
Panamá-. La captura en la frontera colombo-panameña de un helicóptero con matrícula de Panamá cargado de cocaína perteneciente al colombiano Clan del Golfo, asestó un duro golpe al narcotráfico internacional, se conoció hoy aquí.
Una operación combinada de fuerzas de ambos países permitió la aprehensión de la nave y 224 kilogramos de la sustancia ilícita en paquetes con la marca que la identifica como perteneciente al grupo criminal, considerado el cártel narco más grande y poderoso de la región, según José Vargas, general de la Policía colombiana, quien viajó a la base binacional.
El decomiso se produjo tras un trabajo de inteligencia de estamentos de seguridad de las dos naciones, los cuales recibieron información de sobrevuelos de un helicóptero no identificado en la región del Darién, informó a periodistas Erick Estrada, director del istmeño Servicio Nacional de Fronteras.
Corresponde al Ministerio Público investigar si el helicóptero fue hurtado y determinar quién es su propietario y en qué circunstancias llegó a manos de ese grupo criminal, que lo utilizaba para trasladar droga hasta las costas de la nación centroamericana, explicó.
El Clan del Golfo controla la mitad de la droga que sale de Colombia, se calcula que tienen un ejército de unos mil 500 hombres desplazados en un centenar de municipios donde son la máxima autoridad y es liderado por Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el hombre más buscado en esa nación, aseguró Vargas.
Aunque informes de la Policía colombiana señalan al criminal bajo el alias de Nicolás, detenido en una cárcel de máxima seguridad, como el jefe de las operaciones desarrolladas en la mencionada frontera por el grupo paramilitar, también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AUC).
Según expertos en el conflicto de esa nación, AUC es considerado como el cártel más peligroso del país y logró extenderse a todo el territorio nacional tras la desmovilización de la guerrilla por los acuerdos de paz, expansión que les permitió acceder a nuevas fuentes de financiamiento y fortalecer la estructura armada.
El Darién, una tupida selva en cuyo corazón se ubica la línea divisoria entre Colombia y Panamá, es un territorio inhóspito y el único punto del continente donde se interrumpe la carretera Panamericana, que va desde Alaska, en Norteamérica, hasta Ushuaia, en Argentina, en las inmediaciones del Polo Sur.
Ese escenario natural, también conocido como Tapón del Darién, lo utiliza el crimen organizado para el tráfico de personas y estupefacientes, a partir de múltiples trochas y ríos que atraviesan la jungla, además de buscar apoyo en las empobrecidas comunidades del área.
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