marzo 29, 2024

“Nuestro planteamiento de liberación nacional es semejante a lo que fue en Bolivia que consiguió independizarse de los españoles hace 200 años”

En una cafetería en el centro de la ciudad de La Paz estaban sentados Asier Altuna, miembro de la izquierda independentista vasca (izquierda abertzale) y responsable de relaciones con América Latina, y Iker Urbina, diputado de la misma organización política con la formación Amaiur, para charlar con la ÉPOCA sobre sus impresiones en Bolivia y de la actualidad vasca. Altuna y Urbina visitaron Bolivia para acudir al VIII Congreso Nacional del Movimiento al Socialismo (MAS) liderado por Evo Morales organizado en Cochabamba entre el 25 y 27 de marzo.

La Época (LE).- ¿Cuál es el motivo de vuestra visita a Bolivia?

Altuna y Urbina (AU).- Hemos venido a Bolivia para conocer el Proceso de Cambio que vive. Llevamos haciendo esto con todos los países de América Latina desde el nacimiento de un debate interno que ha nacido en la Izquierda Abertzale (IA) desde el año pasado. Fuimos a Cuba, el Salvador, Nicaragua, México y ahora estamos en Bolivia. Estamos realizando nuevos y diferentes contactos con organizaciones latinoamericanas, incluso algunos contactos se aflojaron cuando hace 10 años el gobierno español ilegalizó nuestra formación de la izquierda independentista vasca. En el caso de Bolivia hemos estado en el Congreso del MAS, mostrando nuestra solidaridad y practicando el internacionalismo.

LE.- ¿Qué les ha aportado el Congreso del MAS?

AU.- Veníamos con una idea de un congreso clásico europeo, que no quiere decir que sea lo correcto, pero sin lugar a dudas lo que más nos ha sorprendido gratamente en el congreso del MAS es que la discusión de las ponencias era masificada, no solo cuando estuvo el Presidente Evo Morales, sino en todo el debate. Militantes que habían venido de todo el país a discutir su proyecto político es de envidiar. Es una demostración de la fuerza popular, garantía de futuro con cientos de personas que son representantes de miles de bolivianos. Además el Congreso fue algo peculiar, con mucha fiesta, no solo eran debates, sino también unión entre personas en momentos lúdicos. Este Congreso del MAS es una constatación de que en la primera independencia de Bolivia no se llegó a los pueblos originarios en si, que fueron los grandes olvidados y oprimidos, y ahora hay un despertar, una toma de conciencia de estos pueblos que fue visto en el Congreso. Cualquier movimiento de izquierdas le gustaría tener ese respaldo popular que posee el MAS. Había de todas las edades, mujeres y hombres, de diferentes lugares, culturas. En Europa actualmente no hay un debate político y de participación tan de moda como existe en América Latina, y en especial el caso de Bolivia.

LE.- Con el conocimiento qué estáis teniendo de los procesos de América Latina, ¿que o cómo vais a replicar en el País Vasco?

AU.- A todos los sitios donde vamos aprendemos cosas. Además de mostrar nuestra solidaridad también vemos como el MAS está en el gobierno, cómo funciona, y evidentemente nosotros también venimos con una labor de divulgar lo nuestro. Aquellas experiencias que se puedan sacar de cualquier sitio pues son provechosas, aunque se deben acomodar a nuestra realidad. En general venimos a aprender, replicar y a explicar. Posiblemente muchas cuestiones que estamos viviendo en Euskal Herria (País Vasco, Navarro y tres provincias vascas en Francia) pueden ser solucionadas con las realidades de los pueblos latinoamericanos.

LE.- ¿Cómo se sitúa el conflicto vasco y cómo se lo dan a conocer a los pueblos latinoamericanos que están muy desinformados por las grandes corporaciones mediáticas?

AU.- La clave fundamental en este momento es que hay un cambio de ciclo político en el País Vasco. Hemos pasado en los 50 últimos años de un conflicto armado, con la negación por parte del estado francés y español de la realidad de considerar a Euskal Herria como nación y fundamentalmente de dejar decidir nuestro futuro – qué relación queremos tener con los demás estados, en lo político y en lo económico, o qué modelo queremos – a un conflicto político. Vivimos una realidad en el estado español y francés donde nos tienen sometidos a su mandato, como subyugados a su proyecto neoliberal absolutamente arrasador que lidera la Unión Europea. Nuestro planteamiento de liberación nacional es bastante semejante a lo que fue en Bolivia y que consiguió independizarse de los españoles hace 200 años, hecho que a nosotros todavía nos tienen agarrados sobre la realidad de no dejar decidir nuestro futuro. Para nosotros esto es el núcleo del conflicto, donde en los últimos 50 años ha estado marcado por un conflicto político pero también militar mediante una resistencia armada o un planteamiento de liberación que era la organización ETA, la cual justamente hace año y medio decide poner fin a su lucha armada, efecto que salió como consecuencia de una reflexión fundamentalmente dentro de la izquierda aberzale y de una puesta por una vía estrictamente mediante mecanismos políticos y no militares. En esos parámetros la apuesta de la IA es absoluta, los pasos que a ese nivel se han ido dando este último año y medio tiene sus reflejos en tres elementos fundamentales que han marcado lo que debería ser un diseño de la resolución del conflicto y sus consecuencias.

