septiembre 21, 2023

La demagogia de Álvaro García Linera

Por Adolfo Mena Gonzales -.


El 30 de agosto, en el programa conducido por Gringo Gonzales en el canal de televisión Abya Yala, con la participación de Eduardo Rodríguez Veltzé y Álvaro García Linera se llevó adelante lo que mí parecer fue una penosa actuación al calificar temas sensibles a la sociedad a partir del desconocimiento de la coyuntura, cuyos amanejos en gran cantidad son heredados incluso del periodo en que García Linera era vicepresidente. Aquí abordaremos algunas respuestas que expusieron, en un intento mediocre (si no tiene otro nombre) de desgastar la imagen de un Gobierno que trata de mantener la economía a flote en una coyuntura nacional e internacional compleja y que, contra todo pronóstico, lo está logrando.

El primer punto abordado fue lo social, en el cual en breves palabras retomo lo que señala García Linera, quien comentó que no hay una inversión masiva en el ámbito social y que tenemos paralizados los temas de riego, de alcantarillado, de infraestructura y que tampoco creado ningún nuevo bono. Esto lo decía afirmando que el gobierno de Luis Arce no ha hecho grandes esfuerzos, otorgándole una calificación de seis (raspando).

Mi respuesta: a nivel mundial existe una crisis económica, este hecho no deja ajeno a Bolivia en cuanto a su situación de inversión social en programas, peor aún hablar de “bonos”. Debemos recordar que los programas de infraestructura de riego o agua potable funcionaron con préstamos de organismos que en su momento veían que el país tenía recursos a partir de los buenos precios de hidrocarburos y capacidad de pago. En este sentido, había recursos y préstamos para una inversión masiva en ámbito social.

Hay que mencionar que la inversión de proyectos provenientes del programa “Evo cumple” funcionó con apoyo de Venezuela y luego con recursos de la bonanza hidrocarburífera, de la que fueron víctimas Linera y Evo, a quienes les dijeron que existía un “mar de gas”. Por tanto, esa idea de bonos en una economía postpandemia, con guerra internacional y sin las condiciones económicas de 2005, planteada por Linera, es pura demagogia que afecta la imagen del Gobierno sin tener conocimiento (de manera intencional o no) de los factores nacionales e internacionales y su interacción.

Luego abordaron lo referente a seguridad ciudadana y narcotráfico, punto en el que García Linera otorgó una calificación de 5,3, señalando que el gran problema en seguridad es la pendiente reestructuración profunda de la Policía tras los sucesos de 2019 y de los problemas que ya arrastraba “con nosotros” la institución (o sea que no es algo nuevo), afirmando que cuando entra Luis no pudo desmontar eso y que hay una actitud muy pasiva frente a las estructuras policiales que siempre tienen que ser objeto de cuidado, señalando lo sucedido con la media tonelada de droga o el caso Marset, y que las inversiones que hicieron cuando él era Vicepresidente, como la compra de las cámaras, hoy están siendo usadas para chismes u otro tipo de tonterías y no para implementar seguridad ciudadana. También apuntó la no existencia de una renovación de los cuadros en esa institución fundamental del Estado y su preocupación sobre la tolerancia social al narcotráfico.

Mi respuesta: en este punto se podría reducir a la simple y sencilla consigna que es aplicable a buena cantidad de temas que aborda siempre Linera haciendo favor flaco a la oposición: “pide que en dos años se haga lo que no hizo él en 14 años en mejores condiciones sociales económicas y con 2/3 de la Asamblea”.

Pero es bueno siempre refrescar la memoria, puesto que habla de una reestructuración de una entidad olvidada en años y lógicamente maltratada por quien hoy acusa y difama, como es Carlos Romero, quien tenía conocimiento de un pliego petitorio de los policías previo al golpe (pero ese es otro asunto). Más allá de la reestructuración, es la poca o nula formación ideológica en esa entidad, la cual, en su condición de Vicepresidente, prometió realizar; formación política para una defensa férrea del Proceso de Cambio, aspecto que no hizo, ya que tenemos una entidad corrupta heredada.

