marzo 29, 2024

Un feminismo útil para la lucha de los pueblos

por: Adriana Guzmán Arroyo

El feminismo comunitario fue parido en Bolivia dentro del proceso de cambio llevado adelante por un pueblo que quiere vivir con dignidad, que está cuestionando al sistema patriarcal, capitalista, neoliberal, colonial, transnacional, un pueblo comprometido con la despatriarcalización, la descolonización y la autonomía.

El feminismo comunitario no es una teoría, es una acción política que se nombra pero, por supuesto, hemos aprendido que además de luchar por el territorio, de luchar en las calles, hay que luchar en el territorio de las palabras, hay que disputar la hegemonía de los sentidos y significados del pensamiento eurocéntrico y, consecuentes con esa lucha, nos llamamos feministas y construimos nuestros propios conceptos, como un acto de autonomía epistemológica.

Hay que descolonizar el feminismo. Para el feminismo comunitario el feminismo es la lucha de cualquier mujer, en cualquier parte del mundo, en cualquier tiempo de la historia, que lucha, se rebela y propone ante un patriarcado que la oprime o que pretende oprimirla. Entonces, descolonizar el feminismo es dejar de pensar desde los parámetros y categorías del feminismo eurocéntrico, porque han demostrado ser insuficientes y se han encerrado en un sistema de derechos que en realidad encubre los privilegios de unas y unos pocos frente a las opresiones de las mayorías. Descolonizar el feminismo es dejar de pensar desde la dicotomía del colonizador y el colonizado, de asumir el tiempo como lineal y el pensamiento como superador de las luchas, la clase como explicación suficiente y la posmodernidad como proyecto político.

Descolonizar el feminismo es volver a mirar al patriarcado en su complejidad, como el sistema de todas las opresiones, no es un sistema más; es el sistema que oprime a la humanidad y a la naturaleza, construido históricamente y todos los días sobre el cuerpo de las mujeres. No podemos seguir asumiendo que el feminismo se reduce a la equidad de género, a la igualdad, a la diferencia o a la lucha por los derechos, cuando los pueblos en América Latina y el Caribe luchan por otra forma de vida.

Es imprescindible construir un feminismo útil para la lucha de pueblos, que reposiciona la discusión sobre el aborto en el campo de la autonomía y la descolonización del cuerpo y la sexualidad, que desmonta la maternidad en esclavitud y soledad con la crianza comunitaria como responsabilidad con la vida, un feminismo que reconociendo en el trabajo impago de las mujeres en el hogar la constitución misma del capitalismo, construya un modelo económico que no redite la explotación de nadie ni de la naturaleza, un feminismo que construya modelos de recuperación de los recursos, circulación de los productos y convivencia con la naturaleza para vivir bien.

El feminismo comunitario es un feminismo descolonizado, hemos construido conceptos, categorías y acciones útiles para desmontar el patriarcado, y tenemos como propuesta de sociedad y de mundo, la comunidad y la comunidad de comunidades, como forma de vida que se construye cada día y que es a la vez la forma de garantizar que el patriarcado no se recicle. El feminismo comunitario es la herramienta para la despatriarcalización, que hoy nos toca profundizar.


* Feminista Comunitaria.

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