
A dos años del golpe de Estado de 2019, las bases del proceso de cambio volvieron a las calles para defender la democracia. Esta vez, junto a su líder nacional, el expresidente Evo Morales en la denominada Marcha por la Patria, que llegó este lunes a la ciudad de La Paz en una multitudinaria columna.
El 29 de noviembre de 2019, la abrogación del Decreto Supremo 4078, también conocido como el Decreto de la Muerte, era noticia nacional en el régimen de Jeanine Áñez, quien se instaló en el Gobierno tras la ruptura institucional el 12 de noviembre de ese año.
Así las Fuerzas Armadas (FFAA) se replegaban de las calles luego de participar de las masacres de la zona de Senkata en la ciudad de El Alto y en la zona de Hayllani en el municipio de Sacaba.
El informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI-Bolivia) concluye que en ambas zonas existió vulneración a los derechos humanos, masacres con armas letales utilizadas por las fuerzas de seguridad, ejecuciones extrajudiciales con un saldo de 37 personas fallecidas.
El Decreto Supremo 4078 del 14 de noviembre de 2019 permitió la participación de las FFAA en apoyo a la Policía Boliviana ante movilizaciones que se generaron por la crisis poselectoral. La norma establecía que los militares que participen en operativos estarán exentos de responsabilidad penal pese al uso de armas contra quienes protestaban contra el régimen y el golpe.
Para ese entonces, Morales se encontraba en México, donde protegió su vida al acogido por el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Hoy, a dos años de los hechos, el contexto es distinto. El pueblo defiende nuevamente la democracia; pero, esta vez junto a su Gobierno, el que eligió el 18 de octubre de 2020 para dar fin al régimen.
El 18 de octubre de 2020, según los datos oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el MAS, que tuvo como candidato a Luis Arce, logró un respaldo nacional de 3.394.052 votos (55,11%) en comparación al 1.775.953 (28,83%) de Carlos Mesa, quien ocupó el segundo lugar como postulante de la alianza de oposición Comunidad Ciudadana (CC).
Arce fue posesionado como presidente constitucional el domingo 8 de noviembre de 2020 en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), donde aseguró que el Gobierno de facto dejó una economía en crisis, aumento del desempleo, la pobreza y las desigualdades.
Desde entonces, aplicó medidas para contrarrestar las crisis política, económica, educativa y sanitaria en busca de la reconstrucción de Bolivia y su estabilidad tras el golpe de Estado de 2019. A un año de gestión, presenta avances.
El reencuentro en defensa de la democracia
Desde el 8 de noviembre de 2021, día en el que Luis Arce cumplió un año en el Gobierno, sectores de oposición, sobre todo comités cívicos de Santa Cruz y Potosí, impulsaron un paro cívico para aplicar medidas de violencia y desinformación contra el Gobierno y el pueblo boliviano. Las acciones de desestabilización duraron nueve días y dejaron un fallecido en Potosí.
Esa situación provocó que las organizaciones sociales, aquellas que salieron a defender la democracia en 2019, se organizaran con el liderazgo de Evo Morales que retornó al país en 2020.
La marcha dirigida por el líder del MAS contó con la participación de diplomáticos, autoridades nacionales, militantes del MAS, la Central Obrera Boliviana (COB), el Pacto de Unidad conformado por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia – Bartolina Sisa (CNMCIOB-BS), la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarios de Bolivia (CSCIOB), el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob), además de organizaciones sociales como juntas vecinales, gremiales, cocaleros, mineros cooperativistas, entre otros.
Desde el 23 de noviembre, recorrió un aproximado de 188 kilómetros en la siguiente ruta: Caracollo, Panduro, Lahuachaca, Patacamaya, Calamarca, Achica Arriba y La Paz. En los diferentes puntos, recibió el respaldo del pueblo sin importar el sol y la lluvia.
“Siento que esto solo es un calentamiento, hermano Lucho (Arce), hoy día, mañana, es calentamiento; el día lunes, próximo lunes 29, va a reventar La Paz, vamos a demostrar nuestra fuerza. Todos estamos con el proceso de cambio”, indicó Morales en el inicio de la movilización el 23 de noviembre en el municipio orureño de Caracollo.
Después de siete días de movilización, una multitudinaria Marcha por la Patria, de más de un millón de personas, llegó a la ciudad de La Paz y culminó en un cabildo masivo que concentró a organizaciones sociales de diferentes regiones de los nueve departamentos.
La respuesta a la convocatoria hecha por los sectores sociales fue contundente. Mientras la cabeza de la marcha pasaba aproximadamente a las 13.00 a una plaza San Francisco abarrotada de personas, la columna aún ingresaba de la ciudad de El Alto una hora y media después.
“A mí me han dado golpe de Estado, (la derecha) no nos perdonó por haber garantizado la soberanía y dignidad. Hermano Lucho, con esta gente (Marcha por la Patria) no te van a dar golpe de Estado, no vamos a permitir el golpe de Estado, estamos unidos y organizados, y aquí estamos nuevamente con vida para seguir luchando por nuestra querida Bolivia”, advirtió el líder del MAS.
Liderados por Morales, las principales organizaciones sociales de alcance nacional, entre otras, volvieron a ratificar su compromiso con el proceso de cambio, esta vez en las calles.
“¿Por qué la Marcha por la Patria? Hay antipatrias que no quieren que crezca la economía nacional. Con paros forzados y pagados, quieren que Bolivia se hunda económicamente. No quieren que la familia humilde mejore su economía. ¡Qué mezquindad! ¡Qué egoísmo! Al margen de defender la democracia es para defender la economía que nuevamente se levanta”, dijo Morales en La Paz.
La Marcha por la Patria, por la defensa de la democracia, por la unidad del país y en apoyo a la gestión del presidente Arce y el vicepresidente Choquehuanca fue organizada como medida pacífica ante las acciones de desestabilización provocadas durante noviembre por sectores de oposición protagonistas del golpe de Estado de 2019.
Además, demandó justicia para las víctimas de las masacres de Senkata, de la ciudad de El Alto, y Hayllani, del municipio de Sacaba (Cochabamba), que fueron reprimidos por las Fuerzas Armadas durante el régimen de Jeanine Áñez.
“Vamos a defender nuestra revolución, vamos a defender nuestro proceso de cambio y nuestro modelo económico, eso pasa por la defensa de Lucho y David, presidente y vicepresidente. Estamos aquí, lo decimos públicamente”, aseveró Morales en su discurso este 29 de noviembre, jornada de culminación de la marcha.
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