La Habana-. La Amazonia brasileña sucumbe bajo el fuego y el fotógrafo Víctor Moriyama ha tomado imágenes de ese desastre: “he sobrevolado la Amazonia en varias ocasiones, una experiencia que se define como una mezcla de sentimientos contradictorios.
Cuando sobrevuelas una zona preservada tienes la sensación de estar encima de un gran océano verde, de que la selva es infinita.
Pero eso lo vives sólo en las reservas indígenas o en los parques naturales. Cuando es un área que no está protegida enseguida aparece el ganado, los incendios… Esa transición es muy clara.
Cuba y sus científicos advertían sobre ello hace 35 años cuando el capitán Antonio Núñez Jiménez, quien fuera embajador de Cuba en el Perú (1974-1978), encabezó la expedición “En canoa del Amazonas al Caribe”.
LAS CUATRO RECOMENDACIONES Y LAS CUMBRES QUE VIENEN
Lo que está claro es que las áreas reservadas y los territorios de los pueblos indígenas son los menos quemados. También está claro que la única forma de no llegar al “punto de no retorno” que se planteó en la Cumbre Presidencial de Belém do Pará (8 y 9 de agosto) es:
1. Declarar moratoria a la tala de bosques por 20 a 30 años.
2. Dejar los combustibles fósiles en el subsuelo.
3. Parar los bionegocios extractivistas de las grandes empresas.
4. Dejar en manos de los pueblos indígenas la gestión de sus territorios.
Ojalá que esas cuatro medidas, sugeridas por los pueblos indígenas y los defensores del bioma andino-amazónico en esa cimera, por cierto, no acogidas por los presidentes, puedan ser consideradas en los próximos foros mundiales auspiciados por la Organización de Naciones Unidas.
La cumbre de los 77+China en La Habana, Cuba, del viernes y sábado próximos, expresará la voz del sur global sobre los “Retos actuales del desarrollo”, con la prevista asistencia del presidente brasileño, Inacio Lula da Silva; el boliviano, Luis Arce, y probablemente, el de China, Xi Jin Ping.
Tenemos la esperanza que en la primera cimera en Nairobi, Kenya, y la segunda en La Habana, los presentes recuerden lo que tan temprano como en la Cumbre de la Tierra de 1992 en Rio de Janeiro, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, apuntó: “Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo, colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto».
EL CAPITÁN Y CIENTÍFICO ANTONIO NÚÑEZ JIMÉNEZ
Pero además, los mandatarios deberían consideren lo que el capitán de la Revolución Cubana y científico de primer nivel, Antonio Núñez Jiménez, escribió sobre nuestro bioma en su artículo de 1988 titulado “Panorama de la Cuenca Amazónica»:
«Primero la colonización ibérica, luego el mercado de esclavos indígenas, el comercio del palo Brasil, el efecto del caucho y ahora el petrolero, más la construcción de vías terrestres, el desarrollo de las comunicaciones fluviales y aéreas y, entre otros factores, la explotación forestal, ponen en peligro a la naturaleza y al hombre amazónicos.”
EN CANOA DEL AMAZONAS AL CARIBE
Núñez Jiménez nació el 20 de abril de 1923 en Alquizar, provincia de Artemisa, Cuba, y fue quien propuso y realizó de 1987 a 1988 la conocida travesía En canoa del Amazonas al Caribe.
En 1994, cuando contaba con 71 años de edad, creó la Fundaciòn de la Naturaleza y el Hombre que hoy lleva su nombre y cuya presidenta es su hija Liliana Núñez Véliz.
La Fundación es una institución cultural y científica de carácter civil, no gubernamental, sin ánimos de lucro, dedicada a la investigación y promoción de programas y proyectos para la protección del ambiente en su relación con la cultura y la sociedad.
El capitán Núñez Jiménez señaló entre otras importantes anotaciones científicas sobre la Amazonía, lo siguiente: “Por el proceso anterior de fuegos, provocados intencionalmente, en unos casos para obtener ganancias por las empresas madereras o por lo colonos, para cosechas muy pobres, ya se han destruido 400 mil km2 , es decir, un territorio tan grande como España, a lo que es necesario agregar la destrucción realizada por los garimpeiros o mineros ilegales que provocan incendios con el propósito de desbrozar el terreno y así hacer sus operaciones.
