Por Wilmer Alavi Argandoña *-.
La especulación no es nueva en nuestro país. Unas cuantas personas recordarán esos mensajes de WhatsApp alertando de un supuesto corte de agua que por horas generó que el flujo de agua disminuyera, porque muchas familias acumularon agua más de lo normal y al mismo tiempo. También sucedió lo propio con el diésel, después de rumores sobre una supuesta escasez y todos iban a cargar combustible más de lo habitual, conformando filas, pero pasados los días llegaban las cisternas y nunca hubo tal desabastecimiento. Ni qué decir en la pandemia, donde los barbijos eran vendidos a precios hasta 10 veces más de lo que hoy se pueden adquirir. El objeto de la especulación ahora son los dólares.
En la economía la especulación normalmente se produce por el miedo, provechado por algunos que intencionalmente acumulan un bien provocando escasez para venderlo caro; esto ha ido sucediendo los últimos días con los dólares. A partir de unos videos que circulaban en redes sociales muchos comenzaron a comprar dólares desmedidamente, sin embargo, no consideraron que si compran un bien sin necesitarlo solo perderán parte de su dinero por el sobreprecio pagado. Además, terminan perjudicando a quienes realmente necesitan dólares.
Con las redes sociales la comunicación ha incrementado, podemos conocer todo lo que sucede en tiempo real. El problema es que esa instantaneidad no da tiempo para poder verificar la veracidad de lo que vemos. Es así como hace días se volvieron virales un par de videos donde supuestamente habría personas que no pueden conseguir dólares. Situación que llevó a que muchos hicieran lo mismo, dando paso a una sobredemanda de dólares en los bancos, casas de cambio y libre cambistas.
Afortunadamente el Banco Central de Bolivia anunció que puso a disposición de los bancos 240 millones de dólares para hacer frente a esta demanda inusual. Además comunicó que hará la venta de dólares en sus propias ventanillas y a través del Banco Unión a toda la población que así lo solicite y al tipo de cambio oficial. De esta forma se lograron controlar las especulaciones por la cantidad de dólares que hay en la economía.
Mientras duró la especulación, se denunció que el tipo de cambio de venta llegó hasta Bs 7,1 por cada dólar. Suponiendo que una familia por miedo fue a comprar unos 10 mil dólares, tuvo que pagar alrededor de Bs 71 mil. Pero, no consideraron que más adelante cuando quieran gastar este dinero necesitarán bolivianos, y para cambiarlos lo harán al precio de 6,86, recibiendo solo Bs 68 mil 600. Es decir, en cuestión de días esta familia perdió Bs dos mil 400. Podrían mantener su dinero en dólares, pero igual sería una mala decisión ya que los bancos pagan alrededor del 0,5% de interés por el ahorro en dólares y para cubrir esa pérdida solo con intereses tendrían que tener su dinero sin movimiento por siete años.
Quienes igual fueron afectados son los que sí necesitaban dólares. Los importadores para pagar la mercadería que traen al país y deben cubrir en dólares; las familias que envían remesas en dólares al exterior, comúnmente a estudiantes becados; hasta los turistas que necesitaban cambiar de moneda, etcétera. Ellos y muchos más tuvieron que comprar dólares a un tipo de cambio elevado, donde la pérdida de unos es la ganancia de otros.
Estos rumores no se hubieran prolongado sin haber tenido el impulso de analistas, políticos, medios de comunicación y los nuevos “expertos” que surgieron en TikTok, que opinan sobre esta situación sin considerar el efecto que puede tener en la percepción de la gente. Para frenarlo, la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero tuvo que recordar a la población que según el Artículo 491 de la Ley de Servicios Financieros la difusión de información falsa que deteriore la estabilidad del sistema financiero es un delito sancionado con entre cinco y diez años de cárcel.
Dicen que si juegas con fuego te puedes quemar. Vivimos en democracia, pensamos diferente, opinamos, incluso hay quienes son muy críticos con las medidas económicas que toma el Gobierno, y está bien. Se puede aportar desde el conocimiento de cada uno para mejorar, pero lo que no se puede hacer es especular con un tema tan sensible como es el tipo de cambio de dólar o incluso las subvenciones, impulsados sobre todo por una postura política. Jugar con la especulación es hacerlo con los bolsillos de la gente.
- Analista Financiero.
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