diciembre 3, 2023

Gigio Díaz: Banda Estertor

Una de las mejores conversaciones que tuve en este tiempo de entrevistas con músicos fue sin duda con Gigio Díaz. Muchos datos históricos, mucha información que llevan a sumergirse en la historia del rock nacional, en eventualidades y movidas tanto under como del rock. Estuvimos buen rato indagando su historia.

La música me escogió

“Nací en Oruro, el 6 agosto del año de 1978. Terminé el colegio y vine a la ciudad de La Paz. Salí del colegio Anglo Americano. En 1996 vine a radicar a La Paz. Soy de los que cree que la música me escogió a mí. Desde muy chico ya sabía que quería estar involucrado en la música; no sabía si quería cantar, si quería tocar la guitarra, pero sabía que quería estar cerca de la música.

Al comienzo escuchaba los discos de mi padre. No era un gran tipo, no me dejaba escuchar su música. Yo ponía la aguja en el disco y hacía girar manualmente, me parecía mágico. Mi padre no me dejaba usar su equipo de sonido, pensaba que lo iba a quemar. Para entonces yo hacía sonar los discos manualmente.

Me comencé a enamorar de las tapas de los discos de mi padre. Aunque ante mis ojos eran discos muy básicos, música disco de los 70. Había pocas cosas interesantes. Entre ellos tenía el primer disco de la banda de rock estadounidense Toto (formada en 1976). Me encantaba la espada al centro. Después un amigo me pasó un casete de Queen y empecé a entrar a un mundo diferente, con bandas de heavy metal como Iron Maiden (fundada en 1975 por el bajista Steve Harris).

Un amigo ponía el disco en su casa y nos sentábamos a escuchar. Ahí aprendí el valor de la música. Tener un capital simbólico, cuánto cuesta tener un disco, tener música, saber de música. Hablo de finales de los 80, comienzos de los 90.

Después nos sentábamos a escuchar programas de radio para aprender música nueva. También escuchábamos música vieja, como The Beatles, Queen –que es una de mis bandas favoritas–. Las noticias llegaban demasiado tarde, de la muerte de Freddy Mercury uno se enteraba meses después, particularmente en Oruro. Hablo de mi experiencia. Lo mismo pasó con la muerte de Kurt Cobain.

Existe una mística alrededor de la música, eso es encantador.”

Banda Estertor

“Con un grupo de compañeros tomamos la decisión de hacer una banda de rock cuando estábamos en la pre promo. Daniel Álvarez, Luis Cáceres y José Luis Torrez. No teníamos idea de cómo hacer, agarramos instrumentos; por afinidad agarré una guitarra de palo y así. La banda se llamaba Estertor. Nosotros tocábamos metal, inspirados en diferentes bandas estadounidense como Metallica, Megadeth y Sepultura.

Mucho tiempo después nos llegó un flyer de Cochabamba donde había una banda con el mismo nombre, esto pasó el año 1995, cuando estaba en la promoción. Entonces decidimos cambiar el nombre. No había redes sociales ni forma de comunicarnos con ellos, no teníamos pruebas de quién era la banda más antigua, creo que hasta hoy existe esa banda.

Por poco tiempo fuimos a tocar a la ciudad de La Paz con el nombre Estertor, pero después lo cambiamos. Desde la periferia en Oruro era muy difícil posesionarnos, recibíamos flyers de todos lados, de La Paz y de Cochabamba. Había una movida muy fuerte en los 90, por ejemplo. Cocha era cuna de bandas metal a nivel Bolivia. Estaban los Llajtay Kjaparin y los Sanctum Regnum, entre otras. En La Paz estaba Hate y Arise.”

La Rockeron

“En La Paz había un boliche under en la calle Boquerón, en San Pedro, entre la Plaza Israel y José Martí, al cual le llamábamos La Rockeron. Era un salón de fiesta que los dueños alquilaban para cualquier evento. La movida metal era ahí. Se hacían los unders, era buenísimo. Hay un buen libro que escribió Omar Montecinos sobre estas experiencias: Cuero y metal: memorias del underground Paceño. Es muy bueno para recordar cosas.

Terminando el colegio me vine volando a vivir a La Paz. Todas las cosas estaban pasando acá, la movida del metal, del rock, bandas como Loukass. Todavía había bandas muy buenas, estaba Coda-3, Lapsus, Ragga Ki, que abrían conciertos para Café Tacvba. Es decir, había una movida alucinante. Sin pensarlo dos veces me vine a vivir a La Paz.

Vine y me puse a estudiar Comunicación Social en la Universidad Católica Boliviana. Estaba en mis estudios, pero sin dejar las tocadas, metiéndome en el medio, tratado de conocer gente. A Loukass los conocí en Oruro, en 1994, cuando fueron sin Christian Krauss. Un amigo que organizaba la fiesta en La Casona (es un lugar en la plaza principal bien conocido) me los presentó; no había cámaras en los celulares para unas fotos, eran unas personas bastantes accesibles, fue inolvidable, me acuerdo como si fuera ayer.

Era muy difícil acceder a los artistas, solamente podías sintonizarlos en programas de música en canal universitario de cada ciudad. Había un programa llamado Super Video Hits, de Mauricio Torrez, ese era al canal de difusión, y por supuesto la radio. Siempre hubo una disposición honesta de mostrar lo nuestro. Después llegaron los sellos discográficos transnacionales que apoyaron a las bandas como Octavia, y Sony Music o BMG al Grillo Villegas. Estos sellos han editado los discos.”

Capella Records

“Una de las primeras bandas con las que comencé a tener amistad honesta en la ciudad de La Paz fue Underblue, que se cambiaron el nombre a Tramline Ferret. Lanzaron un disco que grabaron con Martin Joffré, en su estudio llamado Capella Records, en Miraflores. Tenía una grabadora de 22 canales en cinta de una pulgada, una meza de mezcla, se grababa analógico.

Era un tiempo donde solo tenías Discolandia. Si ellos estaban interesados te grababan el disco; y tenías Pro Audio, que era el estudio por excelencia de Sergio ‘Mosca’ Claros. Si tenías buena plata podías grabar ahí, y en el estudio de Martín, que tenía unos precios más accesibles, y la calidad era muy buena.

Cuando escuché las mezclas de Tramline Ferret, no parecía boliviano, tenía un sonido más anglo, otro color sonoro y sus composiciones. Eso hizo que lograse una amistad con Martín Joffré. Fue al final del año 1999.”

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