Por Mauricio Rocabado Rocabado (Economista)-.
En un mundo cada vez más globalizado e interconectado el turismo se ha convertido en una de las actividades económicas más importantes a nivel mundial. Su impacto va más allá de la simple generación de ingresos, ya que también juega un papel fundamental en la creación de empleos, el desarrollo de infraestructuras, la promoción de la cultura local y la diversificación de las economías nacionales.
En este contexto, el ingreso de divisas proveniente del turismo extranjero se configura como un elemento vital para la estabilidad financiera de los países. Estas divisas, que son obtenidas a cambio de la prestación de servicios turísticos a visitantes internacionales, permiten financiar proyectos de desarrollo, fortalecer la seguridad social, mejorar la calidad de vida de la población y, en general, contribuir al crecimiento económico sostenible.
El turismo no solo aporta ingresos directos a través de la actividad turística en sí misma (alojamiento, alimentación, transporte, actividades), sino que además tiene un efecto multiplicador en otros sectores de la economía. Por ejemplo, la construcción de hoteles y resorts genera empleos en el sector de la construcción, mientras que la compra de souvenirs y artesanías beneficia principalmente a los productores locales. Asimismo, puede ayudar a promover la agricultura local, la producción de alimentos y la industria artesanal.
Por otra parte, el desarrollo del sector puede crear un impacto positivo en la sociedad en su conjunto, como reducir el desempleo y la pobreza, contribuir a la mejora de la educación y la salud de la población local, así como a la promoción de la cultura y la diversidad. Sin embargo, su desarrollo no está exento de desafíos. Es importante que se gestione de manera sostenible para evitar impactos negativos en el medio ambiente y la sociedad local. La planificación y gestión del turismo debe tener en cuenta la capacidad de carga del territorio, la protección del medio ambiente y la participación de las comunidades locales.
Ahora bien, para comprender la importancia del sector turismo como generador de divisas tomo como ejemplo tres países: Costa Rica, Perú y España.
Costa Rica es un ejemplo paradigmático del éxito del turismo como motor de desarrollo económico. En 2022 el sector turístico representó el 8,2% de su Producto Interno Bruto (PIB), generando 3,9 mil millones de dólares en divisas. Este flujo de ingresos ha permitido financiar proyectos de infraestructura, fortalecer la seguridad social y mejorar la calidad de vida de la población. El turismo de naturaleza, ecoturismo y aventura son los principales subsectores que impulsan la economía costarricense.
Perú ha experimentado un crecimiento sostenido del turismo en los últimos años. En 2022 el sector representó el 3,9% del PIB peruano, generando 5,4 mil millones de dólares en divisas. El turismo cultural, el turismo gastronómico y el turismo de aventura son los principales subsectores que impulsan el crecimiento del sector en el país. La riqueza cultural y natural, junto a la mejora de la infraestructura y la promoción internacional han contribuido a posicionar a Perú como un destino turístico de primer nivel.
En una escala mucho mayor y con una larga tradición turística, España es uno de los líderes mundiales en este sector. En 2022 el turismo representó el 14,3% del PIB, generando 154 mil millones de dólares. El turismo de sol y playa, junto al turismo cultural y urbano son sus pilares. La diversificación de la oferta y la apuesta por la calidad han sido claves para el éxito del turismo español.
Ahora bien, en comparación con los países mencionados anteriormente Bolivia aún tiene un largo camino por recorrer en materia de desarrollo turístico. En 2022 el sector representó solo el 2,7% del PIB, generando 780 millones de dólares en divisas (en comparación: 20% de Costa Rica; 14,4% de Perú y 0,5% de España). El turismo cultural, el turismo de naturaleza y el turismo comunitario son los subsectores con mayor potencial de desarrollo. Pero la falta de infraestructura, la débil promoción internacional y la escasa inversión pública son algunos de los desafíos que enfrenta el sector.
Es de suma importancia establecer estrategias de crecimiento económico a partir del sector turismo, con la finalidad de que sea sostenible en el tiempo y beneficioso para la población en general, como lo es en los países mencionados, y en nuestro caso en particular para el ingreso de divisas que fortalezcan la economía nacional.
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