por: José Luis Exeni Rodríguez
La denuncia es grave y puede generar consecuencias imprevisibles. Los principales medios impresos del país (diarios, semanarios y revistas), agrupados en la empresarial Asociación Nacional de la Prensa (ANP), estarían a punto de “apagar la voz” (sic) agobiados por la asfixia de sus finanzas. ¿Se imaginan? Bolivia se quedaría sin “medios independientes” porque el Estado, a través de sucesivas normas, les impone la obligación de publicar mensajes con “nobles propósitos”.
Así lo ha manifestado la ANP en un revelador aviso como inmediata reacción corporativa al Decreto Supremo 2145 que reglamenta la Ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. En su artículo 19 dicho Decreto establece que los diarios y semanarios deben publicar, de manera gratuita, una página al mes y las revistas media página al mes con mensajes orientados a promover acciones de prevención y educación a fin de reducir la violencia contra las mujeres.
Para los propietarios de medios impresos, que no ahorran adjetivos, la difusión gratuita de mensajes en sus páginas “esconde una intencionalidad de asfixiar a las finanzas de los medios de comunicación”. Más todavía: se trata de una “acción de atropello (que) arrebata los recursos” generados por sus empresas. Peor aún: es una “agresión económica”, una “inconstitucional medida”, un “injusto castigo”… Todo ello “camuflado en nobles propósitos”. Terrible.
Y no se trata solo de la nueva imposición de publicar una página al mes con mensajes contra la violencia que sufren las mujeres. Ya antes otras normas establecieron la obligatoriedad de publicaciones gratuitas contra el racismo y toda forma de discriminación, contra la trata y tráfico de personas, contra la inseguridad ciudadana, contra la discriminación a personas con discapacidad y contra el consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Qué abuso. Y sin una “remuneración justa”.
¿Pero de verdad estos mensajes gratuitos que deben difundir todos los medios (impresos, audiovisuales y digitales) provocarán su “asfixia financiera”?, ¿De cuánto tiempo y espacio estamos hablando? Según datos de la comunicadora Verónica Rocha, se trata de ocho páginas al mes en periódicos y revistas, 6 espacios en medios digitales, 80 minutos mensuales en canales de televisión y 160 minutos en las radioemisoras. De tanto difundir mensajes con nobles propósitos se quedarán sin voz.
Lo que no entiendo, y debiera explicarnos la ANP, es ¿de qué modo un diario como El Deber (para citar el caso emblemático) puede morir asfixiado en sus finanzas por publicar ocho páginas gratuitas al mes (o-cho) cuando destina en promedio ¡360 páginas! mensuales a su colorida sección Sociales? Y no hablemos de la gran cantidad de publicidad privada y estatal que reciben, unos más, otros menos, los asociados de la ANP. Algo está mal con sus cuentas. O con sus principios.
Sean generosos, operadores mediáticos. Contribuyan un poco, sin ganancia, al noble propósito de promover acciones de prevención y educación contra el racismo, las violencias y toda forma de discriminación. Ustedes saben bien que no hay asfixia. Claro que los mensajes gratuitos en sus medios privados, siendo saludables, no bastan. Es responsabilidad del Estado (que se gasta millones en propaganda gubernamental, gran parte prescindible) realizar campañas integrales, intensas y duraderas de comunicación e información. ¿Estamos?
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