Por Fernando Rodríguez Ureña * -.
En una anterior nota, anunciábamos que señalaríamos algunos de los bancos relacionados con actividades ligadas al narcotráfico.
Se tratarían del Bank of America, Citibank, Wachovia convertido hoy en Wells Fargo, American Express y Western Union. El otro, es un Banco de origen suizo HSBC, pero con operaciones en Estados Unidos.
En 2011 el Banco Wachovia además de utilizar sus cuentas para transferir millones de dólares a través de sus casas de cambio en México, al cartel de los Zetas, blanqueo el efectivo utilizado para transportar 22 toneladas de cocaína a EE.UU.
Paradójicamente el mismo año mismo año Wells Fargo compró Wachovia sin ninguna observación legal. Wachovia había transferido a México la enorme suma 378 mil millones de dólares.
También en 2011, HSBC, fue multado por mecanismos de regulación norteamericanos por lavar mil cien millones de dólares del cartel de Sinaloa entre los años 2006 y 2008, a través de sus cuentas.
Durante el año 2012, el FBI acusó al Bank of America de lavar dinero mediante carreras de caballos del Cartel Mexicano de los Zetas, a través de Tremor Enterprises LLC con sede en Texas. La investigación fue desahuciada y el banco quedó en la impunidad.
El mismo año, el Citigroup fue acusado de lavar dinero del Cartel de los Zetas mediante su filial en México denominada BANAMEX USA. Cerca de 70 millones de dólares de Peña Arguelles palo blanco de Manuel Treviño, líder de los Zetas. Se “legalizaron” mediante cuentas del Citigroup.
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El 2014, en Massachusetts, un detective del FBI mediante declaración jurada, acusó y denunció ante el Departamento de Justicia de EE.UU., que Citigroup envió decenas de millones de dólares a Colombia, evitando de esa manera sanciones y problemas legales. Esta denuncia no prosperó y el Citigroup no tuvo mancha alguna. Esta vez, nos enteramos que Jack Lew, Secretario del Tesoro de la Administración de Obama, era alto directivo del Citigroup.
Para que legalmente se produzca el encubrimiento, se practica lo que se llama el Acuerdo de Fiscalización Diferida, por el cual el banco paga una multa, coopera con la investigación y se compromete a no violar la ley otra vez.
Mediante este protocolo, ningún de los bancos mencionados sufrieron sanciones penales significativas por torcer procedimientos.
Gary Web, experto investigador norteamericano en temas de inteligencia y militares, autor de la investigación que lleva por título Dark Alliance (La alianza oscura), llega a las mismas conclusiones cuando señala que el Departamento de Estado con sus agencias (CIA, DHS, FBI, DEA, NAS), tienen relaciones con la Banca Internacional donde el HSBC juega un rol protagónico.
Si bien, estos son algunos ejemplos de las formas de articulación de las actividades del narcotráfico con la Banca norteamericana, existen también ejemplos fehacientes de la relación del gobierno de los Estados Unidos con la actividad delincuencial del narcotráfico.
Un Drug Gate (recordando al famoso Watergate que acabó con la Presidencia de Nixon), se pudo haber producido durante el gobierno de Obama, cuando un Boeing C-17 Globemaster III militar, caracterizado por su gran capacidad de carga y autonomía de vuelo, bautizado por la Fuerza Aérea Norteamericana como Spirit of Delaware, participó en una operación encubierta de tráfico de drogas.
Dicha nave, arribó el 25 de julio de 2013 a Costa Rica, con vuelo de origen en la Base Militar Dover, con destino a al aeropuerto internacional de Liberia, localizado en el noroeste de Costa Rica para participar en la operación denominada Eagle Egg (Huevo de Águila), para transportar 30 toneladas de cocaína, provenientes de Colombia y Perú con destino a EE.UU.
El carguío lo realizó la DEA el 26 de julio, partiendo hacia el país del norte, con escala en la Base Soto Cano de Honduras, administrada por el Departamento de Defensa de EE.UU. (DOD), con arribo posterior al Aeropuerto Militar Jacksonville en Florida, luego de 6 horas de vuelo.
La noticia fue dada a conocer por medios costarricenses, sin embargo toda la operación podría aducirse que no existió jamás, por el secreto y estricto silencio que los organismos norteamericanos y sus agencias de noticias, mantuvieron sobre ella.
En otro caso, como puede explicarse que Jesús Vicente Zambada Niebla, Jefe del cartel de Sinaloa, se estrelle con cuatro toneladas de cocaína en un Jet de la CIA, para posteriormente declarar ante la Corte Federal de Illinois que estaba trabajando codo a codo con el gobierno de Obama, en operaciones encubiertas para exportar cocaína, en combinación con las agencias del Departamento de Estado.
Todo esto nos permite concluir momentáneamente que en comparación con otros bienes económicos como el petróleo, el gas, los servicios tecnológicos, el tráfico de drogas, es el que ofrece mayores ganancias a nivel mundial. Pero además de dinamizar las finanzas, la actividad financiera ligada al narcotráfico, dinamiza otras esferas como la química y farmacéutica, la de transportes, de logística y por supuesto la de las armas.
Estados Unidos, gasta anualmente 100 mil millones de dólares en drogas, convirtiéndose en el mercado por antonomasia de los narcotraficantes, moviendo volúmenes monetarios incalculables, que por supuesto, deben ingresar en los circuitos legales, mediante la banca, que a su vez, por esta vía incrementa exponencialmente sus ganancias.
Por lógica, los Estados Unidos debe proteger mediante sus aparatos, el más rentable de sus negocios que además sea probablemente el mecanismo de financiamiento más importante de su complejo industrial militar. Continuaremos en una tercera entrega.
* Sociólogo. Militante Guevarista.
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