Por Soledad Buendía Herdoíza-.
Esta emergencia sanitaria debería dejarnos algunos aprendizajes en varios ámbitos, uno de ellos es sin duda la educación.
¿Nos preguntamos cuáles las buenas prácticas de enseñanza que deben desarrollarse en educación?
Para responder la pregunta, partiremos de la definición de buenas prácticas de enseñanza hecha por Guzmán, que establece que son “el conjunto de acciones realizadas por el docente para propiciar el aprendizaje de sus alumnos, formarlos integralmente y favorecer los procesos cognoscitivos complejos como pensamiento crítico y creatividad, entre otros”. Estas buenas prácticas docentes se pueden distinguir por la valoración hecha por los estudiantes y colegas.
Para ser un buen docente es fundamental tener vocación, amar enseñar. La actitud del docente se constituye en piedra angular del proceso, debe disfrutar enseñar, ser responsable y comprometido, debe actualizarse de manera permanente. Debe ser respetuoso, abierto y empático con sus alumnos, generar confianza en ellos y su actitud debe ser ética en toda circunstancia. Pero ¿qué sucede con el proceso de enseñanza aprendizaje durante el confinamiento que enfrentamos?
La dinámica de enseñanza debe apoyarse en nuevas estrategias que incorporan el aula digital, redefinición de objetivos de aprendizaje, uso de resúmenes, ilustraciones e infografías, guías, mapas conceptuales, juegos, material audiovisual, turnos de preguntas intercaladas para conservar la atención, empleo de referencias discursivas, entre otras. El pensamiento didáctico es sustancial en las buenas prácticas de enseñanza, es decir, la manera que tienen los profesores de concebir la enseñanza y cómo definen el aprendizaje y la evaluación; la finalidad de la enseñanza es lograr el aprendizaje y una formación integral en los alumnos, donde la evaluación sea un mecanismo de retroalimentación, que permite también su autoevaluación.
El reto del docente es crear de manera virtual una atmósfera que estimule el aprendizaje, donde exista un manejo adecuado de los aspectos interpersonales, favoreciendo la motivación de los estudiantes en el proceso formativo. Lo cual solo se puede implementar si las escuelas, colegios y universidades públicas y privadas tienen incorporados los recursos tecnológicos, las plataformas adecuadas y si los alumnos tienen acceso a ellas a través de Internet. La educación no será la misma después de esta pandemia y los centros de estudio en todos los niveles deben asumir los desafíos que las nuevas condiciones de la sociedad han impuesto.
• Asambleísta por la Provincia de Pichincha de la Asamblea Nacional del Ecuador
Leave a Reply