La cuarentena que fue decretada en todo el mundo como consecuencia de la pandemia del COVID-19, nos tomó por sorpresa, por lo menos desde este lado del mundo, el occidental, previamente, se pronosticaba una crisis medioambiental como producto del cambio climático: la temperatura global se eleva anualmente, y es que, la temperatura media de la tierra ha aumentado de -0,16 a 1,2 grados centígrados a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero, hecho que, de alguna manera distrajo la atención de una crisis sanitaria y médica de proporciones inimaginables hasta ese momento.
Por lo bajo, se especuló mucho sobre una crisis médica, sobre todo en los países del primer mundo, donde la pandemia era previsible, pero no se hizo nada al respecto, y eso que mucho antes el mundo había lanzado alertas, desde la Estrategia Global Europea de 2016, que alertaba sobre una posible expansión de pandemias graves y virales; paralelamente existen documentos estratégicos nacionales del servicio secreto de los Estados Unidos y del Reino Unido, advirtiendo el mismo problema.
Sin ir más lejos, el Foro Económico Mundial en su informe de riesgos globales de 2019 afirma:
El mundo está mal preparado para amenazas biológicas. Somos vulnerables a impactos potencialmente enormes en las vidas de las personas, el bienestar social, la actividad económica y la seguridad nacional. Las nuevas biotecnologías revolucionarias prometen avances milagrosos, pero también crean enormes desafíos de supervisión y control. El progreso nos ha hecho complaciente con respecto a las amenazas convencionales, pero la naturaleza sigue siendo capaz de «innovar» una pandemia que podría causar daños incalculables. (Mundial, 2019)
La pandemia se difundió de una manera viral, fue muy rápida, llegando a todos los rincones del mundo, con una escala de contagios y una velocidad impresionante, pero, además, los gobiernos de occidente tomaron medidas médicas veloces, pero no del todo acertadas, como recetarios, reducción de la tasa de interés, inyección de la liquidez, compra de respiradores, ampliación de hospitales, terminando en el aislamiento de la población; medidas que modificaron algunas estructuras económicas.
Por todo lo expuesto, en el presente ensayo se propone analizar las respuestas estructurales de los Estados frente a las políticas sanitarias del covid – 19 y el nuevo mundo en diálogo con lo postulado por Thomas Hobbes en su libro “El Leviatán” y del filósofo sub coreano Byung-Chul Han en su artículo “La emergencia viral y el mundo de mañana”.
En la primera parte se analiza la crisis de la globalización y el libre mercado a partir de autores como Franz Hinkelammert, Dario Sztajnszrajber y Claudio Katz. En una segunda parte se analizará la soberanía dentro de un Estado a partir de Juan Bodino, en dialogo con Thomas Hobbes. En una tercera parte se analiza el retorno de la teoría de Thomas Hobbes sobre el Estado post pandemia.
Finalmente, se plantea el devenir Hobbseano en diálogo con Byung-Chul Han, hasta nuestros días, hay algo importante que se tiene que entender, la pandemia marco un antes y un después en el mundo, el mundo en si no volverá a ser el de ayer, ahora esta marcada con nuevos horizontes, que, si bien todavía nos encontramos en una etapa de incertidumbre, para Álvaro García Linera es denominado el “Tiempo histórico liminal”:
Recuperando a Goethe y a Hegel, Marx que llegó a referirse al “espíritu de la época” como el ambiente de expectativas que caracterizaba a la sociedad en un tiempo histórico. (García Linera, 2021).
Cambios de Ciclos
Toda la historia hasta nuestros días han pasado por diferentes cambios de ciclos, eso se lo puede ver de una manera muy marcada en términos económicos, o en sus formas económicas, la forma esclavista, el momento feudal más mercantilista, el momento burgués para asentar el capitalismo como tal, y un momento de quiebre a comienzos del siglo XX con el socialismo como referente moral de la plebe moderna en acción, que era una revelación cognitiva del socialismo como opción realizable, eso cayo con el muro de Berlín para pasar al momento neoliberal y global.
En literatura podemos ver libros como La Divina Comedia de Dante Alighieri, él se adelantó unos doscientos años a la modernidad, pero su libro marca una transición del feudalismo a la modernidad. El Quijote de Cervantes también es una obra de transición, cuando estaba muriendo las novelas de caballería, el feudalismo monárquico español y naciendo el humanismo renacentista, el Quijote es una obra de transición de un mundo que está muriendo y otro que está naciendo. Es el «interegno» de Gramsci, lo viejo que no termina de nacer y lo nuevo que no termina de morir.
