
El fútbol boliviano amaneció hoy viernes de luto tras confirmarse la muerte de Francisco Xabier Azkargorta, el director técnico español que llevó a la selección boliviana a su única clasificación en el Mundial de Estados Unidos 1994.
El estratega, célebre por su bigote característico y su temple sereno, falleció este viernes en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra (este) a los 72 años, tras una prolongada dolencia cardíaca que lo mantuvo en terapia intensiva durante los últimos días.
La noticia irrumpió mientras la selección «Verde» disputaba un amistoso frente al conjunto de la República de Corea, un detalle simbólico para un país que reconoce en el «Bigotón» a uno de los arquitectos de su identidad futbolística moderna.
«Muy triste porque se fue una gran persona. Teníamos la esperanza de que saliera de ese cuadro, pero no se pudo», declaró a la prensa Javier Ávila, colaborador cercano del técnico, tanto en 1993 como en su segundo ciclo en 2012.
Ávila confirmó que el deterioro cardíaco y las complicaciones respiratorias precipitaron el fatal desenlace del ex técnico ibérico.
Azkargorta llevaba más de una década de lidiar con la enfermedad cardíaca, agravada en las últimas semanas, según relató su familia.
El 21 de octubre pasado fue sometido a estudios médicos y se encontraba en trámites para una cirugía mediante la campaña «Corazón sin Frontera», impulsada por la clínica Las Américas y la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno.
Su voluntad, cuentan allegados, era terminar sus días y ser enterrado en la ciudad que lo adoptó desde hacía años: Santa Cruz de la Sierra.
Exfutbolistas, instituciones ligadas al fútbol e incluso personalidades de la política expresan sus condolencias por la muerte del «Bigotón».
Licenciado en medicina y cirugía por la Universidad de Barcelona, Azkargorta siempre destacó por su versatilidad y su aproximación científica al deporte, al llegar a Bolivia con 39 años y después de haber dirigido más de 200 partidos en la primera división española.
Su desembarco en la ciudad de La Paz, la capital boliviana, coincidió con un momento crucial para el país, ya que en 1993 logró lo que parecía inalcanzable, al clasificar a la «Verde» a un Mundial por primera vez de manera directa, hito que lo convirtió en símbolo nacional.
Azkargorta, nacido en Azpeitia, Guipúzcoa, inició su carrera como jugador en la Real Sociedad, pero una lesión en la rodilla lo obligó a retirarse a los 20 años.
Desde entonces se dedicó por completo a la dirección técnica y exjugadores destacan su disciplina, su capacidad de motivación y su personalidad profundamente humana que trascendió los vestuarios.



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