mayo 6, 2024

Javier Saldías, el joven rebelde que fue subyugado por la invasión británica y el “Flower Power”

Por Luis Oporto Ordóñez *-.


Falleció Javier Alfonso Saldías (1947 1 -2024). Legendario e icónico intérprete y compositor del rock. Con un grupo de barrio, “una pandilla de muchachos rebeldes”, incursionó en el rock con The Black Birds (1965). Con The Climax (1968), junto a José Pepe Eguino y Álvaro Córdoba abre una nueva página en la historia del rock, en el que graba su tema emblemático “Nacido para ser salvaje”, inspirado en el original de Steppenwolf “Born to be wild”, que marcó época. Innovó en el rock fusión, con “Pachakutek” en su placa Gusano Mecánico, que incorpora música tradicional de Charazani. En 1977 funda Luz de América con los hermanos Mauricio y Charly Barrionuevo, con el que nos ofrece “Es mejor el amor”, “Ven a mí” y “Ven a mi disco show”. La fusión del rock con blues, jazz y música nativa, es parte integral de su obra, con temas como “Disco Waka”, con Gustavo Valera y “Vive más”, con la voz de Adrián Barrenechea. Forjó nuevas generaciones desde el Conservatorio Plurinacional de Música, donde fue docente desde 2002.

Músicos y críticos le rindieron honores: “Fue uno de los músicos populares más grandes de nuestra historia reciente (…) Una persona cálida que trabajó muy bien con varios músicos y que no se peleó con nadie. The Black Birds fueron los principales pioneros de este género (rock nacional) experimentando con lo psicodélico y el sonido de la invasión británica” (Sergio Calero). “Era un bajista muy fino y experto (…) Lograba captar muy bien diferentes estilos y propuestas musicales. Con él tocamos, en los 70, Uriah Heep sin problemas” (Nicolás Suárez). “Saldías y sus compañeros supieron tomar los ritmos que llegaban del exterior y hacerlos bolivianos. Demostraron el talento nacional. Fue un gran maestro” (Yelitza Mozz). “Vocalista de la época fundacional del rock boliviano, intérprete de diferentes estilos que llenaron el alma musical de sus fanáticos o de públicos contemporáneos inscritos en el jazz, la bossa nova o el pop. Maestro que impulsó la música moderna en el Conservatorio Plurinacional de Música de Bolivia” (Franz Chavez).

Si bien Saldías no documentó per se su fascinante trayectoria, cuenta con un cv que traza su línea de tiempo. Existen al menos tres entrevistas esenciales para aproximarse a su trayectoria de vida y su experiencia musical: Sandro Velarde, El Fin de la Historia, analiza la parte fundacional con énfasis en la banda Climax (15 de septiembre de 2022); Carlos Calderón, programa de Radio Mejillones on Line Cultura Viva, incide en su trayectoria global con datos reveladores (14 de octubre de 2022); e Iván Marcel Durán Fernández, con su programa Facetas de Potosí, sobre Luz de América (13 de enero 2024). Con esos elementos cedemos la palabra a Javier Saldías, para recrear en primera persona su fascinante experiencia musical.

“Nací músico. Me fui haciendo músico poco a poco. Empecé a pulsar un acordeón a piano a mis 12 años. Tuve profesora en casa para estudiar música. Teníamos un grupo en el barrio, una especie de pandilla de chiquillos traviesos, que se llamaba Los Pájaros Negros, The Black Birds. Mi padre era tan generoso que me compró un equipo Thunder profesional de bajo. Yo estaba empezando a tocar el saxo. Pepe me dijo, ‘toca pues el bajo. Se arma una buena banda con un bajista’. A los 14, 15 años, fundamos The Black Birds, pero la primera vez que salimos en una foto fue como los Crickets, primer proyecto, después vino The Black Birds” (CC). “Luego de ganar el concurso organizado por la empresa Phillips, fuimos a grabar un disco en Buenos Aires, Argentina, donde conocimos a Jorge Montes, un Hendrix argentino, un bluesman, con él fundamos el grupo Mahatma, Alma Grande” (SV). Yelitza Mozz afirma que se unió a la banda Mark Yoder, hijo de un militar de la embajada de los Estados Unidos, dueño de una guitarra de 12 cuerdas, similar a la de John Lennon.

“Nosotros teníamos la inquietud desde la época de Los Beatles y de las transformaciones musicales que se han visto con la invasión británica que revalorizan el trabajo de los grandes bluseros norteamericanos y empiezan a trabajar el nuevo rock” (SV). “Un tío que se fue a vivir a Inglaterra, empezó a mandar desde Manchester los primeros discos de los Beatles, los Yard Birds, The Ventures, toda la primera camada inglesa” (IMD). “Viajamos a Denver, Colorado, un puente de paso obligado del este al oeste. Hemos tenido la suerte de empaparnos del conocimiento de la nueva generación, Cream, Jimmy Hendrix. Hicimos un ‘power trío’ (bajo, teclado, batería), veíamos cómo se daban formas de entre tres elementos de llenar todos los espacios y tener música de todos los niveles, desde la parte más compleja armónica hasta las más rockeras (…) ahí viene uno de los impulsos más fuertes, la generación Beat” (CC). “Era la época del hipismo, the Flower Power, un shock total directo, llegamos de un mundo tan formal, a un aluvión de locura y la libertad total, con un slogan muy comprometido que era ‘droga, sexo y rock and roll’. El punto central fue enfocarnos en la música. Ha sido un parto generacional. He sido autor de la letra y la temática, pero el gran sostén armónico del grupo siempre ha sido Pepe Eguino, gran guitarrista y versátil” (SV).

