Por Claudia Miranda Díaz *-.
El 12 y 13 de febrero de 2003 se recuerda la movilización estudiantil, ciudadana y policial conocida como “el impuestazo”, que derivó en el inicio del derrocamiento de Gonzalo Sánchez de Lozada en octubre de ese año, como resultado de la Guerra del Gas o masacre de Octubre, que abriría un nuevo ciclo económico y político en el país.
Luego de la caída del gobierno de izquierda de la Unidad Democrática y Popular (UDP), dirigida por Hernán Siles Zuazo y Jaime Paz Zamora entre los años 1982 y 1985, la derecha neoliberal se haría del poder; gobernaron: Víctor Paz Estensoro (MNR, 1985-1989); Jaime Paz Zamora (MIR, 1989-1993); Gonzalo Sánchez de Lozada (MNR, 1993-1997); Hugo Banzer (ADN, 1997-2002). Concluiría el mandato Jorge Quiroga en 2001 y 2002, ante la renuncia por enfermedad y posterior fallecimiento de Hugo Banzer. Gonzalo Sánchez de Lozada asumió un nuevo mandato presidencial para el período 2002-2007, y fue durante su segunda presidencia que sucedió la gran movilización ciudadana en su contra conocida como “el impuestazo”.
Cuando el neoliberalismo se impuso en el país, nuestros gobernantes, fieles al modelo que sustentaban, tomaron medidas económicas de reducción del sector estatal y crecimiento del sector privado. Las medidas más importantes fueron: la privatización (1993-1997) y la capitalización (1994-2005), mecanismos mediante los cuales transfirieron las empresas del Estado a manos privadas. Teníamos 212 empresas, de las cuales siete eran estratégicas: YPFB, ENFE, LAB, ENDE, Entel y Comibol, que luego fueron recuperadas en el gobierno de Evo Morales (MAS); al LAB ya no se la pudo rescatar y en su lugar se creó BOA.
Otra medida económica de corte neoliberal fue el impuesto, que se acrecienta al sector mayoritario de la población y se reduce al sector minoritario que son los empresarios. En ese contexto es que Gonzalo Sánchez de Lozada y su vicepresidente Carlos Mesa Gisbert lanzaron la medida tributaria de “el impuestazo”.
“El impuestazo” consistía en la eliminación del crédito fiscal del salario mínimo de los trabajadores –medida impuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI)–. En esa época estos sectores podían presentar facturas por un monto igual a sus obligaciones tributarias y así mantener el poder adquisitivo de su salario, evitando transferir mayores recursos de su salario al Estado. El salario mínimo de los trabajadores era de Bs440, equivalentes a 60 dólares (hoy el salario mínimo es Bs2.164, equivalentes a 311 dólares). Esta medida estaba destinada a cubrir el déficit fiscal de 8,9 puntos del PIB.
El 9 de febrero Gonzalo Sánchez de Lozada anunció la acción tributaria “porque Bolivia estaba en una encrucijada…”. El 12 de febrero hubo un motín policial: al no responder la Policía Boliviana al Gobierno este sacó a los militares a resguardarlo y se dio un enfrentamiento entre ambas fuerzas en los días 12 y 13 de febrero, cuando salieron a las calles a enfrentar al régimen estudiantes del Colegio Nacional de Ayacucho de la ciudad de La Paz –jóvenes que oscilaban entre los 15 y 18 años de edad–, quienes atacaron el frontis del Palacio Quemado, que no estaba defendido por la guardia policial que se encontraba amotinada. Al grito de “Goni cabrón, el Ayacucho está emputado…” los jóvenes tomaron la Plaza Murillo y su levantamiento se irradió a nivel nacional, convirtiéndose en una movilización popular en contra del Gobierno. “El impuestazo” dejó el saldo lamentable de 36 muertos y 200 heridos.
La Guerra del Agua (enero, 2000), “el impuestazo” (febrero, 2003) y la Guerra del Gas (octubre, 2003) fueron el principio del fin del período neoliberal en Bolivia, abriendo el camino hacia la Asamblea Constituyente (2006-2007), a través de la cual se aprobó una Nueva Constitución Política (2009) que puso fin a la República, dando paso al Estado Plurinacional.
* Economista y auditora.
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