Es gracioso. Con todo lo que se podría decir respecto a la corrupción que está siendo investigada en el Fondo Indígena, los opinadores mediáticos no paran de resaltar entusiasmados que los indígenas y los campesinos también pueden ser sujetos de corrupción. ¿A dónde quieren llegar señalando tal obviedad? Si de lo que se trata es de desmitificar al sujeto histórico que guio el proceso de cambio desde la expulsión de Sánchez de Lozada hasta la elección de Morales para la presidencia, entonces esto no demuestra otra cosa que un racismo a flor de piel que exclama: “!Mira, los indios también roban¡” Mencionar la etnicidad de alguien que perpetra un crimen es igual de estúpido que preguntar si el auto que me atropelló era de marca. No viene al caso. Sólo les faltaba decir que no debería haber un fondo exclusivo para indígenas. Por supuesto, nadie se atrevió…
Una segunda línea de opinión que se ha expresado respecto a este mismo tema explica la corrupción del Fondo Indígena a partir de la estructura corporativista del actual gobierno. Una forma de representación política que, según ellos, es perjudicial para el país porque cada sector va por su propio pedazo de torta sin considerar al resto de la sociedad…mmm… no sé, ¿tal como el corporativismo empresarial y multinacional que desfalcó el Tesoro General de la Nación durante casi 20 años de neoliberalismo? “Corporativismo” mucho más estrecho que el actual, donde el acceso al gobierno y al Estado era mediado por una mayor cantidad de partidos (MNR, ADN y MIR) pero donde el color de piel, el círculo social y el apellido eran determinantes para excluir a una gran parte de la población de las esferas del poder. ¿De qué otra forma explicamos 2003?
Es sabido que cada Estado está conformado por su propia configuración clasista o bloque histórico. El actual está conformado (o al menos lo estaba hasta hace algunos años) por campesinos, indígenas y obreros, a los cuales se está sumando una clase media y una clase empresarial. En resumen, la representación política, en la vida real, no se ajusta al esquema liberal de “un ciudadano igual a un voto”. La organización de individuos dentro de colectividades para defender sus derechos es algo totalmente previsible para cualquier persona con sentido común. Nuevamente, no tiene nada que ver con la corrupción. Se puede decir, por tanto, que toda sociedad es corporativista.
Con esto no se quiere ignorar lo que está ocurriendo. Si se ha de explicar de alguna forma los preocupantes e indignantes problemas que existen en el Fondo Indígena se debe tomar en cuenta otras variables: la no existencia (o no aplicación) del subsistema de contrataciones al interior de la institución, la falta de transparencia en la gestión de los recursos, falta de control social de las bases sobre sus dirigentes, etc. Es decir, deberíamos atender a los factores estructurales para explicar la corrupción dentro de esa institución.
En el transcurso de este viernes 6 de marzo, tres personas fueron aprehendidas en el marco de las investigaciones. Esta celeridad demuestra, también, que existe un serio compromiso para combatir cualquier irregularidad en el manejo de los recursos que, se supone, están ahí para mejorar las condiciones de vida de comunidades indígenas y campesinas.
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