Lo que estamos viviendo hoy post pandemia es una transición de la posmodernidad al tecnofeudalismo.
Tecnofeudalismo
Se tiene que entender que estos cambios cualitativos que trajo la pandemia, ha modificado para siempre las estructuras económicas, las estructuras de los Estados, paraque se pueda entender mejor el nuevo orden mundial, habría que puntualizarse con diferentes nuevos conceptos, entre ellos el de Tecnofeudalismo:
El concepto de tecnofeudalismo sugiere que hemos pasado del capitalismo a algo aún peor: una nueva era con inquietantes características feudales. Desde esta perspectiva, los capitalistas dependen ahora principalmente del poder político establecido y de las rentas para extraer capital. De confirmarse, esta forma de extracción feudal representaría un drástico alejamiento de los mecanismos convencionales del capitalismo. (Varoufakis, 2024)
La crisis de la globalización
La globalización como narrativa mundial e ideología de época viene desde mediados de los años 80, con los postulados de la dama de hierro Margaret Thatcher Ex Primera ministra del Reino Unido y el presidente de los Estados Unidos de América Ronald Reagan, despidiendo y aniquilando al Estado de bienestar.
El economista y teólogo alemán Franz Hinkelammert, analiza desde el fin de la segunda guerra mundial la relación globalista mundial:
En 1945 la explosión de la bomba atómica resultó ser la primera arma global, alertaba que la tierra podría ser destruida, en ese momento comenzó a desarrollarse una nueva conciencia de la globalidad de la vida humana y de la existencia misma del planeta, la responsabilidad por la tierra se convirtió en una obligación ética para la vida futura, pero que poco a poco se fue consumiendo esa idea, ya que el capitalismo pudo doblegar esa premisa (Hinkelammert, 2006)
En pleno siglo XXI nos enfrentamos a algo mucho más grande y es el arma de la biotecnología, con la pandemia fue la primera vez que se dio un sacudón tan grande en el planeta, con la claridad de que la globalización aceleró los contagios a través de las rutas comerciales contaminando a todo el planeta.
En relación a esto, el filósofo Darío Sztajnszrajber reflexiona y nos dice:
Siempre que aparecen estas llamadas catástrofes naturales, obviamente ponen en entredicho esa idea moderna de que el ser humano lo puede todo en términos de naturaleza. Hay un primer momento donde la sensación es de cierta perplejidad y de impotencia y que nos devuelve a esa conciencia. De repente, volvemos sobre esa omnipotencia que se nos juega cada vez más, en términos de «lo podemos todo». Y lo otro de lo humano es la naturaleza, por lo cual, ese poderlo todo siempre está claro sobre quién es, quién es el sujeto donde acaece esa voluntad de poder que, claramente, es la naturaleza (Sztajnszrajber, 2020).
Todo este sacudón ha modificado la propia cotidianidad de las sociedades, existe una crisis general de la convivencia humana, hay un enfoque clasista de los fenómenos y procesos sociales que actúan, incluso, como elemento identificador de la concepción sobre la propia sociedad. Países que han utilizado el aislamiento social como primera resistencia frente al virus, generando una relación amigo – enemigo, civilización y barbarie, generando un binarismo en la educación, en las normas que se jerarquizan como estamentos sociales, y que involucran privilegios de clase.
En los Estados existe una sobre-posición desarticulada que implica una diversidad de modos de producción, que en muchos de los casos juega con nuestra convivencia, con la convivencia generalizada, nos aleja, nos confronta, poniéndonos más barreras como humanos. Cuanto mayor es la exclusión de sectores de la población humana, es inevitable la generalización e internalización del comportamiento inhumano de los incluidos respecto de los marginados.
El economista Claudio Katz plantea: “La crisis del coronavirus ha propinado un duro golpe al neoliberalismo. En pocas semanas se ha generalizado una drástica intervención de los estados con alcances superiores al 2008 (crisis financiera). Esa regulación impacta sobre incontables áreas sometidas al proceso de privatización” (Katz, 2020)
En el entendido de que la pandemia ha hecho que los Estados muten, en términos económicos, sociales, culturales, el golpe al neoliberalismo, a la globalización ha hecho que los Estados comiencen a repensar sus modos de producción, con lo que comenzó el viraje hacia el proteccionismo, tratando de cuidar sus empresas nacionales fuera de lo transnacional.
