
La Paz-. (ABI). – Con 3.394.052 votos, Luis Arce y David Choquehuanca se convirtieron, el 18 de octubre de 2020, en el binomio que más votos obtuvo en toda la historia boliviana y del Movimiento Al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS – IPSP).
En opinión del sociólogo y doctor en Ciencia Política, Fernando Mayorga, «los resultados de las elecciones generales, en cierta medida, fueron sorprendentes, sobre todo para los rivales del MAS – IPSP».
Una semana antes de los comicios, el desaparecido periódico Página Siete publicó los datos de una encuesta que indicó un virtual empate entre los candidatos de Comunidad Ciudadana (CC) y el MAS – IPSP:
“A la pregunta ¿Por quién votaría usted en las próximas elecciones presidenciales?», el 27,2% dijo que respaldaría a Carlos Mesa (CC), el 27,1% a Arce (MAS) y el 14% a Fernando Camacho (Creemos). El 19,8% de los encuestados expresó estar indeciso respecto a su voto y el 7,4% sostuvo que votaría por ninguno, blanco o nulo.
Mayorga, autor del libro «Resistir y retornar. Avatares del proceso decisional en el MAS – IPSP (2019-2021)”, sostiene que «es dable suponer que la intención de ese medio de comunicación era influir en los votantes indecisos para que los resultados definan una segunda vuelta o para instalar dudas sobre la victoria del MAS – IPSP en primera vuelta, tal como aconteció un año antes (en 2019)».
«En los hechos, esa quinta parte del electorado concentró su preferencia electoral en el MAS – IPSP, que obtuvo mayoría absoluta con el 55,11% de los votos, con una distancia nítida respecto a CC, que solamente logró el 28,83%.
La diferencia fue mayor al millón y medio de votos, puesto que 3.394.052 ciudadanas y ciudadanos dieron su apoyo a Luis Arce, contra 1.775.953 que optaron por Carlos Mesa», destaca.
En criterio del estudioso, la «base electoral del MAS-IPSPS se mantuvo intacta y, además, su binomio logró reconquistar una importante porción de adhesiones del votante medio –no militante y, en general, citadino– que había optado por otras candidaturas en los comicios de 2019 puesto que, en esa ocasión, Evo Morales obtuvo el 47% de los votos, un guarismo por debajo de las cifras contundentes que sacó en anteriores contiendas».
En 2005, en su primera victoria electoral Morales logró 1.544.374 votos, en 2009, 2.943.209 votos; en 2014, 3.173.304, y en 2019, en las elecciones anuladas, 2.889.359 votos, confirman datos oficiales.
Basado en ello, el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, afirmó, hace algún tiempo, que el binomio Arce – Choquehuanca fue el «que más votos obtuvo en toda la historia boliviana y del MAS».
«En 2005, el MAS – IPSP venció con más del 53%, en 2009 su votación superó el 63% y en 2014 obtuvo el 61% de votos. Sin la presencia de su líder histórico, el MAS – IPSP volvió a vencer en primera vuelta con mayoría absoluta», afirma, por su lado, Mayorga.
En su informe «La complejidad territorial del voto en Bolivia. Geografía electoral 2020, Friedrich – Ebert – Stiftung», señaló que el triunfo del MAS – IPSP ratificó su condición de «única fuerza de carácter nacional que se asienta en su significativa presencia territorial en casi todos los municipios y en un nivel de apoyo muy elevado en las zonas rurales dispersas y en los pueblos pequeños (…), y el importante aporte electoral de los centros urbanos metropolitanos y de las localidades intermedias, principalmente en el occidente”.
Los datos muestran que el MAS – IPSP consiguió la victoria en la mayoría de los municipios y se impuso en seis departamentos: Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Pando. En algunas regiones, en particular rurales, venció de manera abrumadora. También avanzó en las tierras bajas.
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