Por Alexia Valle* -.
El 14 de marzo el economista Juan Pablo Quiroz Serrano publicó un artículo titulado “Indicadores Daddy Yankee vs. Luis Miguel”, en el cual hace un análisis de la coyuntura económica aludiendo a una mención que el Ministro de Economía hizo en septiembre de 2022. Sin embargo, el irónico artículo omite muchos datos en su análisis que lo llevan a una conclusión forzada, como detallaremos en estas líneas.
El primero, la ironía respecto a la apreciación del movimiento económico que genera un concierto no reconoce que el asistir a estos se considera un gasto discrecional, algo que se pueden permitir quienes tienen más dinero para disponer ya que no es un tema de necesidad. Por otro lado, un concierto internacional genera viajes interdepartamentales ya que suelen darse solamente en algunas ciudades del eje troncal, desplazándose muchos de los asistentes en vuelos, otra forma de consumo de segmentos que pueden permitirse ese gasto.
Adicionalmente, la venta de entradas, los patrocinios y otras actividades colaterales también son parte del impacto económico de la industria musical, en el caso de los conciertos.
Segundo, cuando el autor señala que “el indicador Daddy Yankee estaba distorsionado”, haciendo referencia a su análisis de la economía nacional, salta hacia el desabastecimiento de combustible, disminución de yacimientos (seguramente intentó referirse a la producción de gas que necesita de constante inversión para reponer antiguos yacimientos por nuevos, porque al ser un recurso no renovable se va agotando), disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN), atribuyendo a un supuesto “despilfarro” de créditos y donaciones que habrían llevado a la falta de circulación de dólares.
Su análisis no muestra que en realidad la falta de divisas se debe a la reducción de producción de gas que viene desde 2014. Tampoco señala que los niveles de RIN están muy vinculados a los ingresos de gas, dato que se comprueba con la reducción de ambas variables a partir de 2014, siguiendo una tendencia paralela.
Tercero, cuestiona la deuda externa de 29,1% del PIB, pero no indica que se halla entre las más bajas de la Región. Llama fracasado al proceso de industrialización sin dar ningún dato, y más adelante salta a la supuesta quiebra del Banco Fassil, que valga la aclaración no quebró sino que fue intervenido oportunamente por el sistema financiero evitando que la población pierda sus ahorros.
Cuarto, con relación a las calificadoras de riesgo, no dice que estas tomaron como principal argumento el supuesto riesgo de que el país pudiera no pagar el servicio de la deuda, situación que fue desmentida por la realidad ya que Bolivia hasta ahora no ha incumplido ningún pago. Más aún, un día antes que dicho economista publicara su artículo la plataforma Bloomberg informó de la noticia del repunte de los bonos soberanos bolivianos.
Este último punto vale la pena ampliarlo, ya que los analistas de Wall Street mostraron perplejidad porque no esperaban ese dato positivo de los bonos soberanos de Bolivia luego de las evaluaciones de las calificadoras de riesgo, en tanto, desde su punto de vista sistémico, no sería posible que le vaya bien al país sin aplicar las medidas del Fondo Monetario Internacional (FMI), a las que Quiroz parece afín cuando cuestiona el rol del Estado en la economía.
Por último, sobre el indicador “Luis Miguel”, del cual podría ser autor Quiroz, cuando señala que no llegó al país por que “no había condiciones para realizar el concierto”, la cancelación del evento no tendría que ver con una situación de crisis económica, como empuja su análisis, dado el movimiento económico que iba produciendo. Por ejemplo, las entradas vendidas llegaron a un monto recaudado de nueve millones 177 mil 105 de Bs hasta antes de un mes del concierto y la gente tenía inclusive pasajes en avión comprados. Estos son indicadores de capacidad de consumo que si respondieron; por tanto, no se canceló el evento porque no se hubieran comercializado entradas.
Al final Luis Miguel suspendió varios conciertos en México, República Dominicana y en Colombia, atribuyendo problemas de distinta índole como logísticos, termino similar al utilizado en Bolivia. Esto salió en medios locales e internacionales, inclusive los medios señalaron que el verdadero motivo habría sido pasar Semana Santa con su novia en España.
Da la impresión de que el autor selecciona situaciones que puede ironizar para insinuar una crisis en el país, sin considerar los datos que indican que esta no existe. Este enfoque sesgado es una práctica común entre algunos analistas. Una táctica recuerda al coro de la canción de Luis Miguel “Culpable o no”: “Miénteme, como siempre…”.
Sin duda hay retos en el contexto económico, pero el aporte de los profesionales a la opinión pública no debería ser el sesgo y autoconvencimiento, sino analizar objetivamente los problemas y soluciones concretas que brindan los datos. Por ejemplo, el Plan de Reactivación del Upstream (PRU) para la reposición de reservas de gas, los actuales avances en la diversificación productiva e industrialización ante el bloqueo de la Asamblea Legislativa a las leyes económicas para la aprobación de créditos, el avance en los proyectos enfocados a la sustitución de importaciones de diésel, la producción de etanol y el cambio de la matriz energética, entre otros.
* Administradora de empresas.
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