Por Adolfo Mena Gonzales -.
Algo que ha sido una constante dentro de los grupos de personas que militamos en la izquierda y el Movimiento Al Socialismo (MAS) ha sido la dinámica de manejo de la narrativa, además del tema del manejo de redes sociales. El uso de las nuevas plataformas e incursión de autoridades en estas, bajo los mismos lineamientos que manejaron las anteriores autoridades, más antiguas, desde hace mucho tiempo atrás.
Lo curioso en esta dinámica es lo que mencionaba claramente la acusación de “derechización del Gobierno”, por unos; y por el otro lado la alianza “Camacho-Evo”. Personalmente ambas me parecen absurdas y un despropósito de desgaste de fuerzas de izquierda, acusándose mutuamente, a través de sus fanáticos, de quién es menos izquierdista.
En tal sentido, no vemos un horizonte más internacionalista. Y es triste ver cómo esta dinámica termina afectando a compañeros que, en su poca lectura política, van a intentar polarizar algo tan noble como la solidaridad con Cuba o con Venezuela, por el simple hecho de que la persona que condena el bloqueo no es quien hubiera deseado que fuera. Eso es mezquino y ruin.
En la Asamblea de las Naciones Unidas, en su ciclo 78, el presidente Arce condenó el criminal bloqueo de los Estados Unidos a la Cuba revolucionaria, señalando que las medidas coercitivas deben terminar. También llamó a la Asamblea para que se cumplan los dictámenes establecidos en cuanto a la Isla, la cual va ganando la moción para levantar el bloqueo en plenaria de varias sesiones.
Ante esta situación, pude observar en varios de esos grupos (con mucha pena) cómo defenestraban al presidente Arce, cuestionando qué tenía que ver en su discurso, dentro de ese espacio, la solidaridad con Cuba.
Lo que evidentemente mostró es que la persona ignorante que publicó esa afirmación no había visto el discurso, ni mucho menos le interesaba saber qué era lo que impulsaba el Presidente en la Asamblea. Simplemente porque era él (Lucho) y no Evo quien hacia la denuncia del criminal bloqueo. Esa posición mezquina, que no es únicamente de esa persona, no solo afecta a Bolivia, sino que afecta a Cuba. Eso es lo más doloroso del asunto. Esos fanatismos no solo están dañando al MAS, sino, que empiezan a perjudicar a países amigos históricamente, a quienes desde siempre han apoyado la lucha de los humildes y excluidos.
Las acciones de esas personas (que espero que dentro de nuestro Instrumento no sean muchas) solo denotan la falta de formación política, y que, efectivamente, no ven que la lucha es a nivel internacional. Ya a nivel nacional es por un proyecto político; no por personas. Así que cuando alguien que defiende Cuba no es de su agrado aquellas personas terminan excluyendo/separando internamente, perjudicando una lucha que es aún más grande.
La miopía y ese neotrotskismo que tienen algunas personas en consignas como la que mencioné no solo hacen favor flaco a la derecha nacional, sino también al imperialismo, a la gusanera cubana. Solo desgastan a la izquierda latinoamericana, y eso no debe darse, por más light que esta sea.
Tampoco se trata de felicitar a esos progresismos que se desvían del verdadero enemigo: el imperialismo. Hay que nuevamente retrotraernos a lo que Fidel decía en su concepto de revolución: “sentido del momento histórico”, es eso y nada más.
El culto a la personalidad hizo perder un referéndum, dio el argumento e insumos para justificar un golpe de Estado en 2019, y trae consigo la fractura de organizaciones sociales del movimiento político más grande de Bolivia. Y ahora está llegando incluso a perjudicar a la Revolución cubana en la campaña para que levanten el bloqueo.
Espero, y aún tengo la esperanza, que esos compañeros fanáticos dejen de lado el culto a la personalidad y se den cuenta del daño que ha causado a través de los años a todo un proyecto nacional, y que incluso ahora hace favor flaco a la derecha internacional el criticar al Presidente por defender a Cuba en las Naciones Unidas.
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