Sobre Marset y el caso de droga de Viru Viru, no es algo nuevo ver cómo entidades como la Policía están involucradas, simplemente recordemos los casos de René Sanabria o de Montenegro, que obtuvo una doble identidad y tenía nexos con la Policía. Además de la reestructuración debe tenerse presente las condiciones para llevar adelante esto: ¿se igualará en términos de trato y beneficios como a los militares?, ¿hay los recursos para exigir un cambio de actitud en tema de equipamiento y capacitación? Estos detalles van relacionados a la situación económica. En este punto lo mínimamente decente es aceptar que se ha fallado en 14 años en esa tarea.

En cuanto a la política exterior, espacio en el que afirmaba de forma textual: “no tenemos política internacional”, señalando “que eso es lamentable y que ciertamente sustituir al hombre símbolo que fue Evo Morales es muy complicado, porque él era un símbolo mundial, es de las pocas cosas planetarias universales que hemos tenido los bolivianos, pero con un equipo más o menos serio y consistente se podía haber hecho presencia, pero no existimos en el ámbito internacional, Bolivia ha desaparecido, nadie se acuerda de Bolivia. Entonces eso es muy malo, antes marcábamos línea en ciertas cosas, la voz de Bolivia se oía, era como un referente de los países pobres, de los países del Sur… le colocaría un cuatro”.

Mi respuesta: sobre política exterior hay que refrescar la memoria, puesto que no recuerdo otro gobierno (que el presidente Arce) que se esté comiendo una demanda internacional por desmontar un aparato colonial, como eran los servidores de carrera “diplomática”, ya que durante el periodo que él fue Vicepresidente se habló de la “diplomacia de los pueblos”, que no se ejerció por tener a esos “diplomáticos de carrera”. Además que posterior al golpe tocó coexistir con la “academia diplomática descolonizada”, que sin dudarlo se pasó al bando de Longaric, por tanto lo que quedó de esa diplomacia “de carrera” y de la “nueva academia” fue casi cero. Eso obviamente tiene consecuencias en el ámbito de las gestiones de carácter internacional, sin mencionar que parte de la política de austeridad, para dar el ejemplo, fue el aspecto de reducción de salarios y prescindir de servicio exterior en buena parte de los países, además de señalar que no es que no se quiera embajadores en todo lado, sino que ese aspecto pasa por la Asamblea Legislativa, que actualmente no se pone de acuerdo ni para aprobar créditos y garantizar estabilidad económica.

Por otro lado, ya lo hablaban en otras columnas sobre la fetichización que da García Linera a la imagen de Evo (ojo dije Evo, no indígena), sin que hasta ahora se dé cuenta que solo hace daño al compañero Evo, puesto que genera una imagen de culto a la personalidad.

Sobre Justicia, señalaba García Linera: “nosotros heredamos una Justicia, y coincido con el doctor Rodríguez, que es un tema secular y se remonta hasta a la fundación de la República. Un sistema de Justicia que se mueve en función del dinero o la presión política, eso lo heredamos cuando notables excepciones, el doctor es una de esas excepciones, pensamos que cambiando la forma o los requisitos de los méritos puede haber cambiado; pensamos que promoviendo la presencia de jueces y de fiscales que vienen de lo popular, que no pertenecen a las viejas roscas de abogados que se ha ido formando a lo largo de la República, podía haber modificado eso, y no: se cambió el color de la piel, el apellido, el origen social de las personas… y el defecto sigue siendo el mismo dinero y presión política para torcer la Justicia a donde le plazca sea el que sea. Tiene justicia el que tiene plata o presión política y el resto se arruina; es triste, pasó también con nosotros y está pasando ahora entonces. …Coincido con el doctor de que se tenía el gran momento de hacer una gran reforma de la Justicia, aprovechando la debacle de ese régimen que provocó el gobierno de Áñez, y se no asumió el reto ni aprovechó el momento político; y ahora ya no lo va a hacer, está claro que este Gobierno no va a tocar el tema la Justicia y vamos a sobrevivir con este régimen corrupto de la Justicia”.