La soberanía de los Estados
Estamos acostumbrados hablar de los Estados nación, de las democracias, de sociedades abiertas, de pluralismo, liberalismo, de gobernanza, etc., todo eso estuvo de moda antes de que llegue la pandemia. Hoy eso ha cambiado, la premisa de que la soberanía reside en el pueblo es cosa del pasado. Post pandemia la soberanía reside en los Estados como planteaba Hobbes.
Exploraremos esto a partir de la obra de Juan Bodino.
La obra de este autor está dividida en seis libros, los temas principales que aborda son el estudio del Estado, las formas de gobierno, la política, entre otras, pero Bodino pasó a la historia como el teórico de la soberanía.
Bodino sobre la soberanía dice:
Quien es soberano de ninguna manera debe estar sujeto al mandato de otros, debe poder dar leyes a los súbditos, y cancelar o anular palabras inútiles en ella para sustituirlas por otras, cosa que no puede hacer quien está sujeto a las leyes o personas que ejercen poder sobre él. (Bodino, 1973)
En los mismos postulados de Bodino se encuentra que
Contrariamente a lo que comúnmente se cree, poder absoluto no quiere decir de ninguna manera poder ilimitado; simplemente significa que el soberano, siendo el detentador del poder de hacer leyes valederas para todo el país, no está sometido a esas leyes, porque no es posible mandarse a sí mismo. Como todos los demás seres humanos, el soberano está sometido a las leyes que no dependen de la voluntad de los hombres, es decir, a las leyes naturales y divinas. (Bobbio, 2004)
Para Thomas Hobbes estado de naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos, de ahí la famosa frase el hombre es el lobo del hombre; es un estado en el que nadie tiene garantía de nada, garantía de su vida, pero para salvar la vida de los individuos de los ciudadanos es necesario someterse a un poder común, que sea tan fuerte que pueda impedir el uso de la fuerza privada, el ciudadano o el individuo sede esa soberanía a un poder más fuerte.
Hobbes niega la diferencia entre esfera privada y pública, una vez constituido el Estado, solamente el Estado puede garantizar con la coacción, con su fuerza, eso significa que es superior a todos los ciudadanos juntos.
El Estado surge de un pacto que los individuos establecen entre ellos, y que tiene el objetivo de obtener seguridad de la vida mediante la sumisión recíproca a un solo poder, el individuo renuncia a su libertad.
Tanto para Hobbes como para Bodino el poder soberano es absoluto, sino lo es, no es soberano, el ser soberano y ser absoluto es lo mismo, aunque el poder soberano de Hobbes es más absoluto que el de Bodino, para Hobbes los límites desaparecen.
El retorno del Leviatán
Thomas Hobbes público su libro el “Leviatán” en el año 1651. El autor plantea que para que los hombres puedan vivir juntos sin caer en la anarquía y la guerra, es necesario un Estado fuerte y autoritario. Para lograr esto es imprescindible establecer una relación de soberanos y súbditos entre los hombres. El monopolio del poder político garantiza la supervivencia de la comunidad, para lo cual es necesario que todo aspecto de la vida se encuentre en manos del soberano.
En pleno siglo XXI, los Estados necesitan tener el monopolio del poder político para poder cuidar a la ciudadanía, se convierte en el soberano y se convierte en Estados autoritarios y totalitarios. En este último tiempo los y las ciudadanas entregan su soberanía al soberano (Estado) para que los cuide de un virus mundial, de una pandemia generalizada, para que les pueda dotar de vacunas o de un seguro, tiene un corte proteccionista.
En esto, el Estado se pone como intermediador, como eje rector, es un regreso a la teoría de Thomas Hobbes, sobre argumentos contractualistas para fundamentar el origen del Estado y sociedad civil, reivindica un modelo autoritario de poder donde propone una gran maquinaria, el Estado, con un sistema lógico-matemático de relojería que centralice el poder político.
En el “Leviatán”, Hobbes afirmaba que “los hombres viven sin un poder común que les inspire gran respeto y acatamiento, se hallan en esa condición a la que se llama guerra; y tal guerra es de todos contra todos” (Hobbes, 2003). Es decir, nos organizamos en una sociedad política sólo para evitar esa guerra de todos contra todos, en pandemia la guerra fue bacteriológica.
El devenir hobbseano
Por todo lo expuesto, Hobbes es uno de los autores más vigentes, su pensamiento político está presente en este tiempo post pandemia, nos ofreció el fundamento de la autoridad absoluta y de la obediencia, los Estados adoptan este comportamiento, cumplir irrestrictamente las normas por salvar la vida, Estados autoritarios y policiacos.
