Washington-. Una nueva polémica ronda hoy al expresidente Donald Trump, casi seguro candidato del Partido Republicano a las elecciones de Estados Unidos este año, cuando en uno de sus arranques consideró que algunos migrantes no son personas.
Aunque la retórica antiinmigrante de Trump no es nueva, se remonta a su campaña de 2016 cuando catalogó a los migrantes mexicanos como «violadores», su discurso alcanza cada vez un nivel más duro en su actual cruzada por volver a la Casa Blanca.
Ya afirmó que las personas que emigran a Estados Unidos «envenenan la sangre del país» y recién el pasado fin de semana, en un mitin en Ohio habló de forma despectiva de los indocumentados que cometen algún crimen porque «en algunos casos no son personas».
En ese momento expresó de forma -para muchos críticos desafortunada, confusa y fuera de lugar- que en Estados Unidos se podría dar un «baño de sangre» si no él no resultara electo en los comicios de noviembre.
«La fecha, recuerden esto, el 5 de noviembre, creo que será la fecha más importante en la historia de nuestro país», dijo Trump a sus simpatizantes en el acto celebrado en Vandalia, Ohio.
El mes pasado, en la víspera de las primarias de Carolina del Sur, el expresidente hizo alarde de su discurso xenófobo cuando refirió que los migrantes “vienen de todas partes: de Sudamérica, de Asia y de África. Atacan a los policías en Times Square (en Nueva York) y a la buena gente de Carolina del Sur que va de visita a Washington”. “Es una locura”, dijo.
Son conocidas las expresiones de Trump en 2018 cuando comparó a los migrantes irregulares como animales durante una reunión en la Casa Blanca e insistió entonces en que aquellos que han cometido crímenes están provocando una “carnicería” que no puede ser tolerada.
El pasado año, cuando participó en una conferencia política conservadora, el magnate criticó la política migratoria del presidente Joe Biden y prometió que de llegar a la mansión ejecutiva otra vez hará “la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos” enfocada en aquellos sin un estatus legal regular.
Tanto Trump como Biden ya aseguraron la suficiente cantidad delegados para ser los nominados para la candidatura presidencial de sus respectivos partidos en la Convención Nacional Republicana y Demócrata, prevista para los venideros meses de julio y agosto.
Lo anterior advierte que, si los pronósticos se cumplen, habrá un enfrentamiento revancha entre los dos. Biden confía en que si ganó una vez al republicano en 2020 podría lograrlo dos, pero las condiciones hace cuatro años no eran las mismas, ni los electores tampoco.
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