marzo 29, 2024

Construir el programa de profundización del proceso de cambio

La revolución en Bolivia tiene tres componentes fundamentales en su génesis: el anticolonialismo, el anticapitalismo y el antiimperialismo.

Estos tres componentes orientadores de su ideología se materializan en el socialismo comunitario, concepto que en Bolivia expresa la unidad de dos proyectos históricos: el socialismo de los obreros y el comunitarismo de las comunidades indígena originaria campesinas.

Estos dos proyectos, en otro contexto y otro momento de la historia podían ser inclusive excluyentes: el primero porque subaternizaba al campesino para arrastrarlo tras sí como simple aliado y el segundo porque tenía una orientación sólo de emancipación social y cultural, de inclusión e igualdad, pero sin cuestionar el orden social y jurídico existente.

El proceso de la construcción del Estado Plurinacional, y la Revolución Democrática y Cultural que encarna, han permitido develar que en el caso boliviano, ambos proyectos pueden confluir en uno sólo pues tienen un poderoso denominador común: la doble representación de los obreros y los indígenas originarios campesinos resultado de tener un poderoso denominador común: la comunidad, origen de las luchas contra la colonia, el capitalismo y el imperialismo.

En ese contexto la formulación de un bloque social revolucionario que articule a todos los explotados económicamente y los oprimidos social y culturalmente, resulta siendo una consecuencia con fuerza histórica, porque permite identificar un contendor común y plantearse un programa mínimo de realizaciones revolucionarias que profundicen la revolución democrática y cultural iniciada.

A diferencia de otros momentos en la historia de Bolivia, esta vez, los explotados y oprimidos no han cedido su representación a alguien ajeno a ellos sino que han decido tener sus líderes propios, sin cesión de poder de ninguna forma: Evo representa justamente esa confluencia de los proyectos históricos de obreros, indígenas originario campesinos en un solo y poderoso gobierno que ya empezó a hacer historia con proyección de décadas: el bloque social revolucionario llegó para quedarse y materializar el proyecto socialista comunitario.

Sin embargo, este proyecto precisa de un programa que exprese esta vocación revolucionaria.

Y este programa, no puede retroceder y ceder posiciones en favor de quienes tienen posiciones reformistas que pretenden actualizarlas muy hábilmente camuflados.

Una tendencia que hay que señalarla por ejemplo, es aquella que sostiene que un remozado Estado de Bienestar es el Vivir Bien. Nada más alejado de la verdad! El Vivir Bien es un concepto parido por nuestro proceso y tiene un carácter potencialmente revolucionario pues propone valores absolutamente contrapuestos a los desarrollados por el neoliberalismo.

El crecimiento y la estabilidad son importantes pero no garantizan nada, sino que lo digan España, Grecia, Italia sólo para hablar de algunos países del primer mundo, que por años tuvieron crecimiento y estabilidad.

Nacionalizar la gran explotación minera en manos de transnacionales siguiendo el modelo seguido en YPFB, recuperando su producción en boca mina para industrializar esos concentrados riquísimos que hoy son exportados sin generar ningún beneficio para el Estado Plurinacional. Desarrollar la metalurgia, las fundiciones y la industria de recursos evaporíticos. Nacionalizar la tierra, es decir, recuperarla de manos extranjeras y devolver al Estado y las comunidades para el desarrollo de unidades productivas comunitarias y que además tengan el control estatal sobre los bosques y recursos hídricos, son tareas que están pendientes y que bien pueden ser desarrolladas por el bloque social revolucionario de obreros, indígena originarios campesinos y trabajadores de las ciudades y el campo.

La única manera de hacer profundizar la Revolución Democrática y Cultural es haciéndola avanzar.

El momento que se frene su impulso, será el momento del declive revolucionario.

Profundizar, profundizar, profundizar, deben ser las consignas que orienten el programa de este nuevo periodo de gobierno, que empezaremos a ejercer después de la victoria de octubre del 2014.


* Fernando Rodríguez Ureña es zoociologo, con maestría en quimeras. Hizo su doctorado en la pluriversidad de Los Sauces en Lian Ma He Nan Lu. Alguna vez fingió como diplomático.

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