La Selección boliviana rompió el maleficio de los malos resultados con una victoria cómoda. Derrotó a Haití por 3-1 en partido amistoso en fecha FIFA que se jugó ayer en el estadio Ramón Tahuichi Aguilera, de Santa Cruz. Fue un duelo atractivo, intenso y con buen trato de pelota.
La Verde comenzó con ansias de liquidar el pleito desde el primer minuto, pero se topó con un equipo caribeño ordenado, con buena marca especialmente en el mediocampo, que cerró los caminos a su portería.
La primera sensación de gol se generó a los 8 minutos, cuando Gilbert Álvarez probó un remate que atajó el golero Placide. Hasta antes del cuarto de hora, la Selección creó otras cuatro situaciones de gol que el guardameta volvió a conjurar con seguridad.
Cuando más cerca estaba de inaugurar el marcador, Bolivia recibió un revés a los 20’, con un autogol de Gilbert Álvarez, quien en su afán de despejar anotó en propia meta.
Reaccionó el equipo nacional y se fue con todo en busca del empate, que llegó a los 25’ a través de Erwin Saavedra con un remate de larga distancia.
El cuadro visitante no se quedó atrás y en un rápido contragolpe, Frantzdy Pierro estrelló el balón en el travesaño con Rómel Quiñónez vencido.
En el ida y vuelta, Bolivia fue más aplicado. En una rápida transición de defensa a ataque, Saavedra pone adelante en el tanteador después de recibir un pase filtrado de Paul Arano.
En el complemento, la visita volvió con otra actitud, con más fuerza y velocidad. A los 50 minutos, estuvo cerca de igualar en una jugada anulada por el árbitro del partido.
La defensa del equipo de Farías volvió a exponer falencias y los caribeños no se mostraban certeros a la hora de definir.
La respuesta boliviana llegó gracias a un tanto de Álvarez a los 56, dejando el 3-1 en el marcador con un remate de derecha justo en el centro del área.
En la recta final del juego, el portero boliviano Rómel Quiñónez se erigió en el mayor baluarte del seleccionado nacional porque evitó la caída de su arco en varias ocasiones.
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