junio 1, 2023

El Covid-19 y los créditos internacionales

Por Miguel Ángel Marañón Urquidi *-.


Entre los años 1918 y 1920 la Humanidad atravesó por una pandemia denominada “la gripe española”, que causó aproximadamente 50 millones de muertes. Un siglo después sufre con la pandemia del Coronavirus (Covid-19), con un saldo de 6,3 millones de decesos. Cifra inferior debido a los avances en salud, pero sobre todo por la acción conjunta tomada a nivel internacional, como fue el confinamiento de los ciudadanos en la totalidad de los países.

El confinamiento género que la economía internacional prácticamente se paralice, provocando “distorsiones económicas” nunca antes vistas. Una de ellas fue que el precio del barril de petróleo registrara cifras negativas. El comercio internacional fue nulo, el turismo y la gastronomía recibieron un golpe mortal, muchas empresas se declararon en quiebra.

Pero el aspecto más dramático se vio en las personas y familias que vivían del día a día, en tiempo récord estas se encontraron sin poder disponer de recursos. En los países en vías de desarrollo estas familias no tenían recursos ni para poder abastecer su alimentación diaria, y mucho menos cancelar los servicios básicos de sus hogares, como luz, agua, gas y otros. Sin embargo, las empresas que proveen estos servicios no podían dejar de abastecer a la sociedad.

Con esta situación económica y social muy alarmantes surgen entidades internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que aprobó créditos por 21 mil 600 millones de dólares, destinados a los países de Latinoamérica para hacer frente a la pandemia. Así vemos que, de los recursos ofrecidos para los países, los que más destacan son: Bolivia con 450 millones; El Salvador y Ecuador con 250 millones cada uno; Paraguay con 210 millones y otros montos similares para varios países.

Estos créditos estaban dirigidos específicamente para fortalecer el sistema sanitario de los países, así como el de subvencionar bonos para familias de escasos recursos y el pago de servicios básicos. De acuerdo a la emergencia, y a que los Estados debían tomar acciones inmediatas, los gastos se realizaron con recursos económicos propios de los países. Vale decir que los gobiernos asumieron los costos con sus recursos, con el compromiso que los estos fueran reembolsados por los créditos mencionados.

Los gobiernos destinaron recursos para la adquisición de respiradores, pruebas antígenos nasales, vacunas, equipamiento de los centros de salud y varios otros insumos necesarios para hacer frente a la pandemia. Sin duda alguna estas acciones ayudaron a sobrellevar los efectos económicos y sociales a consecuencia de la pandemia.

Después que los gobiernos hicieron los gastos, recién a partir de la gestión 2022 el BID empezó a reembolsar los gastos hechos en pandemia, es decir, los gastos orientados a bonos sociales, los servicios básicos, entre otros.

Una vez evaluados los gastos erogados, estos siguen los procedimientos legislativos establecidos para aprobar dichos créditos y ser desembolsados, para así, de esta manera, reponer las divisas gastadas por los gobiernos.

Las emergencias sanitarias no tienen ideología, por tanto los gastos realizados fueron oportunos y su reembolso por parte de los organismos internacionales debe ser lo antes posible para evitar desfases financieros en los países beneficiarios.


  • Economista.

Sea el primero en opinar

Deja un comentario