abril 18, 2024

Proteger a indígenas de Covid-19, un olvido imperdonable en Bolivia


Por Nara Romero Rams * -.


La Habana-. Los pueblos indígenas de Bolivia son los más vulnerables ante la pandemia de la Covid-19, ya que las estrategias del gobierno de facto para evitar la propagación de la enfermedad olvidó la prevención para ese sector.

Ante la compleja situación epidemiológica en el país sudamericano, el régimen de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, adopta medidas para combatir la pandemia que, aún sin llegar a todas las personas, deja fuera a los asentamientos originarios que representan el 48,3 por ciento de la población.

El presidente de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños de Beni, Héctor Tamo, reveló a principios de mes una carta enviada a Áñez donde exigen la coordinación de acciones preventivas en esas localidades.

‘Nosotros exigimos que se cumpla lo que hemos escrito en nuestro documento, porque los pueblos indígenas estamos como si nos hubieran olvidado, estamos a la merced de cualquier enfermedad que pudiera venir y más de este virus que ha llegado a nuestro país’, precisó Tamo.

El Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social y la Organización de Apoyo Legal y Social resaltaron la necesidad de trabajar en conjunto con las instancias de representación indígena para la gestión de ayuda humanitaria.

Asimismo, requieren de una reglamentación especial para garantizar la distribución de la canasta familiar a las comunidades, el establecimiento de canales de comunicación entre los centros de salud para monitorear a posibles enfermos y la emisión de mensajes informativos en lenguas indígenas.

Interculturalidad, otra demanda en el combate a la Covid-19

La Subcentral del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Securé (Tipnis) destacó el enfoque intercultural a tener en cuenta por el Ejecutivo para implementar los planes de contingencia sanitaria para garantizar la seguridad alimentaria de las 64 comunidades que integran el territorio.

Atención en salud, equipamiento y medicamentos en todas las comunidades, canasta familiar suficiente, asistencia social, plan de nutrición materna infantil y la información clara, oportuna y veraz fueron las exigencias transmitidas a la mandataria de facto.

El Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Securé, ubicado entre la llanura beniana y las sierras subandinas de Cochabamba, está declarado área protegida y habitado por diferentes comunidades de etnias originarias del país.

Por otra parte, la Asamblea del Pueblo Guaraní solicitó también la atención inmediata y prioritaria con medicamentos y primeros auxilios, así como la entrega de víveres para las familias asentadas en los departamentos de Chuquisaca, Santa Cruz y Tarija.

Autoridades comunitarias de Charagua Iyambae (Chaco) alzaron sus voces a favor de las comunidades dispersas y ubicadas en territorios de difícil acceso, la viabilización de los recursos del Fondo de Desarrollo Indígena y de la ayuda internacional para la atención de esas familias.

La emergencia desatendida en el departamento de La Paz

En emergencia por el nuevo coronavirus se declaró a principios de abril la Central de Pueblos Indígenas de La Paz y por medio de una nota enviada a Jeanine Áñez solicitaron ayuda humanitaria inmediata.

La asistencia en áreas de salud, seguridad alimentaria y economía de una forma oportuna y efectiva para llegar a las familias más afectadas son algunas de las demandas hechas por esa organización.

El documento solicitó el ingreso de brigadas médicas por vías terrestres y fluviales a las comunidades, el abastecimiento de insumos médicos, la dotación de las canastas básicas para las 10 mil familias afiliadas, así como la condonación total del pago de los servicios básicos para adultos mayores, viudas y personas enfermas y/o con discapacidad.

Asimismo, ampliar los periodos de pausa para el pago de préstamos bancarios e impulsar los proyectos destinados a la adecuación de los pueblos indígenas a contingencias sanitarias.

Múltiples son las demandas de los pueblos originarios de Bolivia para evitar la propagación de la Covid-19 con el acompañamiento gubernamental y, a más de 25 días de la aparición en el país del nuevo coronavirus, ese sector poblacional sigue desprotegido.

Un comunicado del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social y la Organización de Apoyo Legal y Social así lo denunció y al mismo tiempo lamentó que ninguna de las medidas adoptadas hasta el momento tome en cuenta la realidad de los pueblos originarios.

‘Su condición de población empobrecida y marginada tiene que ver con el bajo acceso a los centros de salud, insuficientes niveles de nutrición, cambio en sus patrones alimenticios que, a su vez, les generan enfermedades de base que les caracterizan como un grupo de riesgo’ indicó el comunicado.

La traducción de los mensajes del Ministerio de Salud a idiomas nativos como el aimara, quechua, mojeño, guaraní, ayoreo, yuqui, sirionó, esse-ejja y t’simane fue nuevamente planteado.

Las poblaciones indígenas más numerosas en la nación andino-amazónica son las de quechuas (1,2 millones) y aimaras (1,1 millones), según el censo de población de 2012.

Sin embargo, Alex Villca, de la Coordinadora Nacional en Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas en Bolivia, ve más allá de la pandemia y los efectos a largo plazo.

‘Habrá un hueco grande en la economía global y, por tanto, puede ser una excusa para que se arremeta más contra la naturaleza, los territorios indígenas y las áreas naturales protegidas donde ellos están’, enfatizó Villca.

A su juicio, la distracción mediática sobre el nuevo coronavirus deja espacio para temas como el asesinato de líderes sociales en Colombia, varios de ellos indígenas, y el silencio será mayor que el acostumbrado.

El tiempo pasa y la aparición de nuevos contagios en Bolivia aumentan, pero las medidas gubernamentales, muchas de ellas criticadas por violar los derechos humanos y la Constitución Política del Estado, todavía no toman en cuenta a los pueblos indígenas.

Hasta el momento no se tiene información de enfermos en ese grupo poblacional, un olvido del gobierno de facto que la historia no perdonará.

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