Los fuegos llegan a tal extremo que las autoridades de muchas partes de la selva se ven obligadas a clausurar aeropuertos locales, ya que aquellos impiden la visibilidad, al mismo tiempo que los hospitales están repletos de niños afectados por problemas respiratorios ocasionados por el humo y las partículas dañinas».
La expedición, organizada por el capitán del Ejército Rebelde de Cuba, con una conmemoración de naturaleza evidentemente americanista, descolonizadora y científicamente revolucionaria, consistió en los siguientes puntos:
1) Reproducir el descubrimiento original del Caribe y sus islas por las tribus prehistóricas de las cuencas del Amazonas y del Orinoco.
2) Realizar investigaciones científicas en los campos de la Naturaleza y el Hombre.
3) Dar pasos concretos hacia la unidad latinoamericana y caribeña.
Pero además de soberana y científica, la expedición tuvo un carácter antiimperialista. Esto es lo que relata Núñez Jiménez cuando señala que: “resultó imprescindible trasladar con urgencia a un enfermo; miembro de la expedición, hasta el hospital más próximo; la prohibición de Estados Unidos de que arribáramos a las islas de Granada y Puerto Rico”. Ese cierre imperialista casi le cuesta la vida a un expedicionario.
Asimismo, en el capítulo XXXVII de su libro, titulado Aviones, submarinos y guardacostas de Estados Unidos hostigan a la expedición, cuenta el Capitán Núñez el incidente de la pérdida de una canoa en el mar Caribe y lo hace con aderezada sorna:
“Debido a la prohibición norteamericana, la canoa Simón Bolívar fue remolcada desde Tórtola, al no poder navegar en aguas de las Islas Vírgenes norteamericanas, y así arribó a la de Saona, en el sudeste de la República Dominicana … Viajábamos los miembros de la expedición, (cuando) a las 18:30 horas del día 5 de noviembre, entre las islas de Tórtola y Peter, un avión a chorro de la Fuerza Aérea de Estados Unidos realizó un vuelo rasante sobre la embarcación. Después, en horas de la medianoche, un submarino navegó próximo a la expedición. Al día siguiente, también de noche, un guardacostas norteamericano, en aguas próximas al Canal de la Mona, interceptó nuestra nave y solicitó la identificación y nacionalidad de sus tripulantes, así como informar de los puertos de salida y destino. Mas tarde la Gilles Alida fue abordada por marines estadounidenses y la registraron en aguas haitianas”.
EL RECORRIDO FLUVIAL Y MARÍTIMO
La expedición, que partió de Quito el 2 de marzo de 1987 y concluyó en su primera etapa en San Salvador, Las Bahamas, el 14 de junio de 1988, se desarrolló en dos canoas nombradas Simón Bolívar y Hatuey, que navegaron a la usanza indígena y pretendía pasar por las corrientes de los ríos Orinoco y Amazonas y luego seguir por el mar Caribe, a fin de reconstruir los antiguos desplazamientos y migraciones que propiciaron el poblamiento prehispánico desde la Amazonia hasta las Antillas, principalmente de comunidades Arahuacas. La trayectoria consistió en llegar por el río Napo en Ecuador y Perú al Amazonas, hasta la desembocadura del río Negro cerca de Manaos y de allí remontar este afluente hasta el Casiquiare, en territorio de Colombia y Venezuela.
El diario de Antonio Núñez Jiménez, ilustrado con fotos y mapas realizados por diferentes miembros de la expedición, tuvo un alto impacto en los círculos intelectuales de América Latina de aquel entonces. En cifras fue lo siguiente: cinco canoas, 90 científicos, 58 colaboradores, 432 personas movilizadas, 20 países visitados y 17 mil 422 km recorridos. En su testamento, el doctor Núñez Jiménez escribió que: «Vivimos en una sola Tierra, respiramos una sola atmósfera, estamos rodeados por un solo océano y políticamente vivimos en un mundo, en el que, aunque dividido en países, sufrimos los mismos problemas de la dicotomía entre ricos y pobres….
Al referirnos a Cuba la relacionamos con el Mundo, pues la contaminación, ya sea del océano, como del aire que respiramos o la Tierra, nos puede afectar a todos. Cualquier explosión atómica en el más apartado rincón, afecta directa o indirectamente el aire, el suelo y el subsuelo de todos los países; igual puede decirse de las emanaciones industriales o de los derrames petroleros”.
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