abril 25, 2024

Ecuador: la esperanza interrumpida


Por Soledad Buendía Herdoíza-.


Enero es un mes que trae nuevos comienzos, enero es un mes emblemático, de símbolos y de hechos que nos recuerdan que la lucha continúa.

Hace un año un nuevo comienzo en México para los asilados políticos ecuatorianos, acogidos por el gobierno de López Obrador frente a la persecución, que buscó destruir y enterrar a dirigentes de izquierda, usando todas las artimañas, la guerra sucia, el linchamiento mediático, el hostigamiento judicial y la violación permanente de los Derechos Humanos. No entendieron que el proceso progresista de la Revolución Ciudadana era semilla, y que florecería aún con mayor fuerza.

Hace 14 años, en enero de 2007, invocábamos las sombras protectoras del Libertador Bolívar y Eloy Alfaro e iniciábamos la lucha por volver a tener Patria. Fuimos parte de un gran sueño colectivo que transformó el Ecuador desde sus cimientos. Un proceso constituyente apoyado por la gran mayoría del pueblo y una nueva Constitución, que protege los Derechos Civiles y los Derechos Humanos de ecuatorianas y ecuatorianos. Fueron el primero de muchos pasos para alcanzar el Buen Vivir, el Sumak Kausay, el desarrollo equitativo, el bienestar común y la libertad basada en la justicia y la paz.

En enero de 2021 se realza el lanzamiento de campaña del binomio Arauz-Rabascall, que busca retomar el proyecto progresista en Ecuador. Quisieron evitar su participación electoral, pero no lo lograron, y con ello renace el sueño para recuperar la patria.

Ecuador sin la Revolución Ciudadana volvió a ser el país del desgobierno, del reparto y la corrupción institucionalizada, con mendigos por doquier, pasmosa inseguridad, pésimos servicios, volvió el viejo país que los jóvenes no conocieron y que los adultos tal vez olvidaron.

Las próximas elecciones de febrero en Ecuador serán las más importantes de la historia, en ellas está en juego la propia supervivencia de la patria. No se trata de correísmo o anticorreísmo –cuánto daño ha hecho el odio–. No se trata siquiera de izquierda o derecha. Esta vez se trata del amarillo, azul y rojo. Como la ha señalado Rafael Correa, en la década ganada quizás se cometieron muchos errores, pero siempre del lado correcto de la historia. Siempre con el bien común, con las grandes mayorías, con la Patria Grande latinoamericana.

Ahora el proceso ecuatoriano enfrenta un desafío aún mayor que aquel que enfrentó hace 14 años en 2007. Pues el Ecuador está ante la peor crisis de la historia. Pero también existen muchos aprendizajes, experiencia acumulada, un extraordinario equipo humano en un país con muchas más capacidades. Destruyeron mucho, pero no pudieron destruirlo todo. La Revolución Ciudadana demostrará que, como decía el viejo luchador Eloy Alfaro, “cuando un pueblo despierta, cada palabra es una esperanza, cada paso es una victoria”.


* Asambleísta por la Provincia de Pichincha de la Asamblea Nacional del Ecuador

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