Mi respuesta: nuevamente cabe refrescar la memoria, sobre todo cuando señala que hubo el momento político ideal para hacer el cambio, con el gobierno del presidente Arce. Acá vemos que la famosa “democratización” que planteó Linera en su momento fue un fracaso; él lo afirma. Pero más allá de eso, recordemos las cumbres de Justicia, ¿qué aportaron? ¿Sirvieron de algo? ¿O simplemente fue llamar a reunir a la misma cantidad de jueces abogados para no llegar a nada y seguir en lo mismo? Más allá de un aplazo al Gobierno en el cual él fue Vicepresidente, debe leer los tiempos políticos, ¿o acaso no es consciente de lo que se vive en Colombia con el caso Barbosa-Petro, donde acusan la injerencia del Ejecutivo en la Justicia; o sea ganarse otro frente de pelea generando ingobernabilidad? (Esto además de no tener garantizado a la Policía, organizaciones sociales fragmentadas y carecer de los 2/3 de Asamblea a causa de una dirigencia masista que impulsa el culto a la persona).

Nuevamente el Sr. García Linera no ve que la coyuntura frágil del gobierno no es la misma que cuando él era Vicepresidente y gozaba de los 2/3 para modificar todo. Pese a ello se cayeron la reforma al Código Penal, no se hicieron juicios de responsabilidades a Mesa o Tuto, solo por citar algunos casos. Y es que es demagógico afirmar que Luis Arce tuvo la oportunidad, cuando quienes realmente la tuvieron aplazan a un gobierno que está contra viento y marea llevando adelante elecciones judiciales que posiblemente no ayuden en nada a cambiar la Justicia, pero cumpliendo la norma.

Sobre política, García Linera hablaba de la relación del presidente Luis Arce con la Asamblea Legislativa, con sus ministros, con las organizaciones sociales, con el Movimiento Al Socialismo (MAS), y la relación con Morales, sobre lo cual refirió que “el gobierno de Luis Arce era un gobierno políticamente muy débil aunque electoralmente muy fuerte, 55% es un espaldarazo extraordinario de la población, no te olvides que en los tiempos neoliberales se gobernaba con el 20%, con el 27% exageradamente, y Luis tuvo el 55%, pero era claro que políticamente era muy débil, él es políticamente muy débil, no es un hombre de musculatura política, el cargo le ha quedado grande y se ha rodeado de compañeros igualmente muy débiles políticamente, y a partir de eso se da un conjunto de resultados como es esta no vinculación, no haber logrado una articulación virtuosa con el líder del movimiento, le correspondía ante todo al Presidente haber forjado eso, el que tenía que construir eso…, el Presidente, como dicen los argentinos, es el que tiene la pluma para firmar, no lo ha hecho hacia los sectores sociales y ha reconstituido lo que se llamaba la mediación prebendal. Nosotros lográbamos lealtad social con Evo, haciendo obras colectivas logramos lealtad comunitaria, llevando un sistema de riego, un colegio, un hospital, una carretera, Luis ha sustituido esa lealtad comunitaria por la lealtad individual del soborno, de la prebenda, y eso corrompe la estructura social, hace mucho daño, esto es un regreso a la mediación prebendal de Barrientos, o del MNR, y eso es triste, no me gusta ver en la organización social, ya lo había hecho años atrás con los líderes del Pacto de Unidad y Luis ha mantenido, eso la diferencia con Evo, es que él no daba dinero a los dirigentes, hacía obras para las comunidades, la lealtad de la comunitaria hasta en eso era comunitario. Hay un deterioro de las dirigencias sociales, un mal manejo de la política, no saber aprovechar el conjunto de barbaridades de la oposición, comenzando con el Banco Fassil, que se han farreado mil millones de dólares y nadie dice nada; y cuando hay un problema en una empresa estatal, de que tiene una deuda, creo que todas las empresas estatales tienen una deuda de 500 millones de Bs, pero los empresarios privados se robaron un mil millones de dólares y no le saben sacar el jugo para apretarles el cuello a los empresarios y a los políticos de derecha. Es decir, tampoco saben hacer política grande, me desespera ese infantilismo; claro, son hombres pequeños. Entonces políticamente yo lo colocaría para intentar salvar la gestión. Le voy a colocar un cuatro cinco”.