Uno es el llamado Acuerdo de Gernika, que fue una hoja de ruta de la mayoría sindical, social y política de Euskal Herria para solucionar un conflicto armado con unas consecuencias duras como un gran número de presos, víctimas a todos los niveles, militarización por parte de los estados con apuesta de incrementar sus estructuras bélicas, pero evidentemente existe todavía el conflicto, sin existir un marco jurídico en el que todas las posiciones políticas puedan ser defendidas y puedan ser ejecutadas. Este acuerdo fue avalado por autoridades internacionales, como con Kofi Annan, en el segundo acuerdo de Aiete, donde se remarcó la hoja de ruta de Gernika que consideró básicamente que un primer paso ya se ha dado, el cese de la lucha armada por parte de ETA. Pero todavía no se ha hecho visible un segundo paso que implicaría a los estados español y francés poner vías de dialogo con ETA para abordar la solución de las consecuencias del conflicto, y evidentemente un diálogo entre todos los agentes sociales, partidos y sindicatos, para encontrar realizar ese acuerdo como marco incluyente en que todos encontremos un punto común donde todos los proyectos políticos puedan ser defendidos en igual de condiciones. El tercero es la iniciativa de la banda armada ETA al aceptar de manera directa los dos acuerdos, el de Gernika y el de Aiete.

LE.- ¿Es posible hacer viable actualmente la independencia de Euskal Herria?

AU.- No es posible al día de hoy, en el marco que ofrece la constitución española y en el campo jurídico francés, hacer efectiva la independencia de Euskal Herria. Así lo que se reivindica como solución política es el reconocimiento de la existencia política de una nació propia, Euskal Herria, y fundamentalmente el reconocimiento de decidir nuestro futuro.

Lo que sucede con el contexto actual del conflicto es que actualmente la mayoría de nosotros de la IA estamos viviendo una realidad que no conocíamos. Hay una cuestión que es importante remarcar, desde nuestro punto de vista el origen parte de la reflexión que hace la IA en una momento clave y la apuesta por superar el escenario del conflicto armado y pasar a un nuevo ciclo político y además esto se hace desde un punto de vista unilateral, es decir, sin esperar contraposición de los estados.

Esto es novedoso a todos los anteriores intentos de negociación de un proceso de paz, que los habíamos vivido en tres intentos, donde el proceso se iniciaba con un acuerdo previo entre el estado español y la banda armada ETA y que esto se convertía posteriormente en un conflicto de contraposiciones. Hoy el planteamiento es diferente, se hace desde lo unilateral, es una apuesta política de la IA. Esto no quiere decir que los estados francés y español no tienen que hacer nada, sino lo lógico de su acción es impulsar todo el proceso previo de la IA, en un momento de cambio de gobierno español, del PSOE al PP, donde la situación del PP es inmovilismo frente a este proyecto de paz y hemos reclamado que se incorpore a un esquema de solución. Como fue unilateral somos conscientes que tanto el estado español como francés son agentes políticos imprescindibles en lo que es la resolución del conflicto y no solo en el respecto de los derechos de los presos políticos vascos o lo que es el reconocimiento de las víctimas provocadas por los estados, sino en el apartado político donde los estados deben respetar también ese acuerdo incluyente unilateral.

Lo que ha conseguido poner fin a un ciclo y pasar a otro ha sido la apuesta de la IA, ratificada después por ETA. Esa situación de mal entendimiento entre ETA y los estados no llevó a ningún lado, así la IA busca superar ese escenario con sus acciones unilaterales. La IA en una situación de ilegalidad de 10 años está consiguiendo mantener las claves de una solución electoral para resolver el conflicto frente a un inmovilismo del estado.

LE.- ¿Pero qué proyecto político defendéis, más allá de la independencia de Euskal Herria?

AU.- Nosotros siempre hemos acompañado la lucha de liberación nacional a la lucha de liberación social, con otro modelo económico y de organización política. Ahora tiene una trascendencia mayor el salir de los parámetros neoliberales – como se utiliza en Bolivia como el Buen Vivir – que es lo que se está perdiendo del estado del bienestar en Europa, garantizar a todo el mundo una vida digna. Para nosotros solo es posible con soberanía propia y siendo capaces de decidir que políticas sociales aplicar. Por eso no se puede entender el cambio social sin el cambio político y viceversa. Los estados francés y español nos dicen que hay Democracia, pero bajo sus parámetros, con un modelo social y político que definen las elites y no se puede salir de ahí. Por eso está establecido en estos dos países un modelo capitalista, neoliberal y encima con tradiciones imperialistas.

Nosotros reivindicamos que el estado nos está vulnerando derechos políticos y civiles y fundamentalmente el derecho de poder decidir nuestro futuro como pueblo vasco.

LE.- ¿Nos podéis proporcionar algunos datos de las consecuencias del conflicto armado vasco y su importancia en la negociación de paz?

