octubre 4, 2024

Lo público y lo privado haciendo política

Por Adolfo Mena Gonzales -.


Quienes hacemos política sabemos que es un riesgo recibir ataques, sea desde los medios, oposición e incluso ahora desde excompañeros de luchas. Esto no es nuevo, se vivió desde el neoliberalismo. Pasó en el Proceso de Cambio con Evo Morales y actualmente en esta etapa del proceso con el presidente Lucho.

Estos ataques no dejan aislados a los equipos colaboradores, lo que trae a colación lo que días atrás señalaba Adriana Salvatierra en el programa de José Pomacusi referente al actuar de Jorge Richter en su condición de vocero presidencial, cuando decía que “utilizaba los micrófonos de Luis Arce para dirimir temas personales”. Bueno, como parte de nuestra memoria histórica y con fines de autocrítica es bueno destacar algunos casos muy emblemáticos en cuanto al uso de espacios y condición de servidor público para abordar temas personales.

El ser político de por sí implica no tener vida privada (seas quien seas, presidente, vocero, dirigente sindical, etcétera), porque representas. Partiendo de ese aspecto, efectivamente no era el espacio concreto de Richter para abordar asuntos que todos los que hacemos política lo hemos vivido, aun cuando vemos que afecta mucho al compañero Richter al ser tocada la dignidad de su familia.

Es así que, recordemos, que para hijos de otros se han realizado las mismas acciones. Y para llevar adelante una afirmación tan tenaz de usar la condición de vocero para abordar lo personal, vamos a los ejemplos: como cuando Wilfredo Chávez en la gestión de Lucho Arce justificó la contratación de Evaliz Morales (hija de Evo). Cuando un procurador, haciendo uso de su condición de máxima autoridad, justificó la contratación ante el ataque de la derecha a la hija de Evo, y nadie del sector de Luis Arce le preguntó que por qué hacía uso de su condición para dar explicaciones ante un asunto que es de orden común, además que no había nepotismo y cumplía las condiciones de contratación.

Por otro lado, recordemos el año 2016, el caso Zapata, y no con ánimos de atacar a Evo, sino con el fin de observar esos actos de defensa en cuanto a la vida personal de la máxima autoridad del país, los que no eran ajenos a personas o autoridades del compañero en su momento, como lo era entonces Marianela Paco, como ministra de Comunicación y vocera.

Efectivamente, quienes somos del Movimiento Al Socialismo (MAS) no hicimos mayor énfasis en aquello, porque sabíamos que es un mecanismo muy ruin meterse con la vida privada y aumentar el chisme de la novela para desgastar la imagen del compañero Evo, y que eso era cosa de la oposición. Pero ojo, hoy vemos cómo cambian las cosas, que con fines de sacar de casillas al vocero, que otrora fuera alguien que en el golpe se animó a denunciar las atrocidades del gobierno nefasto de Áñez y Murillo.

Es así lo cómodo de algunos compañeros y compañeras, que lanzan afirmaciones de manera muy sencilla sin ver la cola que se pisa. Esto no es con fin de atacar a Evo, quítense esa idea de la cabeza, esto es con fines de autocrítica, de no caer en los mismos errores de 2016 y 2019, de plantear que el actual Gobierno no haga lo mismo que hizo el equipo del compañero Evo, no es correcto.

Hablaron de ética, en la entrevista de Pomacusi, en cuanto a usar espacios comunicacionales en calidad de servidor público para abordar lo privado. Es necesario recordarles a esos “compañeros” y “compañeras” que están insistiendo en fórmulas de 2016 y 2019 que se han cometido errores en el pasado en esa misma línea que hoy denuncian. Y que, militantes de aquel momento, defendimos con capa y espada. Así que hoy no deberíamos hacer afirmaciones tenaces en nombre de la ética en cuanto al uso o no de condición de servidor público para abordar lo privado si en el pasado ya se hizo eso.

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