
Por Gonzalo Gosalvez *-.
El incremento salarial y la economía de un país
Cada año la negociación para el incremento salarial es un momento fundamental para las perspectivas de la economía; exceptuando el año 2020, en el que el derecho a esta negociación fue expropiado de facto a los trabajadores.
Este Primero de Mayo el Gobierno oficializó el incremento salarial del 4% al salario mínimo nacional y el 3% para el haber básico. Por su parte, sectores empresariales y economistas “neoliberales” reiteraron el argumento de que dicho incremento tendrá un efecto negativo sobre la economía y las empresas.
Sin embargo, de manera opuesta a este argumento conservador, la economía boliviana es elocuente empíricamente mostrando la efectividad de la importancia del mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores y de las políticas económicas con contenido social, que tienen efectos positivos en la economía nacional.
El incremento salarial es un derecho inapelable, porque el mantenimiento del nivel de vida de los trabajadores es una condición clave para cualquier economía: por una parte, está la actualización de su valor en relación a la inflación; y por otra, está vinculado al aumento de la producción nacional, ya que el trabajo es el motor del crecimiento.
La estabilidad económica expresada en la baja inflación en Bolivia, en medio de la crisis de elevación de los niveles de precios en el mundo entero, se debe a la fortaleza de la moneda nacional, de la dinámica de la economía, del fortalecimiento del mercado interno y de las estrategias para garantizar la provisión de alimentos básicos.
El incremento salarial tiene una fuerte correlación con el crecimiento económico y con la creación de nuevas de empresas.
El locus enuntiations del discurso económico
En el tema salarial es evidente la enunciación localizada o el lugar constitutivo desde el cual se emite un discurso. Los trabajadores hablan desde sus necesidades, pero también desde su propia vivencia: el conocimiento de lo que cuesta producir y generar la riqueza material e inmaterial en el mundo en que vivimos, aunque a veces este conocimiento es descalificado por sectores que creen tener la “razón” y la “verdad” de su parte.
Mientras, la oposición al incremento salarial es absolutamente política porque solamente justifica los intereses de un sector, argumento con carencia absoluta de fundamento económico científico.
Este debate es tan antiguo como la misma sociedad capitalista-moderna, ¿cómo es posible que los trabajadores produzcan la riqueza y sean tan pobres? La economía política clásica llegó a una encrucijada al no poder resolverlo y la economía neoclásica no hace más que evitar el tema: se trata del debate acerca del origen de la ganancia y su relación con el trabajo.
La teoría de que la ganancia se origina en la división del trabajo y el intercambio en el mercado no solamente que jamás pudo sustentarse científicamente, sino que cada vez son más los mismos economistas neoclásicos que la refutan. Pero si la ganancia no resulta del mercado, ¿de dónde sale entonces?
Otras teorías alocadas argumentan que la ganancia surge del riesgo de invertir del capitalista, pero hay muchos sectores de trabajadores que arriesgan incluso su vida y no reciben ganancias. Otra teoría habla de la productividad marginal del trabajo empresarial y gerencial, pero estas deberían ser costos y no ganancias, además, Piketty demuestra que semejantes sueldos gerenciales no pudieron jamás explicar su productividad siendo más bien parte de las causas de la crisis y de generar parte de la improductividad del sistema.
Frente a un problema tan complicado y que toca las fibras de los intereses económicos de la sociedad, fue el propio Smith quien afirmó que la ganancia es una proporción del salario que no se le paga al trabajador: “El valor que los trabajadores añaden a los materiales, entonces, se divide en este caso en dos partes, una que paga los salarios y la otra que paga el beneficio del empleador sobre todos materiales y salarios que adelantó”1.
¡No se trata de la teoría de la plusvalía de Marx, hablamos de la piedra filosofal de la economía liberal y que seguramente no leyeron los economistas “neoliberales” en Bolivia!