AU.- La hoja de ruta de la resolución de conflicto y de las consecuencias viene marcada por estos pasos. Y el estado español se mantiene al margen. Es difícil poner solución a un conflicto político teniendo 700 presos vascos en las cárceles. La apuesta de la IA para dar solución a esta situación de presos es prioritaria cuando muchos de ellos según los derechos que les corresponden deberían estar en libertad, por que han cumplido las condenas, o las tres cuartas partes, o por que están enfermos. Hay una situación grave que es la dispersión por cárceles del estado que se tienen a los presos a cientos de kilómetros. Son situaciones que son sencillas el darle solución. Existen otras situaciones que si requieren de un acuerdo político dentro del marco de solución. La IA también ha valorado tocar un tema que siempre se ha utilizado por parte del gobierno español para no avanzar, criminalizar,… que es el tema de las víctimas de ETA. En la sede del kursal se hizo recientemente una declaración reconociendo el sufrimiento que el conflicto armado ha provocado incluso llegando a términos indebidos. Situándose el tema de las victimas desde el ámbito internacional en una situación muy concreta, y nosotros lo hemos criticado por que pedimos que se tenga la realidad de todas las víctimas del conflicto no solo las de ETA, también las del estado. Reconocimiento desde la reconciliación, y la reparación, situándolo en parámetros internacionales que es reconocer la realidad de las víctimas de todo el conflicto, y una realidad es que ETA ha reivindicado sus acciones y ha reconocido lo que ha producido mientras que por otra parte no se da lo mismo por las víctimas del estado, torturas, desaparecidos, muertos,… sin reconocimiento e investigación.

Ubicando al País Vasco, un territorio de no más de 20.000 km. cuadrados, parecido a El Salvador, y con 3 millones de habitantes, en 50 años, se calcula en esta población más de 10.000 detenidos, 5.000 torturados, y hasta 800 presos, además de actos de represión. Hay una fundación que se ha puesto en marcha que se llama Euskal Memoriak que está reuniendo todos estos datos para tener esa memoria histórica que en cierta medida en pleno conflicto se ha olvidado, pero ahora en un proceso unilateral de paz se exige que salgan para abordar las consecuencias. El simple hecho de que 40.000 personas no podamos presentarnos a ningún cargo público para las elecciones por que a partir de 1978 hasta la ilegalización de las organizaciones de la IA pertenecieron a alguna de ellas, como Herri Batasuna, Batasuna, movimientos sociales, organizaciones juveniles, o eran trabajadores de periódicos que se cerraron por denunciar la represión del estado que llegó más o menos a 400 muertos por parte del estado. Una realidad que se intenta ocultar.

Dentro de represión se debe subrayar, y eso también lo han padecido los pueblos originarios de Bolivia, las represiones culturales a las que hemos sido sometidos. En 1978 nuestra lengua originaria, el euskera, estaba a punto de desaparecer y gracias al movimiento popular y nuestras luchas se está recuperando, es una lengua viva que va a más poco a poco. Un pueblo que ha sido muy combativo, como el boliviano, que ha mantenido sus lenguas es consciente de su pertenencia nacional.

LE.- ¿Muchos bolivianos no comparan erróneamente el suceso de nacionalismo periférico de la Nación Camba con la Nación Vasca?

AU.- Cuando estuvo aquí en 2007 la delegación de Askapena (Movimiento de Solidaridad Internacional Vasco) fue constante comparar nuestra realidad con la de Santa Cruz. Decíamos que el País Vasco en los últimos 100 años ha tenido una estrategia clara de separarse del estado español por que sobre todo en los últimos 200 años ha sufrido una represión estructural que ya los vascos no admitimos y preferimos la independencia. Además nosotros tenemos una lengua y una cultura propia que ha resistido y hay un deseo de independizarse. En el otro caso de Santa Cruz, se recoge la impresión de que cuando gobernaba la derecha en Bolivia no reclamaba la supuesta Nación Camba la independencia pero resulta que cuando llega Evo morales al gobierno Santa Cruz reclama esa independencia con la Nación Camba, una estrategia política para debilitar al gobierno de izquierdas. Así, en el País vasco, Cataluña y Galicia, naciones dentro del estado español, no se va en ese sentido oportunista y derechoide, sino en ámbito de lucha histórica. Tres naciones históricas que han luchado por sus derechos, y el estado los ha negado sistemáticamente. La realidad de Bolivia en el siglo XVIII y hasta que consigue su independencia en el siglo XIX es la que podemos tener actualmente en un contexto de la Europa actual. España mantiene a ciertas naciones que tiene reclamación histórica sobre una imposición propia en base a su Constitución. La clave fundamental es que nosotros no solicitamos la independencia por una cuestión egoísta de mantener nuestros recursos, como la Nación Camba, y afectar la riqueza española sino que es una cuestión de componentes culturales, defendemos un proyecto político socialista de vinculo entre naciones hermanas. Y otro dato objetivo es que no estamos con los cruceños y su demagogia independentista, sino que estamos con el MAS, con la izquierda y su proyecto de cambio.

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