diciembre 1, 2024

El bloqueo “desde adentro” como arma contrarrevolucionaria


Por La Época -.


La contrarrevolución recurre a varios formas y métodos para derrocar a las revoluciones populares. Los enemigos de los procesos de liberación social ensayan agresiones externas, sabotajes a la economía, estigmatizaciones groseras que aprovechan el morbo, atentados contra altas autoridades, sanciones unilaterales y toda una larga lista de medidas orientadas a “revertir” –por usar el término más recurrente empleado durante la época de Reagan para evitar el de desestabilización– el protagonismo de los pueblos en el gobierno.

La Revolución cubana, desde el triunfo de 1959 hasta la actualidad, siempre demostró ser compacta, sin que ello significara anular el debate de ideas al que Fidel Castro convocó sin cansancio. Esta primera revolución socialista en América Latina y el Caribe tuvo sus desertores, como es lógico, pero lo que enfrenta desde el principio es un criminal bloqueo económico-comercial que se ha endurecido con las 243 medidas adicionales tomadas por la administración Trump.

Las revoluciones de Nicaragua y Venezuela han enfrentado agresiones internas y externas como la cubana. La contrarrevolución, financiada por los Estados Unidos, ha desarrollado planes “desde adentro” para derrocar esos procesos y todo tipo de sanciones “desde fuera” para hacer tambalear y destruir los cimientos de la revolución. El apoyo a las bandas contrarrevolucionarias nicaragüenses y la incursión de paramilitares colombianos hacia territorio venezolano, dan cuenta solo de dos ejemplos de la organización y apoyo a las acciones de violencia.

En Bolivia las medidas desplegadas por las fuerzas enemigas de la revolución han sido más “desde adentro” que “desde fuera”, lo que no implica que la mano invisible del imperialismo no haya estado presente en las acciones contra el gobierno de Evo Morales, quien fuera derrocado en 2019, ni mucho menos que no esté actuando ahora contra el gobierno dirigido por presidente Luis Arce.

Pero la característica más importante de la actual fase de la contrarrevolución es el bloqueo “desde adentro”. El Gobierno enfrenta en minoría a las acciones de la derecha desde la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), cuya articulación entre la derecha clásica –Creemos y Comunidad Ciudadana (CC)– y la facción del Movimiento Al Socialismo (MAS) liderada por Evo Morales, tienen paralizada la aprobación de leyes económicas. A eso hay que sumar los golpes a la economía que se lanzan desde los agroexportadores y la banca privada al especular con el dólar e impactar en los precios de la economía popular, pero también no se puede omitir el fuerte daño que provoca las acciones de la facción masista con el bloqueo de caminos. Y llama más la atención que el “evismo” celebre junto a la derecha y los medios hegemónicos el bloqueo a las leyes económicas.

Por tanto, el bloqueo contra el gobierno de Luis Arce es “desde adentro” y es la principal forma de contrarrevolución ahora en marcha. Detrás de todo, como es obvio suponer, están los Estados Unidos, el más interesado en que se acabe el Proceso de Cambio en Bolivia para apoderarse luego del litio y otros recursos naturales.

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