Empleo, ejército industrial de reserva y el porvenir del trabajo
El discurso opositor es frecuente: “Si se incrementa el salario se cerrarán empresas y aumentará el desempleo”. Pero el nacimiento de nuevas empresas es mayor al cierre de otras.
Igualmente, las empresas no se cierran porque tienen que incrementar salarios, una parte de ellas lo hace por su propio ciclo de vida y, lo más grave, por causas estructurales de la economía como es el resultado de una nación colonial entreguista y de unos sectores oligárquicos miopes e impotentes que en siglos no han podido impulsar el desarrollo del país y han permitido su sometimiento al capital corporativo transnacional, cortando la posibilidad de su propio desarrollo industrial y empresarial.
Por otra parte, la explotación del capital no solo se circunscribe al trabajo asalariado, sino que crea mecanismos para explotar y subsumir el trabajo por cuenta propia, el trabajo familiar campesino y el trabajo comunitario. Lo que denominan de una manera equivocada como “informalidad”, también es consecuencia de un saqueo e imposibilidad histórica de desarrollo del país.
Otra de las principales causas del desempleo es la implementación de nuevas tecnologías introducida por la competencia que exige el mercado y la sustitución de los trabajadores por robots, computadoras y la inteligencia artificial, dejando a millones de personas sin empleo en todo el mundo. Este no es un problema de “sálvese quien pueda”, como lo plantea Oppenheimer, sino que es un problema social y tecnológico que debe ser encarado socialmente por el conjunto del país.
El bienestar de los trabajadores como estrategia de desarrollo económico
¿Cómo se desarrollaron los países nórdicos si llegaron al capitalismo más tarde que otras regiones? Son muchos elementos los que explican este desarrollo sorpresivo: sus políticas sociales, los rubros de tecnología y servicios en los cuales se desarrolla su economía, sus formas políticas, etcétera. Pero hay un elemento de innegable reconocimiento que tuvo gran influencia en el crecimiento de estos países: las medidas de protección laboral, opuestas a las políticas liberales flexibilizadoras.
Esta regulación del mercado laboral consiste en la protección de los derechos laborales, garantías para la asignación salarial, la reducción de las desigualdades, el fortalecimiento de los consensos en la negociación entre sindicatos y empresas, entre otros beneficios.
El resultado de esta regulación, a diferencia de la teoría del neoliberalismo que propone la desregulación como única vía de crecimiento y desarrollo, es el crecimiento de estos países hasta alcanzar un desarrollo expresado en altas rentas per cápita y el bienestar de su población. En esta experiencia la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores no es un obstáculo para el crecimiento económico, al contrario, es su principal motor.
La conciencia del desarrollo económico de su nación no pasa solamente por el bienestar o interés inmediato y contable de una sola clase social, hecho que a veces se confunde con socialismo, sino por una estrategia capitalista de desarrollar su propia nación que beneficia también a los empresarios.
Nación proletaria e indígena: el único proyecto histórico viable
Conociendo este caso, ¿es posible pensar los salarios dentro del bienestar nacional común en vez de repetir la mezquina consigna del interés inmediato de un sector específico?, ¿alguna vez surgirá un pensamiento nacional desde los sectores conservadores para pensar que un incremento salarial mejora las condiciones de vida de una parte importante de la población y que ello dinamiza efectivamente la economía en su conjunto –como lo demostró el estructuralismo y como lo están poniendo en práctica los países del mundo frente a la crisis–?
El incremento salarial es un derecho y una necesidad para el desarrollo de la economía nacional. No se trata de un debate teórico, sino de las condiciones de posibilidad de construcción de una nación que permita un desarrollo generalizado y el bienestar para toda su población, por lo tanto, no solamente se disputa esa proporción de valor que se vuelve ganancia, sino un proyecto histórico que al parecer solamente es efectivo en la nación proletaria e indígena.
- Miembro de la Red de Economía Política.
1 Smith, Adam. Investigación de la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones. Alianza Editorial, Madrid, 1996.
Deja un comentario