febrero 19, 2025

Medios politizados Vs. audiencias pasivas

Día a día, observamos cómo en los medios de difusión, la labor periodística se ha ido enfocando cada vez más al ámbito político, situación que, paulatinamente, ha ido transformando a éstos en unos actores políticos más, en concordancia con los intereses de aquellos que definen las agendas en cada medio, reduciendo a las audiencias a meros espectadores pasivos de una “guerra mediática” entre medios oficialistas y opositores.

Sin embargo, en teoría, este reconocimiento no puede ser un pretexto para renunciar, como ciudadanos, a la exigibilidad de que éstos trabajen con equilibrio informativo, o a demandar de éstos un grado de responsabilidad social, que se traduzca en acciones orientadas a lograr sociedades cada más justas, equitativas y plurales.

No cabe duda de que los medios de comunicación juegan un rol que no es posible soslayar, pues, el poder de éstos de crear agendas y de influir en la opinión pública, es indudable, y es por esto que debemos estar más atentos sobre cómo trabajan la información que es de interés público, tanto en los medios estatales como en los privados, y ser capaces de desvelar las intenciones que están detrás de éstos, pues unos y otros tratarán de mostrarnos sólo una cara de la realidad, ignorando aquello que no les favorece a sus intereses. Así es cómo operan la mayoría de los medios de difusión, por cierto, cuando se trata de exponer o tratar temas que afectan a la vida política del país.

Pareciera que la ciudadanía habría perdido su capacidad de asombro y su sentido crítico sobre el modo de operar de algunos medios, que manipulan la información para lograr adhesiones a determinadas causas.

Empero, no podemos soslayar que en la construcción de una democracia intercultural, la comunicación, la información y la participación son indispensables, así como el debate y la deliberación sobre el tipo de sociedad que queremos construir. La pregunta que surge entonces es: ¿En qué medida los medios de difusión están dispuestos a contribuir a este objetivo?

Una sociedad democrática requiere de una participación ciudadana de calidad, es decir, que será de vital importancia que los diversos sectores ciudadanos estén debidamente informados y puedan expresar sus particulares puntos de vista al conjunto de la sociedad, lo que sólo es posible con la democratización de la comunicación, ideal que muchos y muchas perseguimos.

Pues bien, toda vez que los medios de difusión definen sus agendas en función de sus propios intereses políticos y comerciales, esa situación parece estar lejos de darse. ¿Será que estamos frente a una utopía más? Me parece que es tiempo de analizar este asunto con mayor realismo.

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