Editorial Cambio-.
En una entrevista de casi media hora sobre Bolivia, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, sostuvo en la cadena televisiva CNN que en el sistema interamericano no hay ninguna herramienta, ningún instrumento para dejar sin efecto la candidatura a la reelección del presidente Evo Morales.
El representante internacional recordó que en Bolivia está vigente un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que es uno de los soportes legales para la repostulación de Morales, y que “ese dictamen es válido” a no ser que exista una instancia jurisdiccional superior dentro del sistema judicial boliviano.
En la entrevista citó los casos de Nicaragua, Costa Rica y Honduras, donde instancias legales competentes permitieron —como práctica y jurisprudencia— el mecanismo de la reelección como derecho humano.
No solo eso, Almagro aludió a los grupos de oposición que rechazan la candidatura del presidente Morales y les sugirió de manera amable que canalicen/ratifiquen su demanda mediante las elecciones generales del 20 de octubre.
Les recordó que tienen a su disposición mecanismos como el recuento de votos y que la Organización de los Estados Americanos velará por que las justas electorales sean transparentes.
Esos son algunos aspectos de la entrevista que concedió el Secretario General de la OEA semanas después que desató una polvareda en la derecha (local e internacional) y sus actores políticos /mediáticos por haber asegurado en su visita a Bolivia que “decir que Evo Morales hoy no puede participar (en las elecciones generales), eso sería absolutamente discriminatorio con los otros presidentes que han participado en procesos electorales sobre la base de un fallo judicial, reconociendo la garantía de sus derechos humanos”.
De manera casi inquisitiva, el entrevistador del canal televisivo estadounidense cuestionó la postura de Almagro sobre las acciones que podría hacer la OEA para atender el pedido de sectores opositores para inhabilitar la candidatura de Morales.
Ante ello, su respuesta fue contundente: Los “estándares del sistema interamericano hoy me dicen que no hay ninguna herramienta, ningún instrumento para dejar sin efecto esa candidatura a la reelección (de Evo Morales) y que la misma va en curso como fueron en curso otras tres anteriores. Esa práctica está instalada”.
Las tres anteriores se refieren a las postulaciones presidenciales de Costa Rica, Nicaragua y Honduras, en las que fallos judiciales competentes —con sus propias especificidades según el país— determinaron que es un derecho humano ser elegido en las elecciones.
El caso boliviano es el cuarto en la región y forma parte de la jurisprudencia internacional, ya que se basa en el artículo 256 de la Constitución Política del Estado boliviana y en el artículo 23 del Pacto de San José de Costa Rica.
Además de ello, existe un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (cuyas sentencias son vinculantes y de cumplimiento obligatorio y contra ellas no cabe recurso ordinario ulterior alguno) que permite que el soberano ejerza el derecho de elegir y reelegir a las autoridades que considere.
Por otro lado, ante las preguntas sobre la postura de los sectores opositores de impulsar una campaña del no a la reelección de Morales, Almagro les recordó que está en curso el proceso electoral y esos sectores deberían canalizar su protesta mediante las urnas, es decir, en la votación de los comicios previstos para el domingo 20 de octubre.
“La OEA —dijo Almagro— les está dando un mecanismo para revalidar. Si van a decir que no, que se diga que no de nuevo en ese proceso electoral. La gente que tenga certeza de las garantías de la observación electoral de la OEA y que ese resultado tenga una validez; lo tiene el sistema político boliviano”.
Es más, el funcionario internacional incluso sugirió a los opositores que “tienen la posibilidad de contar los votos de nuevo, de decir que no de nuevo” en las elecciones, las cuales tendrán como observadores a delegados de la propia OEA y de otras instituciones internacionales.
Sin embargo, pese a estos argumentos legales, a la jurisprudencia y la práctica en la región, sectores/actores de la derecha boliviana optaron por una irracional arremetida contra el Tribunal Supremo Electoral exigiendo la renuncia de los vocales.
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