marzo 19, 2024

La Nación, el diario estatal de Germán Busch

Por Luis Oporto Ordóñez-.


El 24 de abril de 1939, Germán Busch asume la dictadura luego de disolver las Cámaras, “que después de haber funcionado como Convención Nacional se prorrogaron sus poderes”. El 28 de abril del mismo año ordenó a Jorge Canedo Reyes (1905-1996), director nacional de Propaganda, fundar La Nación, “diario del Estado al servicio del país”, para explicar la naturaleza y difundir la obra de su Gobierno, a fin de ganar la simpatía de la opinión pública. Poeta y periodista de La República, El País y El Diario; cofundador de Última Hora, dirigió Radio Illimani y La Nación. Tras la revolución de 1952 salió al exilio y radicó en el Perú. [1]

La Nación justificó la decisión de Busch, afirmando que: “El pueblo no cree ya en los ‘salvadores’ verbalistas, en los políticos oratorios de programa. Su fe se orienta a los hombres de acción, de voluntad y de energía, que en vez de frases le ofrecen hechos; en lugar de promesas, una política de realizaciones prácticas, inmediatas y efectivas, en beneficio y en defensa del pueblo, en prestigio del país y en mejoramiento institucional, social y económico, una política ecléctica, [en la que] impera un sentido nacionalista en la acción”. Aclara que “no es totalitario”, sino un “sistema gubernativo de autoridad, moral y fuerza, respetuoso de los principios democráticos en todo lo que no se opongan a las altas conveniencias del Estado y la Nación”. Difunde la adhesión popular a la política de gobierno: “Vigoroso movimiento de opinión hay en el país en torno a la revolución bolivianista”; “la Unión Republicana-Socialista declara su firme apoyo y adhesión”. Martha Mendoza: “Un gobierno fuerte y dictatorial era una necesidad para el país”; “Subprefecto de Uyuni trae adhesión de ese pueblo”; “con las armas en la mano –dice la Federación Juvenil Socialista– debe defender la actual conquista nacional”; “Congreso de Derecho dio un voto de aplauso y apoyo al gobierno”; “los trabajadores ferroviarios prestan su adhesión al gobierno”; “Santiago de Huata vitoreó a Busch”; “las organizaciones populares y obreras apoyan la política de liberación”.

Busch afirma que “frente a la quiebra de todos los valores propónese salvar la República del caos y la disolución, luchar por su emancipación económica. La explotación de las divisas importa un acontecimiento de incalculable tendencia económica y social”. Emite el decreto de disciplina y moralidad funcionaria que obliga “presentar información completa acerca del capital, propiedades inmuebles que posean, su costo, renta, ubicación, etc. ”, como requisito para entrar en funciones; prohíbe “recibir obsequios, gratificaciones o halagos en retribución a sus servicios”; crea el Tribunal “para reajustar contratos lesivos al Estado, calificar las adquisiciones efectuadas por funcionarios públicos y establecer sanciones por faltas cometidas en el ejercicio de sus funciones”. Anuncia medidas de reajuste de la ley financial, planes agrarios, creación del Instituto de Biología, colonización del Ichilo, el congreso agropecuario y feria ganadera, impulsar la campaña del trigo, ley de jubilación para periodistas, protección de la vicuña; Brigadas Culturales para llevar beneficios de la civilización a los pueblos; crea la Delegación Nacional del Chapare; reglamenta atribuciones y jurisdicción de los padres conversores de indígenas salvajes; declara la “bolivianización de la escuela”. Destaca el apoyo de México, gestiona con Estados Unidos un acuerdo para permutar con algodón y trigo “10 mil toneladas de estaño boliviano” y comprometer a Estados Unidos a “no tocar esas reservas en cinco años”. Dispone Coati para perturbadores de la tranquilidad y el orden interno. Anuncia la construcción del barrio obrero, entrega el mercado de Sopocachi, “alarde aristócrata, del principal barrio residencial de nuestra ciudad”; el mercado de Caja del Agua, “barrio de gente el pueblo”, embellecida con la pavimentación de la Av. Armentia y forestación del parque Riosinho.

La edición del 16 de julio publica “La Misqui Simi” (Adolfo Costa Du Rels); “El significado americanista de la primera revolución libertadora” (Hugo Lino); “Antonio Sotomayor triunfa en Norte América”; “El Ballet Amerindia y el profesor José María Velasco Maidana”; “El último libro de Franz Tamayo, Scopas”; “Gil Coimbra es un positivo valor artístico”.

El 23 de agosto de 1939 aparecía Busch con un tiro en la sien. El 24, se publica el obituario: “Busch, el patriota ejemplar” y presenta al “Presidente provisorio de la República, Gral. Carlos Quintanilla”, a quien llama “Gobernante ejemplar” surgido de la voluntad del Ejército y de la decisión de personeros civiles del gabinete Busch. Denuncia conato de golpe, el 26 de marzo de 1940 decreta estado de sitio y confinamiento en San Ignacio de Velasco, a los “subversivos”. Al final de su corto mandato afirma que “nació impopular, y concluye rodeado del respeto y del homenaje unánimes del país”.

La Nación caracteriza a Enrique Peñaranda como un “Gobierno de austeridad y de orden”, que “no aspira a un nacionalismo cerrado en materia de producción sino que aspira a intensificar sus relaciones con otros países, mediante un intercambio comercial y económico”. El mensaje del Presidente critica “la política económica [que] no ha tenido otro norte que el enriquecimiento del Estado” y propone “apoyar a la minería con un régimen de estricta armonía entre los intereses del Estado y de la minería”; forma su gabinete con la crema y nata de la oligarquía: Alberto Ostria Gutiérrez, Edmundo Vásquez, Gustavo Adolfo Otero, Alcides Arguedas. Anuncia el funcionamiento del Registro Civil, el fomento a la producción aurífera con premio en moneda nacional sobre el precio internacional del oro; denuncia que la minería ha perdido el 32% en el valor de su producción por desvalorización de la libra; establece exámenes para el servicio de Relaciones Exteriores; inaugura el Instituto oriental de Biología y el monumento al expresidente Busch.

La Nación informa que el Sindicato de Canillitas y Lustras invitó al presidente Peñaranda al acto de posesión de su sede social y que el Regimiento Illimani le obsequió un artístico pergamino, contraviniendo el decreto de moralidad funcionaria. Publica los planes de trabajo del gabinete, el regreso de confinados políticos, la reorganización de la educación indigenal, la creación de la Casa del Pueblo con fines educativos y culturales; declara vacantes los cargos públicos, califica de crítica situación del estaño boliviano. Revela la reducción de Bs. 18 MM del presupuesto de Educación, informa que el costo de vida se elevó en 146%, se busca atajo “a la desmedida especulación” y que se requiere mensualmente 240 mil libras para atender necesidades del país. La última edición de La Nación, n° 341, del 28 de junio de 1940, anuncia el decreto de normalización de precios de pulpería en las minas y la “visita de S. E. a las provincias Omasuyo y Camacho”.


  • Historiador y bibliógrafo. Presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.

1       www.eliasblanco.blogspot.com

Fotos:      De izquierda a derecha: Germán Busch, Garlos Quintanilla y Enrique Peñaranda.

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