Hoy los Estados han tomado esta forma política autoritaria para el cuidado de los ciudadanos en relación a la pandemia, el Estado se vuelve un soberado omnipotente, donde exacerba su poder frente a los derechos individuales, una forma hobbseana de entender el nuevo mundo.
Para el filósofo subcoreano Byung-Chul Han el análisis de la pandemia en el mundo occidental es una sobreactuación inútil.
Los cierres de fronteras son evidentemente una expresión desesperada de soberanía. Nos sentimos de vuelta en la época de la soberanía. El soberano es quien decide sobre el estado de excepción. Es soberano quien cierra fronteras. Pero eso es una hueca exhibición de soberanía que no sirve de nada. (Han, 2020).
Por otra parte, plantea que el mundo oriental, es decir el continente de Asia pudo controlar de mejor manera la pandemia que en el mundo occidental (Europa), donde se encontraron los epicentros de contagios. Asia tuvo un cambio de paradigma a nivel Estatal que el mundo occidental todavía no se ha enterado, es el tema de la vigilancia, la vigilancia digital, que el big data hoy salva vidas, ya que los Estados comienzan a recopilar datos de los ciudadanos, en términos hobbseanos es entregar la soberanía al rey (Estado).
Entonces, en los países asiáticos existe una vigilancia social, por el intercambio de datos en el internet, telefonías, y autoridades; el ciudadano entrega todos sus datos, ya no existe la protección de datos, en el vocabulario asiático ya no existe la palabra “esfera privada”.
Esta vigilancia digital se ha convertido en lo que hoy conocemos como un Estado policiaco, los Estados asiáticos tienen una mentalidad autoritaria y los ciudadanos son más obedientes. En Asia impera el colectivismo, lo comunitario, no existe el individualismo, la cultura de smitheana del egoísmo.
Además, insiste que deberíamos redefinir el concepto de soberanía en tiempos de post pandemia, hoy el soberano (Estado) es el que dispone de datos, “cuando Europa proclama el estado de alarma o cierra fronteras sigue aferrada a viejos modelos de soberanía” (Han, 2020).
La pandemia del covid-19 se ha convertido en un monstruo global, la globalización del mundo, es la amenaza global, en términos simples la filosofía política de Thomas Hobbes es el pacto social, entregamos nuestra soberanía, nuestra libertad con la esperanza de convivir en paz.
Conclusiones
El mundo del presente es muy confuso, pero dentro de toda esa confusión se rompió el sentido común del sistema mundo neoliberal, las ideas dominantes fueron rebatidas, y genero nuevas vías de construcción de Estado, es un tiempo de construir nuevas certezas, nuevos horizontes, se habla mucho de un mundo multipolar, un nuevo panorama geopolítico, desafiando al mundo unipolar dominado por gran medida por Estados Unidos, que no se había tocado en nada desde los acuerdos de Bretton Woods.
Eso significa ver Estados más proteccionistas, que en el fondo afectan tendencias de inversión, al dólar es decir los países negocian cada ves de forma directa, lo que le resta protagonismo al dólar, la desdolarización en transacciones comerciales, al mercado del tesoro y materias primas, en términos del ensayo más hobbseanas, el patrimonio y la protección es primordial en las economías, se piensa en inversiones que ofrezcan una cobertura contra la inflación.
El nuevo orden mundial, el nuevo horizonte político tiene un carácter hobbseano, de que cada Estado no está dispuesto a limitarse y ha seguir una sola línea sino actuar en función a sus propios intereses nacionales.
Referencias bibliográficas
Bobbio, N. (2004). La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político. México : Fondo de Cultura Económica.
Bodino, J. (1973). Los seis libros de la república. Madrid: Aguilar.
Han, B.-C. (2020). La emergencia viral y el mundo de mañana. Sopa de Wuhan, 16.
Hinkelammert, F. (2006). La globalidad de la tierra y la estrategia de la globalización. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 15.
Hobbes, T. (2003). Leviatán. Buenos Aires : Biblioteca rural Argentina.
Katz, C. (2020). La pandemia que estremece al capitalismo (I). Universidad de Buenos Aires, CONICET, 13.
Mundial, F. E. (2019). Informe de riesgos mundiales 2019 14.ª edición. Ginebra: Foro Económico Mundial.
Sztajnszrajber, D. (20 de abril de 2020). La pandemia terminará, pero estas formas policiales de vinculación con el otro quedarán. (Y. Cybel, Entrevistador)
- Por Sergio Salazar Aliaga: Es estudiante de la carrera de Ciencias Políticas en la (Universidad Nuestra Señora de La Paz).
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