
En mi encuentro con Eduardo Machicado Saravia, hijo del reconocido Flavio Machicado Viscarra, tuve la oportunidad de conocer el archivo histórico que comprende de 60 mil periódicos, documentación, correspondencia, postales, fotografías, mapas, planos arquitectónicos, notas y bocetos que abarcan desde 1650 hasta 1980.
Me mostró el primer libro borrador de Alcides Arguedas, Raza de bronce. Inmediatamente subimos al segundo piso para continuar la charla sobre “Las Flaviadas”, que como decía Mario D. Ríos Gastelú: “Acerca a cada persona a la belleza de las creaciones de mente y espíritu de los titanes de la música universal.”
Registro
“Recientemente puse un libro de registro de personas. Podemos ver que el último sábado vinieron alrededor de 23 personas. Entonces si Las Flaviadas tienen 105 años calculando desde 1916, haciendo un promedio de 20 personas… estamos hablando de que hemos tenido unos 200 mil visitantes. Puede ser que una persona haya venido 20 veces, pero voy a que hay una audiencia permanente. Hay un flujo.”
Gramófono
“Cuando vuelve a Bolivia Flavio Machicado hay una relación con los conciertos, no es que mi padre invente algo, sino más bien él ya había visto esto en otros lados. Él se compra un equipo, en 1916, un gramófono Víctor, que fue el primer sistema de grabación y reproducción de sonido que utiliza un disco plano, a diferencia del fonógrafo, que graba sobre un cilindro. Asimismo, fue el dispositivo más común para reproducir sonido grabado desde la década de 1890 hasta mediados de la década de 1950, cuando apareció el disco de vinilo a 33 revoluciones por minuto (RPM). El gramófono fue patentado por Emile Berliner en 1887.
Los gramófonos son una de las innovaciones técnicas más famosas. Y, con el paso del tiempo, evolucionó desde los típicos, a base de monedas, hasta los que eran utilizados con cables, a modo de auriculares.
Este instrumento es como un fonógrafo, pero su sonido se reproduce a través de un disco y no de un cilindro. Este disco presenta microsurcos que avanzan en espiral, desde el exterior hacia el centro, con la ayuda de una aguja surcada insertada en un brazo.
Su motor se acciona por una cuerda, mientras que su amplificador es una bocina que, inicialmente, debía ser accionada de forma manual; aproximadamente en 1925 pasaría a ser eléctrico.”
Generaciones 1938-1950
“Cuando trae a Bolivia el gramófono Víctor, la primera generación que viene a visitar Las Flaviadas, a la casa de Sopocachi Nro. 2448, fue Jaime Saenz Guzmán, escritor, poeta, novelista, periodista, ensayista, dibujante, dramaturgo, con su obra cúspide Felipe Delgado, con la que compartían una pasión en común, la música.
Machicado decía: ‘Soy loco por la música, por la música buena. Y aquí he venido a reconocer su importancia y los encantos que encierra. Desgraciadamente, mis pasos durante la infancia y pubertad siguieron otros caminos y así dejé de aprender aquello que hoy admiro con tanto frenesí. La música tiene para mí los encantos más sublimes, capaces de hacerme olvidar todas las pequeñeces de este pobre y miserable mundo’.
Marina Núñez del Prado, escultora, influenciada por la cultura precolombina y en especial por la cultura aimara. Uno de sus cuatro ejes temáticos fue la música, corresponde a su iniciación en el arte escultórico, tallando en madera motivos indígenas en los que destacan la representación de danzas típicas, que le dan la cualidad rítmica del movimiento.
Luis Luksic, titiritero, ilustrador, muralista, cuentacuentos, literato guiado bajo la luz de su temprana militancia vanguardista. Humberto Vázquez Machicado era ‘camba’, hermanastro de mi padre, que era ‘colla’. Sin embargo, ambos fueron hermanos en la patria y en las ideas, puedo afirmar con toda seguridad que fueron socialistas a su manera.
Inés Clara Ovando Sanz de Franck, también conocida como Agnes Ovando, fue una artista plástica, caricaturista e ilustradora, que hizo un retrato de don Flavio Machicado, pintado por ella. También pintó a Pepe Ballón, Luis Espinal, Ramiro de la Reza, Jaime Saenz, entre muchos. Sus retratos mostraban la interioridad de las personas, como decía el poeta Rubén Vargas: ‘El mundo de Agnes es inagotable, porque su imaginación lo es’.”
Generaciones 1950-1970
“En esta segunda generación que visita Las Flaviadas están Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien siendo estudiante escribió Los deshabitados, donde se hizo evidente su preocupación por el acontecer político. Marcelo tuvo una conexión con la literatura y la música. Años después la compositora Matilde Casazola le dedicó un tema en el que decía: ‘Ilumíname en la oscuridad, luz ideal, luz ideal, luz ideal…’.
Yolanda Bedregal, poeta y novelista. Cuando fue la Oficial Mayor de Cultura tuvo el privilegio, junto a la Alcaldía, de nombrarle Hijo Predilecto de La Paz, entregándole el mérito al gran impulso al conocimiento y la difusión de la música por las audiciones semanales en su hogar, denominada Las Flaviadas.
Óscar Cerruto, escritor y poeta. Raúl Bothelo Gosalvez, abogado dedicado a la literatura, a la narrativa, que obtuvo el Primer Premio Nacional de Literatura en 1937. Carlos Ponce Sanginés, destacado arqueólogo y restaurador, entre muchos otros notables.”
Generaciones 1979-1986
“Esta tercera generación está compuesta por uno de los más grandes de la música boliviana, Alberto Villalpando, compositor. Ha escrito decenas de obras musicales, canciones, concertinos, cantatas y una ópera. Villalpando es considerado el más importante músico en la historia de nuestro país, y se ha ganado esa posición en vida gracias a las obras que ha compuesto y a su tarea como educador. También se ha dicho que es el padre de la música contemporánea boliviana.
Mario Castro, uno de los periodistas y voces más reconocidas, también muy ligado a la música. Él presentó un libro titulado Sonidos y silencios que hacen historia, un ensayo en el que se analiza ‘el sendero de los sonidos’ en la historia cultural del país. En su reseña dice: ‘El contenido del libro es una relación altamente ilustrativa de cómo el sonido tiene que ver en la vida cultural del país, y, en general, su influencia en el ser humano’.
José Lanza, prestigioso maestro y director de música. Con una destacada trayectoria profesional como director de coros, y su contribución en la formación de valores y liderazgo en la educación y representación musical.
Todos ellos, entre muchos otros notables de la cultura boliviana. Así también pasó otra generación más de personas interesadas en los sonidos, en la música clásica, hasta el día hoy.”
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