abril 18, 2024

La crisis orgánica del MAS (Segunda parte)

Por José Llorenti *-.


El año 2014, con la victoria de Evo Morales con el 61%, el Movimiento Al Socialismo (MAS) como partido tenía la misión histórica de empezar a debatir la transición o la renovación en la misma revolución, sin embargo, ante la intensión del expresidente de negar el debate y de hablar únicamente de su posible reelección se postergó una discusión necesaria en el MAS que hoy (gestiones 2021-2022-2023) estamos llevándola a cabo.

La crisis del MAS actualmente es la crisis de la transición, ahora llamada renovación, la cual debió realizarse en 2014, inmediatamente después de que Morales ganara la elección. Es decir que una vez transcurrida su victoria se debió iniciar la discusión de quién o quiénes serían los siguientes cuadros en conducir la Revolución (actualmente Luis Arce y David Choquehuanca).

En otras palabras, la crisis orgánica y política que está ocurriendo en el MAS es un debate atrasado, porque debió darse de cara al año 2019 la transmisión ordenada de mando, como sucedió en Brasil con Lula-Dilma o en Argentina con Cristina Fernández-Alberto Fernández, o varios otros ejemplos.

El rehusar el debate no hizo otra cosa que ocultarlo, motivo por lo cual ahora estamos viviendo esta crisis. Asimismo, debatir la transmisión de mando no quiere decir “jubilar a una generación” o “retirar de la política” a un líder; en Brasil, por ejemplo, se puede ver con más claridad que la transmisión de mando no significó el retiro de Lula de la política, de la misma manera que en la Argentina la salida de Cristina Fernández de la Presidencia no significó su retiro en la política, sino más bien la oxigenación de un gobierno o de un proceso de cambio (progresista-popular).

Ahora, para salir o para sobrellevar esta crisis orgánica-política se presentaron varias salidas, de las que menciono las más destacadas:

  1. La salida institucional-electoral, que significa ir a primarias en el interior del MAS para ver una salida ordenada a la división y la crisis. Esta, siendo la más racional, no parece ser la más popular entre los líderes del Proceso de Cambio, por los grados de desconfianza que existen y porque ya se tiene el precedente de que si se escoge una dirigencia en del MAS que no comulga con la línea central del evismo será retirada o negada.
  2. La salida por la fuerza, que plantea exacerbar la pugna interna hasta que uno de los dos bandos gane.
  3. La salida dialogada, en la que ambos bandos tomen en cuenta el criterio del otro y exista un desprendimiento para hacer posible la unidad, propuesta establecida fundamentalmente por Álvaro García Linera.
  4. La salida por el caos, que se traduce en la división del MAS y la competencia externa en elecciones nacionales, incluso en diferentes partidos políticos.

Por el momento no existe un panorama claro sobre lo que vaya a suceder, empero las diferencias al interior del MAS parece que se inclinarán por el desastre antes que por una salida salomónica o pacífica-institucional.

Finalmente, para terminar esta parte, es importante mencionar las teorizaciones de García Linera en las últimas semanas, donde habló de que esta revolución o proceso político debe ser conducido únicamente por indígenas, haciendo fuerza para que sea Evo Morales quien vuelva a conducirlo (cuando García Linera habla de indígenas generalmente reduce la idea al caudillismo de Morales, el cual sintetizaría a la masa movilizada y plebeya, como en reiteradas ocasiones mencionó la exautoridad). Esta idea, aun siendo correcta porque el sujeto histórico de la Revolución es el indígena (indio en nomenclatura indianista), parece desactualizada debido a cierto sustancialismo en las apreciaciones del exVicepresidente, no viendo que el país cambió en su composición política abrumadoramente desde 2005; solo hace falta ver la composición orgánica y socio-identitaria de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), donde la amplia mayoría representada es indígena, siendo incluso algunos indígenas opositores al MAS; ni qué decir de las Asambleas Legislativas Departamentales (incluyendo la cruceña), donde el voto indígena o es mayoritario o tiene posibilidades reales de gobernar sus departamentos o regiones. De la misma manera, hay tanto alcaldías opositoras como gobernaciones opositoras al MAS que están dirigidas por indígenas, siendo algunas de estas, como la de Damián Condori, de cierto masismo disidente.

Hoy la wiphala y el ser indígena no es monopolio del MAS y menos de Evo Morales, y ese éxito de la Revolución Democrática y Cultural no es tomado en cuenta por García Linera al momento de pensar que la Revolución solo puede ser conducida por Morales, cuando la Revolución ya avanzó mucho en inclusión social y política.

García Linera no ve que los indios (indígenas) ya hicieron su revolución burguesa (denominada Revolución Democrática y Cultural) y la Bolivia que recibió junto a Evo Morales el año 2005 no es la que dejó en 2019.

Conclusiones preliminares, nueve tesis para entender la crisis del MAS:

  1. Para entender lo que pasó en 2019 y lo que ocurre actualmente se deben comprender el significado de la victoria de 2014 y las causas de la derrota del 21 de febrero de 2016.
  2. El debate postergado entre los años 2014-2019 por la transición (ahora llamada renovación) es el detonante para profundizar la crisis en el MAS.
  3. La Revolución Democrática y Cultural se encuentra en una segunda fase bajo el mandato de Luis Arce y David Choquehuanca; las similitudes tanto en estilo de gobernanza como en forma de hacer política con la gestión de Morales-Linera son varias (relación directa con sectores sociales, por ejemplo), aunque también existen diferencias considerables, como la forma de tomar decisiones. Arce demostró que no es un tecnócrata, como se lo quiso hacer ver, sino un político que expresa mucha mayor dureza que Evo Morales en la toma de decisiones.
  4. La crisis tiende a agudizarse hasta que no se realice una autocrítica de la Revolución y se encuentren las causas profundas de la caída del año 2019.
  5. Las palabras de García Linera de que únicamente Evo Morales, en tanto el caudillo indígena (sustancia fetichizada), pueda dirigir la Revolución, tratan de explicar un país que ya no existe, la Bolivia de año 2005 ya no es la de 2023, son casi 18 años de distancia y casi un ciclo político entero (los ciclos políticos en Bolivia aproximadamente duran 20 años).
  6. La división del MAS es más posible que nunca, eso puede significar el fin del Proceso de Cambio, sin embargo, si se ve el contexto regional la salida del MAS del poder no significaría su salida definitiva, sino más bien un momento de readaptación del bloque popular, véase Brasil y/o Argentina.
  7. Las fuerzas sociales y políticas tienden a la atomización y Bolivia, al parecer, está viviendo una época de disgregación social, la cual solo puede ser contenida desde el Estado en tanto monopolio de la fuerza y la toma de decisiones estratégicas en el país.
  8. El Estado Plurinacional visto como una consigna o como parte de una narrativa no es exclusivo del MAS, ahora existen varios otros frentes como Jallalla, Tercer Sistema, Alianza Social, etcétera, que se rescatan como defensores del Proceso de Cambio y de las reivindicaciones indígenas (muy probablemente todos votaron unidas en contra del régimen de Áñez y la reacción en 2020), pero no comulgan en el interior del MAS.
  9. Electoralizar el campo político de cara a las elecciones 2025 es un error que el evismo cometió en 2016, acelerando los tiempos y creando las condiciones objetivas para el golpe de Estado de 2019.

  • Miembro del MAS-IPSP.

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