Mi respuesta: aquí es hasta irresponsable, y caemos en el afamado dicho de “un militar patriota me ha dicho” o un “policía patriota me ha dicho”. Si García Linera no tiene pruebas de hechos de otorgación de recursos económicos a modo de prebendas por parte del presidente Arce, es una temeraria afirmación. Sobre los puntos que aborda en cuanto a la musculatura política y lealtades basadas en obras y gestión, la mejor prueba de la falsedad de la afirmación está dada en tres hechos: 1) Derrota del 21F a nivel electoral; 2) No conseguir superar el techo electoral del 48% en 2019; y 3) La consolidación del golpe de Estado de 2019. Vemos que, políticamente, cuando era Vicepresidente era muy “fuerte”, por tanto creo que para comparar nuevamente coyunturas en cuanto a musculatura política o hablar de quién es fuerte o débil mininamente hay que mirar que hizo en su gestión para dar una afirmación o calificación.

Además de ello, hay que puntualizar que lo del Banco Fassil es algo que se arrastra de años, incluso en su gestión, pero fue el presidente Arce quien toma la decisión política de procesar a esa casta de élites en Santa Cruz (cosa que como Vicepresidente no hizo, ya que recordemos que él dejaba hacer negocios en Santa Cruz “mientras no se metan en política”). Igualmente, hablando de fortalezas políticas, solo Luis Arce tuvo el coraje de procesar a Camacho, Pumari, Áñez, que asesinaron a hermanos en 2019, a diferencia de lo que pasó con las víctimas de “octubre negro” de 2003, que cuando él ejercía como Vicepresidente y con Asamblea de 2/3 pudieron hacer juicio de responsabilidades, pero en lugar de eso se le otorgó indulto a Mesa y Tuto, al solo incorporarlos en la demanda marítima. Por cuanto creo que debe evaluarse muy seriamente sobre los roles que cada entidad debe hacer: Gobierno hace gestión, partido lleva adelante formación. En tal sentido debemos señalar el aplazo en 14 del MAS al no generar espacios de formación para que no se diera lo que él señala en cuanto al prebendalismo de las dirigencias (si es que tiene pruebas), ya que esa era la labor de la Vicepresidencia. Él tenía conocimiento de que en muchos casos otorgaron, en su periodo de Vicepresidente, fuentes laborales a parientes de altas dirigencias de organizaciones sociales, como fue el caso del que en vida fue el Flaco Borda. Además pienso que es hasta vergonzoso realizar una afirmación así, cuando él tiene trabajando en Entel a su señora esposa. Pero, como dicen vulgarmente, esa es la hipocresía y la demagogia.

El último punto fue sobre economía, pero en este caso pienso que el señor García Linera solo se contradice, retomando la frase sencilla asociada a “por qué pides que se haga en dos años y medio lo que no hicieron en 14 años”. En cuanto a litio y más allá de temas de inflación o divisas, debemos ver lo internacional; y la situación interna en la Asamblea, como fue el caso con la Ley del Oro.

Veo con mucha pena a quien otrora fuera Vicepresidente realizar demagogia sin ver lo que fue el pasado de bonanza y periodo de 14 años, donde no se trabajó en formación política, no se llevó adelante medidas con tema exploratorio de hidrocarburos o juicios de responsabilidad a los responsables de “octubre negro”, pero hoy llevando adelante una campaña de desgaste con un sutil toque de cinismo, impulsando un proyecto que no fue malo pero que le toleramos cosas como las citadas porque sabíamos la importancia de la continuidad y que era mucho más valioso el proyecto político que esos temas. Pero vemos ahora que él y otras personas no tienen la misma lectura del sentido del momento histórico, en pocas palaras: no son conscientes de la revolución. Así que si debiéramos darle calificaciones como hizo él en el programa, junto con invitarle a mirar cómo dejamos la casa en 2019 para después tener la moral de evaluar al actual Gobierno.

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