
Londres-. Julian Assange, periodista australiano fundador del sitio WikiLeaks, está hoy más cerca de la libertad definitiva, tras un acuerdo asumido por sus abogados con las autoridades de Estados Unidos.
El convenio de la defensa con el Departamento de Justicia incluye la declaración de culpabilidad sobre un cargo de violación de la Ley de Espionaje, a cambio de una sentencia equivalente al tiempo ya transcurrido en la prisión de Reino Unido.
Así, tras cinco años de encarcelamiento en el país europeo, el comunicador de 52 años salió la mañana de este lunes de la prisión de alta seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, y en la tarde tomó un vuelo en el aeropuerto de Stanstead para abandonar Reino Unido.
El avión aterrizó en la capital tailandesa, Bangkok, para repostar antes de partir hacia la isla Saipan, perteneciente a las Islas Marianas del Norte, parte del territorio estadounidense en el océano Pacífico, a dónde llegará este 26 de junio.
¿EN QUÉ CONSISTE EL ACUERDO?
De acuerdo con una carta del Departamento de Justicia presentada ante el juzgado, Assange declarará en la mañana de este miércoles ante un tribunal de las Islas Marianas, lugar designado debido a la oposición del periodista a viajar al territorio continental de Estados Unidos.
Según lo dispuesto y aún pendiente de aprobación por un juez, recibirá una condena de 62 meses de cárcel, período que la justicia daría por cumplido con su permanencia desde 2019 en el centro penitenciario británico, donde esperaba la resolución de un pedido de extradición hacia la nación norteña.
De esta manera, el periodista podrá volver a Australia y poner fin a un periplo judicial de más de 14 años por la divulgación de documentos clasificados; solo en 2010 la cifra alcanzó el medio millón de archivos vinculados a las guerras de Washington en Irak y Afganistán. Si bien, el australiano defendió siempre el actuar del sitio WikiLeaks en correspondencia con la libertad de prensa, las filtraciones lo colocaron en la mira de los fiscales norteamericanos, que lo acusaron de conspirar para la publicación ilegal de registros gubernamentales confidenciales.
Sin embargo, el reciente convenio pondría fin a más de una década de litigios en diferentes jurisdicciones del mundo—ya había permanecido siete años en la embajada de Londres en Ecuador— y sinnúmero de peticiones y campañas a favor de su liberación.
Incluso, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, solicitó en varias oportunidades a Estados Unidos la conclusión del caso y, en abril de este año, el propio presidente, Joe Biden, afirmó que lo estaba considerando.
ADIÓS A LA EXTRADICIÓN
Julian Assange y sus abogados consideraban que el proceso contra él asumido por Estados Unidos respondía a motivaciones políticas, inclusive, el periodista acusó a funcionarios estadounidenses de una supuesta conspiración para asesinarlo.
Hasta la fecha, el comunicador australiano enfrentaba 18 cargos, la generalidad incluidos en la Ley de Espionaje, por la publicación de documentos militares y diplomáticos facilitados a WikiLeaks por el exanalista de inteligencia del Ejército norteamericano Chelsea Manning.
El mes último, un tribunal de Reino Unido decidió que Assange podría apelar contra su extradición a Estados Unidos, pues el gobierno de esa nación no había aportado suficientes garantías respecto al otorgamiento de las mismas protecciones de libertad de expresión que un ciudadano estadounidense.
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