subordinación al subimperialismo brasilero.
- Que se está afectando a los derechos de la madre tierra llevando el desarrollo capitalista a un área protegida y territorio indígena.
- Que esa carretera significa la depredación del parque contra la conservación y preservación.
- Que la carretera es parte de un proyecto extractivista orientado a explotar los recursos naturales de la zona.
- Que el gobierno de Evo Morales es un gobierno de campesinos y cocaleros y no es un gobierno indígena, por eso está en contra de los pueblos indígenas.
- Que la carretera es para fomentar el narcotráfico.
- Que la carretera es una imposición del gobierno.
Seguramente que para el pensamiento social latinoamericano, e incluso mundial, varias de estas acusaciones contra Evo Morales les parecerían fatales o por lo menos muy serias. Pero el problema no acaba aquí porque justamente también están los pueblos indígenas y este país mayoritariamente indígena con su presidente indígena llevando adelante su proceso de cambio y de descolonización, sin recetas ni esquemas viviendo a flor de piel las contradicciones que esto implica. Estas acusaciones tienen un carácter dogmático y un interés político contrario al contenido y sentido de este proceso.
Sin carretera ya es un parque depredado y sometido
La distancia entre Isinuta ubicada en el extremo sur del TIPNIS y el extremo norte, es de 100 kms aproximadamente. En este momento, ya hay dos tramos de carretera o sendas para camión abiertas por aserraderos: una que parte del sur hacia el centro y la otra parte del norte hacia el centro, ambas suman más de 80 kms, por lo que para unir estos dos tramos sólo falta abrir 15 kms de brecha y asfaltar toda la vía. Pero, más allá de lo reducido de esta área, nos preguntamos, ¿cómo es posible que ya existan estas carreteras o sendas en el parque?, ¿por qué nadie marchó para evitar que los aserraderos las construyan?, ¿qué pasó con la defensa del parque?
Así es, aserraderos. La explotación de madera en el parque es mucho mayor a lo que señalan los planes de manejo porque se está deforestando el parque beneficiando a estas empresas a cambio de unos centavos para las comunidades, por eso también una demanda de la Marcha indígena es anular el control estatal sobre la deforestación para que puedan explotar madera. A esto también se suman otras actividades como el turismo empresarial de lujo que tampoco deja nada para las comunidades ni para el país y la piel de lagartos sin manejo sostenible. En esta región el narcotráfico se esconde porque no hay menos presencia estatal y no utiliza carreteras sino otras vías de comunicación. Y una de las actividades más preocupante de la zona son las ONGs ambientalistas que producen buenos ingresos para ellos mismos a través de un asistencialismo basado en su visión de conservación como nueva forma de colonización.
El panorama del parque es desalentador, pero es peor el de los pueblos indígenas que están sometidos al aislamiento total del resto del país y abandonados a su suerte frente a la explotación de estos actores del desarrollo implantado sin consultarles a ellos y favorecido por la ausencia del estado.
…más que una carretera
En el parque viven 3 pueblos indígenas mojeño, yurakaré y tsimane en poco más de 66 comunidades, en todas estas comunidades las personas tienen que salir a abastecerse hasta comunidades más grandes o poblados de, por lo menos, algunos productos para su subsistencia, ¿qué significa esto?, que el circuito de la reproducción tradicional de las comunidades ha sido seriamente afectado ya sea por la reducción de sus condiciones materiales como ser la caza, la pesca, la recolección y la agricultura o ya sea por la mercantilización de su vida. Son comunidades que en cierta medida han sido subordinadas a la modernidad capitalista pero que al ser abandonadas y aisladas, no tienen las más mínimas condiciones para enfrentar esta explotación.
Su sistema alimentario tradicional ha sido totalmente alterado por la pérdida de alimentos valiosos y por la incorporación de otros alimentos nocivos provocando la pérdida de sus defensas en sus organismos biológicos y el deterioro general de su salud, por ejemplo, son afectados severamente por enfermedades infecciosas respiratorias letales que provocan una gran cantidad de las muertes; los ríos ahora reciben una contaminación urbana mucho mayor a la de antes provocando enfermedades infecciosas intestinales que provocan otra cantidad de muertes; a esto se suman las picaduras de víboras, la leishmaniasis y otras afecciones. El sistema de salud en la zona es totalmente precario recudiéndose a sólo un pequeño centro médico, algunas postas y visitas de médicos, promotores de salud o enfermeras con largos intervalos de tiempo.
La escuela en el área rural se convierte en una exigencia muy grande de gastos monetarios que son inalcanzables para una economía que no tiene actividades mercantiles, pero a pesar del esfuerzo que se hace por estudiar en la zona, los que estudian apenas completan primaria porque de los 38 establecimientos que existen sólo 3 de ellos cuentan con secundaria.
Y frente a estas exigencias monetarias: dependencia de algunas mercancías que compran, educación, transporte, muchos de los intentos de proyectos económicos alternativos que han intentado algunas comunidades fracasaron o no tienen posibilidad alguna por el elevado costo de sus productos que se incrementan por el escaso y costoso transporte.
