Objetividad en política con vistas al 2025

Adolfo Mena Gonzales *-.

Ser objetivo en política es algo primordial, sobre todo a la hora de tomar decisiones, ya que de ello dependerá la continuidad del proyecto político deseado y coordinado con las bases y el equipo de análisis que ve desde diferentes ópticas (sociales, económicas, comunicacionales) qué alternativa es la mejor para el bienestar de las mayorías.

En ese sentido, teniendo presente los siguientes “hechos”, es necesario revisar como Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) qué es lo necesario para garantizar la continuidad del Proceso de Cambio.

1. Bajo declaraciones realizadas por el exvicepresidente Álvaro García Linera, la composición social cambió en los años de gobierno del MAS ya que tres millones de personas pasaron a ser clase media, sin conciencia social y peor aún sin identidad cultural, es ahí que, en ese sentido, se pierde un acto electoral (referéndum 2016) y no se gana con mayorías, como todas las elecciones hasta 2016, en 2019, llegando a un techo electoral del 48%. Por tanto, la derrota de 2016 y la disminución electoral de 2019 debe llamarnos seriamente la atención en cuanto a las condiciones en las que actualmente se encuentra un referente político que se manifestaba en esas dos contiendas electorales.
2. Siendo que en 14 años no trabajamos como se debió en temas culturales, educacionales y comunicaciones, debemos cuestionarnos si en esa población de clase media (que por lo señalado actualmente es la mayoría) es posible conseguir un voto favorable al MAS teniendo, como señalaba Álvaro García Linera, como sujeto histórico al indígena. Ojo, esa población que no votó en 2016 y que tampoco lo hizo en 2019 será la misma que ejerza voto en 2025. Ya que, si en 14 años no cambiaste esa imagen educacional, cultural y comunicacional es iluso pensar que el “individuo” planteado sea una opción de victoria, teniendo presente las fuertes divisiones entre las regiones de Valles, Oriente y Altiplano.
3. Los centros urbanos y sobre todo El Alto definirán las elecciones y la garantía de gobernabilidad. Como se ha visto, existe en Santa Cruz una dinámica regional, por tanto pensar en que el MAS pueda obtener votación allá es algo ilusorio, aunque hay que pelearla en otros municipios que no sean Santa Cruz de la Sierra; la ciudad de Cochabamba con la elección de Manfred Reyes Villa ha demostrado una vocación reaccionaria, pero pese a ello se ganó la Gobernación con un 55%, algo disminuido en comparación con elecciones anteriores. Por último, tenemos La Paz y El Alto, donde se perdió ambas alcaldías y gobernaciones, lo que nos llama seriamente al análisis sobre cuánto realmente podría apoyar este departamento al individuo histórico planteado por el exVicepresidente.
4. Las dinámicas comunicacionales han cambiado, la acumulación histórica del nuevo electorado es distinta a la de 2006, la composición social (una clase media mayoritaria) es igualmente distinta a la de 2006, mientras que la dinámica económica (buenos precios de hidrocarburos) es diferente a la de 2006. En pocas palabras, la agenda temática ha cambiado para asumir posiciones en cuanto a la forma de hacer política y su campaña electoral. Nuevas necesidades, valores prioritarios, requerimientos que se superponen a los planteados en 2006, temas como el ambientalismo, animalismo, energías verdes, conectividad, Derechos Humanos, etcétera, son las campañas que hoy en día se manejan a nivel mediático y de las que se adueña la oposición para defenestrar la gestión gubernamental y debilitar al MAS-IPSP.

Nadie se lanza a una contienda electoral a perder, se va a ganar, más aún cuando está en juego un proyecto político que dio voz a las mayorías, basado en la unidad, principios y no en cuestiones individuales ni asumiendo un “individuo histórico”, sino tomando a las organizaciones sociales como “sujeto histórico” de la Revolución Democrática Cultural para garantizar la continuidad del Proceso de Cambio.