SANTIAGO DE CHILE -. La oposición chilena reaccionó hoy con dureza a las declaraciones del presidente Sebastián Piñera, quien «privilegió orden y seguridad», antes de entrar a reformas estructurales para responder a las demandas surgidas tras el estallido social del 18 de octubre. El presidente del Senado, Jaime Quintana, dijo haber quedado muy preocupado con las palabras del mandatario a la cadena BBC.
«El Presidente no logra leer la profundidad de esta crisis social. No se abren los temas sustantivos que el país está solicitando y donde, más allá de que el Parlamento manifieste unidad, se requiere la iniciativa del Ejecutivo en muchos aspectos», señaló el legislador del opositor Partido Por la Democracia (PPD).
Añadió que «es incomprensible responsabilizar al Parlamento de no terminar de aprobar la reforma tributaria» y puso como ejemplo «todo lo que el Gobierno concordó con la Democracia Cristiana (DC) no tiene ningún sentido, eso se cae completo» y precisó que «en buena hora, finalmente, eso hoy no está aprobado y no es ley» por cuanto rebajaba impuestos a los más ricos. Para el senador democristiano, Francisco Huenchumilla, Piñera «no logra calibrar la profundidad de la crisis que tenemos y tampoco tiene claras las causas de por qué se produjo».
Para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), las declaraciones del jefe de estado son «una provocación». «Yo creo que es lamentable. Si hay alguien que hoy es el principal responsable de los hechos de violencia y de la radicalización que ha ido adquiriendo la movilización social es, precisamente, el Gobierno, con su falta de diálogo efectivo, con sus respuestas que claramente no están a la altura de las expectativas», señaló la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa.
La sindicalista dijo a radio Cooperativa que las expresiones del gobernante generan, «de alguna manera, una suerte de provocación, porque lo que genera es más rabia, más impotencia» porque «el Gobierno insiste en una agenda que ya fue rechazada en las calles».
Piñera, al ser consultado por la salida de la crisis en Chile, respondió que «lo que quiero es lograr un acuerdo, escuchar a la ciudadanía con atención y humildad. Ponernos de acuerdo en el mundo de la política». Justificó que «a nosotros nos cuesta mucho impulsar la agenda legislativa en el parlamento porque tenemos minoría y nos bloquean muchos de los proyectos de ley, por ejemplo, la reforma a las pensiones. Necesitamos unidad, acuerdos, grandeza, responsabilidad».
Consultado por una nueva Constitución, como hoy la aprueba el 85% de la población según las últimas encuestas, el mandatario señaló que «por supuesto, después de restaurar el orden público y poner en marcha la agenda social, no termina el debate y vendrá una segunda etapa en que estamos dispuestos a conversarlo todo, incluyendo una reforma a la constitución».
Frente al mecanismo de una Asamblea Constituyente, también pedida en las calles por los manifestantes, el jefe de estado sostuvo que «en una democracia como la chilena, hay una instancia para discutir las reformas constitucionales y esa instancia es el Congreso. Y el Congreso podrá decidir el camino a seguir».
«Hay que partir por ponernos de acuerdo en qué queremos, qué cambios queremos introducir a la Constitución. Hay algunos que no le importa el fondo, lo único que quieren es el método», criticó el mandatario. (ANSA).
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