En el polígono 7 del parque también viven productores de coca a los que se quiere estigmatizar en una estrategia diseñada desde EEUU, sin embargo, ellos viven allá hace mucho tiempo y su situación fue legalizada mediante convenios firmados durante gobiernos anteriores a los de Evo Morales donde se estableció una línea roja que delimita esta zona.
La carretera por el TIPNIS tiene varios significados: es geopolíticamente muy importante para la articulación del territorio de todo el país porque es la necesidad de unidad para evitar la fractura geográfica que la oligarquía intentó hace pocos años con la media luna; toda la economía del Beni depende de Santa Cruz por falta de su articulación directa con la región andina; es importante la articulación de la amazonía con el resto del país porque es un territorio abandonado. Y en relación a los impactos, probablemente sea posible tomar medidas adecuadas a lo largo de toda la carretera y especialmente en estos 15 kms.
La carretera tiene sentido en la construcción del estado plurinacional que se ha planteado la tarea de garantizar los derechos igualitariamente a toda la población. Contrariamente a las elites que gobernaban anteriormente manteniendo este territorio aislado utilizándolo como pastizales o haciendas y a los indígenas como peones y esclavos hasta hace muy pocos años, sorprende cómo ahora se muestran como los defensores de sus derechos.
No es nuestra intención emitir juicio sobre la realidad de estos pueblos indígenas que saben y han sabido resistir en estas condiciones, tampoco pretendemos victimizarlos para fundamentar ningún proyecto, creemos que frente a un discurso conservacionista que ignora o deforma tendenciosamente su realidad, son las mismas comunidades de los pueblos indígenas las que deben decidir y ponerse de acuerdo entre ellas.
Parques, descolonización y vivir bien
Por todas las contradicciones, necesidades y complicaciones expuestas arriba, nos preguntamos: ¿no será que los parques fueron implementados con modelos foráneos ajenos a nuestra realidad?, ¿no será que se olvidaron de la población que vive dentro de ellos?, ¿por eso mismo, no será que la conservación no es necesariamente y por definición la defensa de la madre tierra sino que puede ser también un esquema de desarrollo más bien moderno y capitalista? No es que los parques estén mal, pero cuando no se los implanta de manera artificial los resultados son confusos. Además de esta problemática de este esquema de desarrollo foráneo, también preguntarnos sobre esta problemática en relación a la situación general del país en un proceso de transformación y de resistencia al imperialismo, pues fácilmente en este contexto estos esquemas de desarrollo pueden volverse formas ideológicas con capacidad de materialización de preservar y restaurar su dominación.
Creemos que en este conflicto hay avances muy importantes para descolonizar nuestra visión sobre esta relación básica con la madre tierra pero no en base a modelos foráneos que ignoraron la vida de los pueblos sino en base a la experiencia y saberes milenarios de los pueblos indígenas. Pero esta herencia ancestral necesariamente tiene que articularse con la creciente sensibilidad en relación al planeta de sectores urbanos, de nuevas tecnologías. Esa es una articulación política porque se plantea el problema de la decisión sobre la reproducción de la vida, es algo activo y en movimiento, el vivir bien como proceso.
En ese sentido, muchas comunidades desean que el estado atienda sus necesidades de salud, educación, etc., sin que esto signifique su desaparición cultural, más bien podría significar con más fuerza su dignificación mediante la recuperación y ampliación de estos y otros de sus derechos.
En ese sentido, son precisamente los mismos pueblos y las comunidades las que tienen que decidir sobre su realidad y su territorio, evitando que decidan por ellos ciertas lecturas que se amparan en una supuesta defensa de la naturaleza pero que es irresponsable con la vida de los pueblos indígenas.
Consulta y Derecho al desarrollo
La intangibilidad del territorio contemplada en la Ley 180 aprobada por la anterior marcha bajo influencia de la visión conservacionista de las ONGs será puesta a consulta a las mismas comunidades (Ley 222), así como su derecho a decidir sobre las formas propias de su desarrollo. También se consultarán las salvaguardas para evitar asentamientos en este territorio.
En todo caso la consulta es la forma dialógica y democrática de resolver este conflicto. Ningún otro país del mundo ha sometido un proyecto nacional estratégico, pero además de comunicación y no de extracción de materia prima, a la decisión de los pueblos indígenas, esta es una experiencia originaria. El gobierno de Evo Morales, lo que está planteando con la consulta es escuchar y dialogar con este empoderamiento indígena-popular y someterse a las decisiones que emerjan de dicha consulta. Esta es la base real y fortaleza de este proceso, la democracia comunitaria.
Con sus aciertos y errores, con sus potencialidades y con sus limitaciones esta experiencia puede dar algunas pautas que en las teorías se encuentran con mucha dificultad. Quizás sea más útil para el pensamiento entender y vivir estas contradicciones tal como son para el sujeto popular, en vez de compararlas y condenarlas desde un imaginario ilusorio, moralista e inalcanzable.
* Integrante del colectivo Wiphala
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