Guido Ripamonti de la tienda Zurco me comentó que Ibelisse Guardia Ferragutti se encontraba en Bolivia, que estaba haciendo un trabajo muy bueno y no podía dejar de escucharlo. Por lo menos una vez al mes voy a la tienda de Guido para charlar, ver novedades, comprar algún vinilo o disco y, por supuesto, escuchar música, entonces me pasó su contacto, ella se encontraba en Potosí, hicimos la entrevista virtual y quedé anonadado por todo lo que estaba haciendo, un trabajo impecable, les dejo parte de nuestra conversación.
La música
“Vengo de una familia que viene tanto de Bolivia como de Brasil, porque mi mamá es brasilera. Ambas familias son muy musicales, entre compositores y músicos, así que crecí en una cuna de música, eso fue una gran influencia; además que mis papás son amantes de la música, teníamos música todo el tiempo.
De pequeña me meten a clases de piano clásico, al Instituto Laredo en Cochabamba, ahí hice como 15 años de piano clásico, aunque en el Laredo son multifacéticos, entonces también hacía danza, teatro y un montón de cosas más. En mi juventud y mi lado más rebelde había tocado bajo con música punk, es un género musical que emergió a mediados de los años 1970. Este género se caracteriza en la industria musical por su actitud independiente y contracultural, en sus inicios era una música de composición minimalista, muy simple y cruda, y a veces descuidada.”
La Vaca Aurora
“Nuestro grupo de punk se llamaba La Vaca Aurora, esto era en Cochabamba, la banda duró muy poco, tocábamos súper under, estaba Alejandra Gutiérrez –que creo que sigue en el mundo del punk–, ahora los chicos de la banda hacen cine, Martín Boulocq, Rodrigo Asbún, Diego Canelas y Richi Cuéllar. Después teníamos una banda que se llamaba Tequila Sunrise, como la bebida, yo tocaba el bajo, tampoco duró mucho, era una pincelada, un momentito, me encantaba tocar el bajo, eso del volumen.”
Ámsterdam
“Después hubo un momento de eureka donde me di cuenta que pasaba tantas horas al frente del piano y vi que mi cuerpo también es un instrumento, me dediqué a dar más a la danza, me fui a Brasil a seguir estudiando, es donde me comentaron de una escuela en Ámsterdam, capital de los Países Bajos, la Escuela Superior de Arte de Ámsterdam, súper buena sobre performance, teatro físico y otras ramas, me gradué de ahí. Luego de muchos años comencé a extrañar la música, entonces vuelvo pero desde un lugar experimental, con mucha influencia de jazz, pop, rock, y empecé a tocar más sintetizadores y pianos electrónicos.
Como en el teatro físico empecé a trabajar en unas producciones muy profesionales, muy grandes a pesar que recién estaba graduada de la academia, comencé a estar con los grupos más grandes en Holanda, un privilegio total, un nivel muy alto, lo que me salvaba para seguir aprendiendo era ir a concierto experimentales, mucho jazz improvisado, me inspiró un montón, entonces comencé a tocar con amigos, a improvisar, a componer canciones, se movió la cosa fácilmente porque ya estaba en el medio del arte, ya me conocía la gente, es así que empecé a tocar con las bandas.
Ahora ya estoy tocando como 15 años en bandas, hicimos tours en Japón, Estados Unidos y por todas partes en Europa, ahí entré muy fuerte a la música, tenía todo el tiempo para dedicarme a ella.”
Silverbones
“Lo que acabamos de acabar con mi pareja Frank Rosaly es un disco, él es un gran baterista. Una disquera de Chicago nos invitó a lo que se llama International Anthem, es muy linda la disquera, es muy de jazz, pero es muy abierto a todo tipo de música, entonces con mi pareja, que es norteamericano pero sus papás son de Puerto Rico, ambos tenemos muchísima influencia latina, buscamos esa influencia para hacer el disco dúo, una memoria de los ancestros latinos; en el disco tenemos varios invitados, lo lanzaremos en mayo de 2024, se llama Meztixo.
Lanzaremos un disco entero con 11 canciones, el primer single se llama ‘Destejer’, es una canción mía, yo compuse pero los arreglos los hice con Frank.
A veces creí que en Bolivia es muy difícil abarcar por las construcciones sociales que hay, por ejemplo, yo podía tocar un pinquillo, una zampoña, porque mi ancestralidad es mitad española, mitad indígena, entonces me siento remal haciendo eso, no sé porque yo tengo ese compás moral, aun cuando lo que yo hago es agarrar mi sintetizador y sincronizarlo como Ayarachi ‘Yura’, dándole la vuelta trato de honrar a los sonidos nuestros, sin pasar un borde que ofenda a alguien, de esa manera entro a los sonidos de los Andes, del Brasil, de Centroamérica, esa es la inspiración de este single, destejiendo.
Destejer es tan importante en nuestras vidas, viendo esas falsas colonizaciones, los cuerpos colonizados, confiar en mi cuerpo, confiar en mis oídos, confiar en mi corazón que me guía a esta música de nuestros ancestros, es demasiado hermosa, la amo, la venero y darle una vueltita a mi manera para estar cerca de mí.”
Bolivia
“En julio de 2023 volví a Bolivia después de siete años, en esta etapa de búsqueda, de encontrarme con mis raíces, sentir el territorio, de bailar con nuestros apus, achachilas y awichas. El proyecto de Silverbones es basado en este dolor colonial que yo sentía, de todo lo que le habían hecho al Cerro Rico de Potosí.
Vine a estudiar con Silvia Rivera Cusicanqui un mes, ella escribe sobre el ch’ixi, sobre la cuestión de diáspora boliviana, me ayudó a buscar un norte, me respondió muchas preguntas entre charlas y lecturas, es lo que se llama sociología de la imagen, pero sé que también ella vive en un lugar muy académico, muy teórico y necesario, yo lo quería complementar con otros conocimientos y me fui al Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) para la Reunión Anual de Etnología RAE ‘Sonidos, músicas y espacios’, este festival de sonoridades que tenía.
La música boliviana está muy entretejida entre lo místico, espiritual y el calendario de agricultura, conocí algunos músicos, entre ellas a Elvira Espejo, y le pedí a un amauta que me lea la coca para ver si le puedo hacer una ofrenda al Cerro Rico de Potosí, por todo este dolor, pero tal vez sea una ofrenda a mí misma.
Además de eso estoy haciendo un documental de mi ofrenda, de mi búsqueda con un coro de chicas, canta las canciones que Elvira Espejo ha rescatado de sus abuelas, me estoy entretejiendo con la música de los Andes.”
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