diciembre 1, 2024

Un pueblo de corazón guerrero: la nación Yampara de Bolivia celebra su danza milenaria

La nación indígena Yampara, en el departamento de Chuquisaca (centrosur), tiene una larga tradición guerrera, que quedó demostrada en batallas contra la corona española en el siglo XIX. La plaza central de su pueblo, Tarabuco, ostenta con orgullo la estatua de uno de sus guerreros, con el rostro poseído por el éxtasis y en su mano el corazón de un soldado enemigo, que se está comiendo.

Fieles a sus tradiciones y orgullosos de su historia, las y los Yampara celebraron el Pujllay, una danza milenaria dedicada a agradecer a la Pachamama y otras deidades de la naturaleza por los alimentos cosechados. Carne, verduras, hojas de coca, frutas y botellas de refresco colgaban del Gran Pukara, una estructura de 14 metros a la cual se treparían los yampara al anochecer para repartirlos entre los presentes.

Tata Juan Guarayo Vargas es kuraka (máxima autoridad, en Quechua) de la nación Yampara. En diálogo con Sputnik, consideró que la celebración se volvió muy masiva los últimos años, lo cual trajo aparejada la distorsión del sentido del Pujllay.

«Antes bailábamos alrededor de los mojones [como también se llama a la Pukara], que vestíamos con nuestros productos. Ahí bailábamos el Pujllay, que simboliza compartir en armonía, también agradeciendo a la Pacha. Siempre usamos las vestimentas de ahora: ñusta para la mujer y pujllay para el hombre», explicó.

En los últimos años comenzaron a llegar para la fiesta visitantes de todo el país, especialmente de Sucre, una de las dos capitales de Bolivia, distante a dos horas en auto o bus de esta población.

Además de las siete comunidades de los Yampara en el municipio de Tarabuco, también permiten que bailen las y los visitantes, aunque en ocasiones no lucen las prendas tradicionales: «Nosotros siempre decimos a cualquier grupo que quiera puede bailar, pero que use la ropa originaria. ¡Basta de distorsión!», exigió el kuraka.

En el Pujllay, los hombres llevan en sus pies abarcas con una gruesa y pesada plataforma de madera. En los talones lucen espuelas que a cada paso sueltan su sonido metálico. En las cabezas cargan monteras, unos cascos de cuero de vaca muy similares a los yelmos que traían los conquistadores europeos.

Las mujeres lucen vestidos con muchos detalles, que tardan varias semanas en tejer a mano. Mientras bailan hacen ondear banderas blancas.

Los ‘comecorazones’

El 12 de marzo de 1816 los yampara vencieron a los españoles en la batalla de Yumbate. Al finalizar el combate, los guerreros celebraron comiendo los corazones de los soldados enemigos. Desde entonces se ganaron el apodo de «sonk’o mikuy», los comecorazones.

«Los yampara siempre hemos sido luchadores. Nunca nos hemos sometido a los españoles. Más al contrario, los tatarabuelos han ido a comer los corazones de rabia. Hoy nos dicen que somos comecorazones, pero fueron nuestros tatarabuelos que han reaccionado porque nos estaban humillando, queriendo invadir nuestro territorio», afirmó tata Juan Guarayo.

«Por eso siempre digo que los españoles tienen que devolver todo lo que han robado, tienen que resarcir toda la sangre que han hecho derramar a las naciones indígenas de Bolivia», sostuvo.

Danza bajo la lluvia

Al Pujllay de este domingo 17 de marzo tenía que asistir el presidente Luis Arce, pero a último momento suspendió su participación por la emergencia climática que atraviesa gran parte del país. Una lluvia persistente también cayó en Tarabuco sobre las y los bailarines en torno al Gran Pukara.

Por disconformidad con la distorsión del festejo, las autoridades de la Nación Originaria Yampara organizaron su propio Pujllay el sábado 16: «Para nosotros es importante conservar la identidad cultural que han dejado los tatarabuelos», dijo Guarayo.

«Para nosotros la Pukara no se viste con plástico, con botellas desechables o con latas. Como autoridades de la nación Yampara pido a la gente que recupere la esencia del Pukara, del Pujllay», expresó.

Y agregó: «Nos sentimos orgullosos de otra gente que no es Yampara baile y haga Pukara. Pero no queremos que cercenen nuestra identidad cultural. Por eso hemos hecho nuestro Pukara el sábado, con productos de aquí y nada de lata ni de plásticos ni desechables. Tanto se habla de medio ambiente, pero ¿qué hacemos en la práctica?».

El kuraka yampara advirtió que «la danza del Pujllay se ha hecho desde antes de la colonia y la seguiremos manteniendo. Vamos a profundizar la esencia de la Pukara el año próximo. Desde hoy les invito a que vengan el segundo sábado de marzo de 2025 para hacer nuestra gran Pukara, que se tiene que expandir a toda Bolivia».

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