Por Carolina Pinto (Economista)-.
Con motivo de cumplirse este año el centenario de la publicación del famoso Veinte poemas de amor y una canción desesperada encontré muy motivador el libro de la boliviana Verónica Ormachea Neruda en su laberinto pasional. Un tema no muy frecuente, puesto que si bien todos recitamos algunos clásicos versos estrellados de Neruda en nuestro medio es inusual escribir sobre la vida de un Premio Nobel, menos aún si es chileno y de añadidura comunista confeso, por lo que me atrevo a presentar una breve reseña de este trabajo, aunque solo soy una lectora frecuente y no una especialista en el tema literario.
Con Neruda en su laberinto pasional Ormachea fue acreedora del Premio Escriduende otorgado a la mejor autora hispanoamericana en la Feria del Libro de Madrid 2023, cuya primera edición la hizo el Grupo Editorial Sial Pigmalión (Madrid) en febrero 2023, y la segunda edición, que es la que comento, fue de Plural Editores (La Paz) en noviembre 2023.
El libro comprende un prólogo, seguido de un supuesto relato de Neruda ante la muerte y siete capítulos adicionales con el transcurrir de la vida del poeta. En el prólogo, el Dr. Villanueva advierte que el texto combina entre la “ficcionalidad de la narración de estirpe novelística y la facticidad de los hechos que corresponden con el género histórico”, lo que denomina bioficción. En términos más sencillos, es una biografía novelada en tanto está basada en la recopilación de información sobre la vida del poeta, mezclada con el aporte de la escritora en la recreación de episodios completos de su vida.
Es un relato ágil que va desde la infancia del vate en Temuco, una ciudad al sur de Chile, hasta su muerte en Santiago en septiembre de 1973 en días posteriores al golpe de Estado militar. La trama se inicia en el Temuco de su infancia y escolaridad, la relación con un padre ferroviario muy duro, una madrastra como Mamadre muy cariñosa y comprensiva, y sus hermanos Laurita y Rodolfo. Su posterior traslado a la capital para cursar estudios de profesor de francés, y su despliegue de relaciones amorosas y vivencias con un grupo de amistades muy versátiles ligadas a las letras y la bohemia. Es en Santiago donde publica sus dos primeras obras: Crepusculario y Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Verónica Ormachea también se introduce en el relato la faceta de Neruda como diplomático en tierras lejanas de Oceanía. Relieva sus importantes amistades logradas en su larga trayectoria como fueron Federico García Lorca, Gabriela Mistral, García Márquez, Vargas Llosa, Alejo Carpentier y otros poetas y escritores de la época.
Sorprende que una autora boliviana se atreva a escribir de Neruda, un personaje de renombre mundial del cual, a lo largo de los años, se han publicado numerosos libros y se han realizado películas y documentales. Neruda hizo de su vida un sinfín de historias que muchas veces tradujo en versos que todos hemos logrado conocer y memorizar. Sus amores fueron los primeros motivos de inspiración de tales versos, después las sensibilidades políticas, así como hechos tan cotidianos y sencillos como la “Oda al caldillo de congrio” plasmada en su Canto General.
La mirada de Verónica Ormachea halla varios personajes de nacionalidad boliviana en la vida del poeta. Es el caso de Patricia, La indomable, quien tenía algo que no tenía nadie: amaba la poesía y recitaba versos de Adela Zamudio diciendo que era la precursora del feminismo del siglo XX; sobrina del poeta y diplomático Ricardo Jaimes Freyre, que fue parte importante de esta primera época en Santiago. Pablo y La indomable se encontraron en la entrega del Premio Nobel en Estocolmo. Además Neruda conoce a las hermanas Núñez del Prado, Marina y Nilda, de la cual se sentía muy atraído como todo poeta apasionado.
Me gustaron algunas anécdotas relatadas por Verónica que desconocía, como una en los años previos a que obtuviera el Premio Nobel. Puesto que se creaba siempre una enorme expectativa y concentración de periodistas en la casa del poeta en Isla Negra cada vez que se anunciaba la nominación del ganador del Nobel, cierto día llegó el Embajador de Suecia con un canasto de flores, caviar y fois-grass justo en el momento en que daban a conocer que el ganador del Premio Nobel de Literatura era… un poeta griego.
La novela biográfica es un recorrer por el laberinto pasional del poeta desde su más tierna infancia hasta su muerte; es un transcurrir de mujeres diversas y divinas, musas para sus versos. No en vano el propio Neruda confiesa: “fui un eterno infiel”, y en algunos casos, lo que no es bueno decir en estos tiempos, un perseguidor de mujeres con o sin versos.
Si bien pierde a su madre al nacer, descubre en su Mamadre cariño y protección, la base para el comienzo de su vida y compensar así la falta de entendimiento con su padre, quien al fin supo apoyar a su hijo para que viajara a Santiago a estudiar Pedagogía en la Universidad de Chile. Si bien no terminó sus estudios, satisfizo su interés por aprender la lengua de los poetas franceses que admiraba para poder traducirlos, como Baudelaire, y abandona la carrera para dedicarse definitivamente a escribir poesía, la que sería llevada pronto a múltiples idiomas.
Fue a través de un amigo con relaciones en la Cancillería, según relata Verónica, que fue nombrado cónsul honorario en Rangún, Birmania –actual Myanmar–, en el lejano sudeste asiático, iniciando así su carrera como diplomático chileno en numerosos países, afianzando la relación con sus amistades alrededor del mundo.
Sus primeros versos fueron publicados con recursos del propio poeta: Crepusculario y posteriormente Veinte poemas de amor y una canción desesperada, con los que se da a conocer y va adquiriendo fama hasta abrazar el Nobel de Literatura en 1971.
Hay que destacar el esfuerzo de Ormachea de mantener el hilo de la historia de manera lo más objetiva posible y con mucho sentido común, para no caer en la cursilería, ni adjetivar, pintando situaciones tan dramáticas como el abandono de Neruda a su primera esposa, María Antonieta Hagenaar, y a su hija Malva Marina, aquejada de hidrocefalia. Tampoco se deja entrever a lo largo del libro un cuestionamiento a sus posiciones políticas como militante del Partido Comunista. Recomiendo este libro, porque es ameno y está bien escrito.
* Cortesía de la revista Correo del Alba – https://www.correodelalba.org
Deja un comentario