noviembre 13, 2024

El Oso, el Dragón y la OTAN


Por Carla Espósito Guevara * -.


Contrariamente a lo que muchos piensan, la operación militar de Rusia en Ucrania no constituye una reverberación de la llamada Guerra Fría, sino que, por el contrario, parece significar el fin del ciclo unipolar establecido después de esa mal llamada guerra, pues las verdaderas guerras vinieron después.

Una vez derrumbada la Unión Soviética y disuelto el Pacto de Varsovia, principal enemigo militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), esta debería haber desaparecido ya que su razón de ser dejó de existir. Era una organización nacida de un mundo dividido en bloques y su bloque enemigo había desaparecido, entonces ¿qué razón tenía para seguir existiendo? Pero, lejos de disolverse, la OTAN empieza un periodo de expansión creciente hacia Oriente, incorporando a muchos de los países que fueron parte de la exURSS.

Lo paradójico de la historia de la OTAN es que mientras dura la Guerra Fría no disparó una sola bala, la primera operación militar conjunta que llevó a cabo tuvo lugar nada menos que después de la caída de la Unión Soviética, en Yugoslavia. Derrotada la URSS, la OTAN ya no tenía ningún freno ni contra balance. ¡Al fin, eran los dueños del mundo! Y podían hacer lo que quisieran. A partir de ese momento empieza una carrera guerrerista desenfrenada. Actualmente el gasto militar combinado de los miembros de la OTAN equivale al 52% del PIB mundial, obviamente, semejante gasto no está destinado a mantener la paz, sino a financiar guerras coloniales.

Este hecho demostró de manera flagrante la falsedad de aquella retórica liberal que decía: “Una vez derrotados el bloque soviético y la Guerra Fría vendría una época de paz mundial”. Lejos de eso, la realidad indicó exactamente lo contrario, con la guerra de los Balcanes nace el unipolarismo militar y empieza un periodo de invasiones coloniales del cual tenemos los más sangrientos recuerdos en Irak (1991), Kuwait (1991), Bosnia (1994), Sudán (1998), Afganistán (1998), Yugoslavia (1999), Yemen (2002), Irak (1991-2003), Irak (2003-2015), Afganistán (2001-2015), Pakistán (2007-2015), Yemen (2009, 2011), Libia (2011), Siria (2014-2016).

Creo entonces que la importancia del conflicto Rusia-Ucrania es que rebasa el espacio regional euroasiático y adquiere una relevancia global, pues parece marcar el inicio del fin de ese sistema de poder establecido tras la caída del bloque soviético. La alianza Rusia-China, que tanto temía Trump y trató de frenar por todos los medios a su alcance aislando comercialmente a China y atrayendo a Putin, fracasó. Mientras Estado Unidos se debilitaba en Irak y Afganistán el Oso ruso se reposicionaba en Europa y junto con el Dragón emergieron como potencia política, económica y militar y hoy parecen tener la fuerza suficiente para debilitar el unipolarismo que la OTAN ostenta desde 1989 a la cabeza de Washington. Esto podría establecer un nuevo balance mundial.

Cuando el mundo entero esperaba una guerra ampliada con el concurso de la OTAN en el conflicto Rusia-Ucrania, pasa lo inverso. Estados Unidos y la Unión Europea (UE), pese a las amenazas y misiles, dejan solo a Selensky negociando con Putin y parecen abandonar la salida militar. ¿Por qué? Quizás este sorpresivo paso al costado esté señalando que no están dispuestos a pelear contra Rusia y China juntos y los está llevado a analizar su propia debilidad frente a ellos.

La salida ha sido establecer las famosas sanciones económicas contra Rusia, que probablemente no tengan la fuerza esperada dado los enormes intereses que Alemania tiene comprometidos con Moscú y que debilitan la posición común de la UE. Por otro lado, con el gran mercado chino, ¿para qué necesita Rusia a la UE? La otra sorpresa ocurre de este lado del mundo, pues Washington, para evitar un desabastecimiento energético, sorprendentemente está mirando a la vilipendiada Venezuela como un posible salvavidas, lo que debilitará también la posición estadounidense frente al bloque de izquierda en esta Región. Así se mueve el tablero del mundo. La OTAN parece haber perdido el rumbo y la dirección del conflicto.


*       Socióloga y antropóloga.

 

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