“A nuestro retorno, fundamos Clímax con mucho éxito, fue uno de los primeros grupos que hizo rock fusión” (CC). “Está en nuestro disco Gusano Mecánico, se fusionó con una pinkillada de Charazani, salió algo muy ancestral, es decir, la sangre te llama. El Gusano Mecánico fue grabado con Walter, un ayudante de grabación, pues los técnicos de Discolandia eran muy cuadrados, eran de carácter insoportable, discriminaban a los hippies. Por eso, Gusano Mecánico no está muy bien elaborado. Clímax es un rock progresivo, una música de audición. Escribí todas las letras en las bandas que participé, lo propio en Luz de América, con el que interpelo al sistema: ‘denme un minuto para cantar por el que calla y no tiene pan’, por el que le han privado la libertad de expresarse, que le han tapado la boca” (CC).

“Marine House era un campo de recreación de los marines de los Estados Unidos, en Sopocachi. Contrataron a The Clímax. Apareció Bob Hopkins y engranamos, era un militar que trabajaba en la Nasa, era un hombre gordo y por eso lo llamábamos Oso. Grabamos con Bob ‘el abrigo café de piel de gallina’ (1970), un patrón musical de blues universal, con un cambio de ritmo, sobre el cual Bob le puso la letra. Es un tema admirable, tiene una melodía hecha por acordes que sucesivamente van formando una armonía. Pepe ha sido el mago armónico de estas ideas y sobre eso vino la melodía, que fue mi campo. Gusano Mecánico es exponente del rock progresivo, palabra mayor. Emerson Like and Palmer, punto de influencia en nuestro grupo. El Gusano Mecánico es una reflexión sobre la maquinación que vuelve al hombre en una máquina, un robot: ‘Salven a este mundo de morirse oscuro, mentes que gobiernan, hilos del futuro’. Yo creo que era una premonición, terminamos siendo gusanos mecánicos de un sistema electrónico digital, una llamada de alerta de lo que iba a venir y cómo iba a cambiar el mundo tecnológico en nuestras vidas” (SV).

“A fines del año 77, me asocio con los hermanos Barrionuevo, en búsqueda de música popular con dignidad, calidad con altura. Hemos sido una banda escuela. Debe haber unas cinco o seis generaciones que han pasado por Luz de América. Una carrera con muchos discos. Recorrimos el país, excepto Pando, de punta a punta una tres veces. El primer LP con Discolandia, tenía ‘Carnavalito’ y ‘Dónde’, hizo bailar a muchas generaciones, con una fusión de ritmos y hasta de instrumentos característicos de Bolivia. Hemos tenido la suerte de tener una carrera ambigua, una dirigida a la música popular y la otra a la parte cultural, donde hemos trabajado con autorías propias, con la música fusión, con rock y algo de jazz. La fusión la hemos practicado siempre, ha sido una luz en nuestro camino” (SV).

“La tradición rockera, ha sido mi lineamiento, colindante con el jazz, pero el rock es mi espacio. Fuimos pioneros en la fusión, pues nos atraía la parte ancestral, musicalmente hablando” (SV). “Me inicié con los Black Birds. Teníamos un rock de muy alto nivel. Luego vino Black Jack, Luz de América, Años Luz y Zembu Bossa Jazz. He tocado con Emma Junaro, con Zulma Yugar, con Savia Nueva” (IMD). “El Conservatorio inicialmente fue creado para cultivar música culta, música clásica. Se ha ido abriendo la mente de los directivos y se crea el departamento de Música Moderna hace 25 años. Yo trabajo desde el 2002. Entré dando teóricas, algo de bajo también y estoy a cargo de los ensambles de blues y rock, manejo siete grupos a mi cargo, rock, bajo, batería, saxo, teclados, guitarras, con los alumnos del penúltimo año de estudios. Ha entrado muy en boga el trombón, el saxo barítono, trompetas, sección de bronces o vientos de cualquier banda. El músico tiene que tener sostenimiento en su carrera y muchas veces tiene que tocar lo que le ordena el jefe o lo que la gente le pide. El blues es parte del jazz y del rock” (IMD).

Descansa en paz, Maestro.


  • Magister Scientiarum en Historias Andinas y Amazónicas y docente titular de la carrera de Historia de la UMSA.

1       Algunas versiones en las redes sociales señalan 1948.

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