El 22 de enero celebramos un nuevo aniversario de la fundación del Estado Plurinacional. Es un día de regocijo pero también de evaluación de los avances en la construcción del Estado Plurinacional y en su proyección de Estado Socialista Comunitario. El Estado Plurinacional ha encarado importantes tareas para la recuperación soberana de nuestros recursos estratégicos, ha transformado normas y ha reformulado instituciones, está generando condiciones materiales para iniciar procesos de industrialización, articulación vial y de carreteras, mejoramiento de las comunicaciones hasta haber ingresado en la era espacial de las telecomunicaciones. El crecimiento sostenido de nuestra economía y el aumento histórico de nuestras reservas son aspectos que también nos dan espalda para encarar mayores proyectos, con solvencia y soberanía. En el ámbito internacional la presencia boliviana se ha producido como nunca antes en nuestra historia. Se han generado y se ha participado activamente en eventos de sociedad civil de carácter mundial, donde los movimientos sociales han sido los actores principales. En junio, el G-77 más China sesionarán en Santa Cruz en la refundación del grupo de países no desarrollados más grande en las Naciones Unidas. La confianza lograda para la realización de un evento mundial de esa trascendencia, revela el reconocimiento internacional a nuestro Estado. Otro tema por el que debemos congratularnos como bolivianos. Todos estos logros indiscutibles, sin embargo no deben frenar ni retrasar las tareas que están pendientes o que están encaminadas en muchos casos con deficiencias. Por eso reconocer nuestras debilidades nos hace más fuertes y nos prepara para enfrentarnos cada vez en mejores condiciones con la conspiración imperialista. Por ello la evaluación, la crítica y autocrítica deben constituirse en instrumentos imprescindibles, de práctica cotidiana para revertir el desarme ideológico que el neoliberalismo ha producido, así como para vigilar el oportunismo y corrupción en la que han caído algunos dirigentes que sin duda no merecían la confianza que se les había brindado, desprestigiando así el proceso. La desestructuración del Bloque Social Revolucionario es objetivo de la conspiración. El dividir a sectores indígenas, clases medias e intelectuales, campesinos y algunos sectores del proletariado es parte de sus objetivos. Sus agentes infiltrados en nuestro proceso se encargan de sembrar la cizaña que crece junto a la semilla. Identificar a estos conspiradores que vienen accionando desde dentro al servicio de la reacción y el imperio, produciendo brechas en el Bloque Social Revolucionario es tarea pendiente, además de reconstituir la unidad férrea de las alianzas populares que dieron origen al proceso de cambio, identificando y desplazando con firmeza a la derecha infiltrada constituye otra de nuestras tareas pendientes. La re-incoporación militante de los trabajadores al proceso de cambio, debe ser una oportunidad para el fortalecimiento y consolidación de la organización política revolucionaria, su vanguardia organizada y con mayores niveles de organización, movilización y defensa del proceso garantizarán enfrentar a la conspiración interna e internacional. Estas son algunas de las tareas imprescindibles a ser enfrentadas a partir de este nuevo aniversario de nuestro Estado Plurinacional, transito ininterrumpido y permanente hacia la consolidación del Estado Socialista Comunitario, objetivo material de la Revolución del Vivir Bien. * Fernando Rodríguez Ureña es zoociologo, con maestría en quimeras. Hizo su doctorado en la pluriversidad de Los Sauces en Lian Ma He Nan Lu. Alguna vez fingió como diplomático. |
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