
Esta es la segunda parte con los amigos de la Comunidad del Vinilo Radio. A modo de anécdota, recuerdo que el año pasado me invitaron a su 4to aniversario en la radio Wayna Tambo, para poder hablar de mis columnas de música. Además hicieron una dinámica linda, donde tuve que llevar un disco de vinilo y una canción que me guste mucho.
Escogí “Yellow Submarine” de The Beatles, por dos motivos: el primero, porque a mis 11 años el nieto de Cucho Vargas, del programa Enfoques, Álvaro, me trajo un CD de ellos y me hizo volar la cabeza. Y el segundo, porque lo publicaron en 1968, año de las primaveras, de las revueltas universitarias en México y Francia, fue año de la guerra de Vietnam, y toda la contracultura. Y The Beatles no se quedaron fuera, también buscaron un nuevo mundo y una sociedad distinta. Es así que nace Pepperland, un lugar imaginario donde reina la paz y la música, “We all live in a yellow submarine” (“todos nosotros vivimos en un submarino amarillo”).
Progresiva contemporánea: El rock progresivo de antes y ahora
“Mi nombre es Carlos Tarquino, ahora soy coleccionista de música. Desde muy joven comencé. En principio no sé si fue por la influencia de mis padres, pero sí por mis primos, veían mucho el canal MTV. Desde joven fui bastante curioso y aprendía cosas nuevas. Recuerdo que también grababa a Nirvana, de la radio a casetes, y escuchaba muchas veces ‘Another One Bites the Dust’ de Queen, que trata sobre superar situaciones difíciles, luchar contra la adversidad y salir victorioso. La letra describe un entorno oscuro y peligroso, donde Steve camina con cautela y las balas atraviesan la puerta con el llamado a las armas del coro.
Un par de años me perdí, pero es una pasión, así que ha vuelto. En el colegio con amigos escuchábamos la Radio Stéreo 97. Era muy fanático del programa del Pato Peters: ‘El único pato al aire’; no me perdía ni uno. Escuchaba Incubus, Linkin Park, Blur, de ahí mi fanatismo por la música.
En 2006 sale el Pato de la radio, y no había más propuestas. Después vino el programa de Abel Arancibia. El programa se llamaba ‘Álbum Rock 120’, e hicieron un especial; grabé esos especiales. Una de las canciones que me marcó fue ‘YYZ’, del concierto en vivo llamado ‘Snake and Arrows’. Pero una de las bandas culpables para que indague sobre la música más seriamente fue Rush, una banda canadiense de rock progresivo formada en Toronto en 1968.
Ahí comencé a buscar discos, a indagar mucho más, descargar algunas canciones. Antes de entrar a ser coleccionista hacía eso, para ir escuchando. Después dejé de escuchar radio ya que además era música más comercial, más pop, no me sentía muy cómodo.
Desde 2009 que no prendo una radio. La última banda que conocí por ese formato fue Porcupine Tree, de rock progresivo formada en Hemel Hempstead, Reino Unido, por Steven Wilson.
Mi círculo se comenzó a reducir, porque solo hablaba de música, de rock progresivo, además no era tan sociable. Un amigo acérrimo llamado Roberto –que conocí por Facebook y tuvimos temas en común– un día me invito a su casa, llena de CDs (coleccionaba). Después él coleccionó vinilos. Un día le llegó un vinilo doble y me lo vendió.
Lo primero que me atrajo, además del disco, fue el arte. A partir de ahí comencé a comprar discos, me contagió lo del coleccionismo. Mi punto fuerte es el rock progresivo, mi segmento en la radio es ‘progresiva contemporánea’, rock progresivo de antes y ahora. Hemos hablado de la nueva escuela de bandas, hice un anuario de los mejores discos de 2021.”
Desafío sonoro
“Carlos también tiene otro segmento, ‘Desafío sonoro’, donde se ponen temas no muy populares –por duración o porque no alcanzaron el nivel de popularidad–. A diferencia de los chicos, mi colección de discos de vinilo es un poco más modesta, debo tener alrededor de 300 discos.”
La era del álbum
“Mi nombre es Huáscar Cajías Cueto, mi colección la comienzo en 1996. La motivación va por parte de los héroes que teníamos en la radio, escuchábamos a Luis Bergara Arteaga, el ‘gran radialista’, coleccionista y experto en rock. Dejó un legado para el ámbito de la comunicación en Bolivia. Puka Reyes Villa, coleccionista The Rolling Stones; Gonzalo de la Fuente; o radios como La Contemporánea, o Chuquisaca, de doña Mecha Kunkar (comentario aparte: su hijo era integrante de la banda OM, Luis Kuncar, quien apostó por la contracultura de aquella corriente que había nacido bajo el denominativo de rock & roll).
Con mi hermano teníamos la aspiración de poseer música en físico. Teníamos una fijación por el vinilo. Fuimos comprando poco a poco, en la Pérez, en el sector de libros. Los discos costaban Bs2 o Bs5; y la gente se deshacía de sus discos. Comenzamos a comprar y a conocer diferentes grupos. Íbamos al Mercado Lanza. Era un sueño, era un paraíso, a veces encontrábamos discos sellados.
Había un señor que vendía una caja de Wara de los ‘Inca’. Tenía como unos 15 y los vendía a Bs30. Ahora eso cuesta muchísima plata. El año 2006 los discos comenzaron a subir, costaban 30 a Bs50. Me decían que ya no es como antes. Empezó un interés por el vinilo, por tener un plástico, por muchos motivos, sobre todo el sonido. Pero, bueno, hasta el día de hoy he logrado tener alrededor de tres mil discos. Lo que también tengo que añadir que cada semana llega uno más.
En realidad yo estoy en varios segmentos. El año pasado hice una entrevista muy buena a Antonio ‘Vichi’ Olivera, baterista de la agrupación OM, con una propuesta heavy muy local y esotérica, la cual produjo himnos como ‘Estaño metal del Diablo’ (tributada por el grupo Sabathan en el disco Aruma); ‘Círculo de cuadrados o Cochuna’ (reversionada por el Grillo Villegas en ‘Huye el sol’ con el nombre ‘Viaje a los Yungas’). Ahora él vive en Europa, hicimos la entrevista por Zoom.
También hice una entrevista al baterista Fernando Sanjinés, de la banda Sol Simiente Sur, que ha pasado a la historia como uno de los testimonios más valiosos de la corriente neofolklore. Grabadas en octubre de 1978, ‘Mama Phagjsi’ y ‘Cochabamba e Invierno’ son temas de él, que ahora vive en San Francisco, Estados Unidos.
Fernando ha grabado varios discos en los últimos años. Entre ellos, uno propio de percusión brasilera titulado ‘Heartbeat of the Jaguar’, que incluye un kantu y una saya, con la participación especial del vientista Isaac López, del Grupo Aymara.”
Deja un comentario