Por Abraham Pérez Alandia *-.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya convocó a las partes (Bolivia y Chile) para dictar el veredicto final sobre proceso de la demanda que Bolivia presentó contra Chile, en el 2013, para pedir un diálogo obligatorio que tenga por objetivo una salida soberana al Océano Pacífico, cuya perdida tras la invasión anglo-chilena de 1879, en dramática e injusta contienda, favoreció, sobre todo a los objetivos del capitalismo globalizado. La Guerra del Pacífico dejó profundas cicatrices, no solo para Bolivia sino para la región, pendientes por resolver. Conflicto entre dos países vecinos y hermanos, como debe considerarse a Bolivia, Chile, Perú y, todos los países de la región.
El dato histórico nos demuestra que, el vínculo entre la región andina y la costa de Atacama se remonta a tiempos vetustos, cuando los territorios indígena-originarios se conectaban de modo permanente con el océano Pacífico. La cultura Tiwanaku desarrolló en su periodo expansivo, por lo menos, siete asentamientos en el Valle de Azapa en plena costa del Pacífico. El Estado Inca llegó en el sudoeste de sus dominios hasta el desierto de Atacama. El pueblo aymara tuvo siempre interacción y presencia comunal con la agricultura y la ganadería en espacios geográficos que conectan las alturas andinas con la costa marítima. Esta relación fue respetada por el ordenamiento colonial, base sobre la cual se fundó Bolivia con una extensa y rica costa en la región de Atacama, ejerciendo en ese territorio soberanía. Aspectos históricos que deben ser conocidos y considerados por toda la comunidad chilena-boliviana, así como de las generaciones presentes y futuras del continente.
Vale citar las frases de historiadores con ética y honestidad científica, uno de ellos plantea la siguiente idea:
“Es de conocimiento general la frase del escritor británico George Orwell en la que menciona que la historia la escriben los vencedores, generalmente para sepultar y falsear hechos, documentos y biografías, para posicionar un nuevo orden con su respectivo legado, el mismo que nos hacen repetir en las aulas desde niños. Sin embargo, están los historiadores como François Schollaert Paz, quienes no se conforman fácilmente con las ‘versiones oficiales’ y nos entregan una nueva mirada sobre hechos acaecidos en Sudamérica y su relación con Inglaterra”. (Leo Robles B; julio 22, 2015)
O, como dice la sabiduría popular: “tarde o temprano la verdad sale a la luz”. En ese contexto, lo que venga como dictamen de la CIJ, si hace justicia, tendrá que abrir espacios de valuar el futuro de dos países y de un continente que puede mostrar al mundo entero que en tiempos de paz es posible ofrecer un mundo diferente.
En la dimensión económica, hubo mucho daño tanto a Bolivia como a Chile, todo ello ocasionado por la lógica de un sistema económico (el capitalista) que ha demostrado ser concentrador de riqueza en espacios geopolíticos reducidos, dejando a gran parte de la geografía y población mundial condenada a la marginalidad.
Los periodos post Haya, cualquiera sea el contenido de dicho dictamen, convoca a dos países Bolivia y Chile, a dar un ejemplo histórico inédito y ejemplar para cambiar la historia de toda la humanidad.
En los últimos meses, se manifestaron muchas opiniones al respecto, desde ideas reaccionarias o retrógradas hasta imaginarios ingenuos, por parte de analistas de la geopolítica, la economía y la historia. Todas las opiniones innovadoras y creativas tiene su validez relativa; sin embargo aquellas que se dejan llevar por sentimientos retrógrados y conservadores, no tiene lugar en la consideración de colectivos que reclaman cambios revolucionarios en la conciencia de la sociedad, hacia la construcción de un mundo diferente.
Tomar en cuenta el comportamiento y los resultados económicos, favorables y/o desfavorables de estos dos países vecinos es un aspecto que debe ser considerado para que, en cualquier acuerdo bilateral, se proyectes niveles de desarrollo que favorezcan a la mayoría de la población, en ambos países, es decir al conjunto de las poblaciones populares postergadas hasta ahora.
Por ejemplo, tomar en cuenta el comportamiento de variables económicas en términos comparativos, véase el crecimiento del PIB, de ambos países en los primeros 17 años del presente Siglo XXI, (ver gráfico).
El gráfico nos demuestra con claridad el avance económico importante de la economía boliviana, en siete de los 17 y en ninguno negativo. Una salida soberana al Pacífico mejoraría este comportamiento, pero ese crecimiento no solo favorecería a la economía boliviana, sino que potencia la economía regional y, por ende también la de Chile. Es tiempo de pensar en el funcionamiento efectivo de proyectos de integración regionales que, fortalezcan a toda la región y dejen su vulnerabilidad frente a dominios hegemónicos que están en declive. Es tiempo de alianzas regionales estratégicas que logren el progreso y fortaleza de absolutamente todos los países integrantes de la misma.
En esta perspectiva valen mucho las posiciones y los mensajes del presidente boliviano Evo Morales, quien en sus expresiones que utilizadas en la asamblea de Naciones Unidas, dijo lo que sigue, a propósito del dictamen de la CIJ:
“Que sincere las causas y los efectos del conflicto que por más de un siglo nos distancia, que examine de manera crítica la insuficiencia de los pactos y los intentos para superar el encierro de Bolivia, que valore y proyecte las ventajas recíprocas de acuerdos oportunos y efectivos en el marco de los propósitos de -integración regional y global-”. (el subrayado es nuestro)
También el presidente Morales, manifestó el interés del país de lograr “una solución duradera, sostenible y mutuamente satisfactoria al centenario conflicto que enfrentó a dos países vecinos”.
Así mismo, vales tomar en cuenta la opinión económica de los empresarios bolivianos que se suman a la unidad del pueblo boliviano, en esta causa, con las siguiente reflexiones:
Los empresarios bolivianos calculan que un fallo a favor de Bolivia puede significar el crecimiento del PIB superior al 2%. Además, puede beneficiar también a Chile con la conformación de bloques económicos con Bolivia y Perú (subtítulo de medio de prensa escrita).
El dirigente de la CEPB manifestó que “un fallo del Tribunal de La Haya a favor de la demanda boliviana y una negociación efectiva posterior, pueden significar al país mucho más que asegurar un crecimiento del PIB superior en 2% o aumentar ingresos de hasta 1.000 millones de $us.” Calculo porcentual que se afirmó en muchos estudios al respecto.
El representante de los empresarios privados también indicó que una solución favorable a Bolivia en el diferendo marítimo incluir beneficios, también a la economía de Chile, por cuanto “se podrían generar bloques comerciales a partir de Perú, Bolivia y Chile, tres países que tienen el potencial de conectar los grandes mercados de América del Sur con los países asiáticos con exportación de materia prima y productos industrializados”.
Considerar estos beneficios y muchos más de la integración entre vecinos, no solo para ellos sino para toda la región, obliga a dejar ideologías retrógradas y construir juntos, futuras generaciones libres de taras y rivalidades que tanto daño nos hicieron y continúan haciéndolo.
* Docente investigador titular del IIE-UMSA, miembro de la “Red Boliviana de Economía Crítica”.
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