mayo 19, 2024

El Congreso del MAS y los peligros que no acaban


Por La Época -.


Los movimientos sociales que fundaron el Instrumento Político en marzo de 1995 en la ciudad de Santa Cruz, han inaugurado el viernes pasado en la ciudad de El Alto un congreso ordinario con el propósito de aprobar Estatuto, Tesis Política y una nueva Dirección Nacional en miras a su participación en las elecciones generales de 2025, sin es que algún acontecimiento inesperado no obliga a que se adelanten.

En el acto de inauguración se pudo apreciar la incorporación masiva de otras organizaciones sociales que si bien no estuvieron a mediados de la década del 90, fueron participando desde enero de 2006 en adelante, como es el caso del ente matriz de los trabajadores, la Central Obrera Boliviana (COB).

En el discurso de los dirigentes de las organizaciones sociales y en los estribillos de los miles de participantes –estimado en cerca de un millón de personas– resaltaron consignas como: “el MAS es de las organizaciones sociales y no de una persona”, “volvamos a los orígenes del Instrumento Político”; y otras dos ideas fuerza que serían destacadas por el presidente Luis Arce: “este es un acto de refundación del Instrumento Político” y “hay que avanzar hacia la construcción del poder popular”.

El masivo acto en la ciudad alteña no contó con la presencia de Evo Morales, quien fue invitado al congreso pero optó por ausentarse y descalificar la instancia, aunque permitió constatar algo que a estas alturas no puede ser ignorado por un observador político medianamente objetivo: el expresidente ya no tiene control hegemónico de los movimientos sociales, cuyos rastros iniciales hay que hallarlos en el año de resistencia al gobierno de facto de Jeanine Áñez.

La impronta de este evento surgió hace varias semanas con una resolución del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que, a pesar de anunciar que los dos congresos (“arcista” y “evista”) no serían supervisados, en su parte considerativa dejó muy claro que el “evismo” no contaba con el consenso de las organizaciones sociales. Esta resolución fue parcialmente modificada por el TSE, aunque con medida cautelar, ante un auto del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que ordenó supervisar el congreso alteño.

Pero la realidad política no va a cambiar sustancialmente. El quiebre del MAS tendrá sus efectos y uno de ellos es el peligro de que a la derecha le vaya bien en las elecciones generales y, por tanto, se interrumpa la continuidad del Proceso de Cambio que tanto costó conquistar. Para evitar eso hay que seguir pensando en una forma realista de unidad de las dos facciones más importantes del MAS.

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