julio 14, 2025

Papelón opositor


Por Oscar Silva-.


La capital del Estado, sede del 171 período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha sido el escenario del rotundo fracaso de la oposición boliviana al querer mostrar a los visitantes y seguramente a través de ellos al continente que en Bolivia se violan los derechos humanos y no se respeta la constitución Política del Estado.

Pero no solo eso, incapaces de lograr de alguna forma sus objetivos estrictamente electorales, no dudaron en mentir y en colocar, incluso en boca de los integrantes de la Comisión, aseveraciones que ellos mismos se encargaron de desmentir, dejándolos en una posición toralmente ridícula.
Aunque todo esto era de prever, pues el discurso del 21F o el Bolivia dijo No, se ha reducido a la agrupación que postula a Oscar Ortiz, ya que el propio Carlos Mesa y la comparsa de taxi partidos ya habilitados para los comicios de octubre, hace rato que se dieron cuenta que en las elecciones deberán enfrentar a los actuales mandatarios y no queda ya ninguna argucia legal.

Un organismo como la CIDH no podía prestarse a esos afanes, mucho menos después de haber constatado in situ la plena vigencia de las libertades democráticas, la actividad de estos minúsculos grupos políticos de oposición en total libertad, la irrestricta libertad de expresión en los medios de comunicación nacionales y regionales, es decir, qué mejor muestra de democracia podían esperar, y fue esa la causa para que no dieran mayor importancia a las demandas opositoras.

Basta recordar las expresiones de uno de los comisionados tras las audiencias con la sociedad civil, Paulo Abrau, que destacó que en esos encuentros ha quedado demostrada la denominación de Estado Plurinacional de Bolivia porque en las visitas han estado representados todos los sectores sociales, localidades del país lo que calificó de “un ejemplo maravilloso de esa pluralidad”.

NI siquiera su planeado show mediático les dio resultados, puesto que la debilidad de su presencia en la capital, la inconsistencia de su discurso, pero, sobre todo, la evidencia vivida por los comisionados de que en Bolivia se vive una plena democracia en el más amplio sentido de la palabra, hicieron que la anunciada presencia opositora no fuera sino un nuevo papelón de los muchos que vienen acumulando.

La CIDH ha dado por concluido el tema en los hechos, aunque seguramente algún trasnochado opositor saldrá de vez en cuando a repetir su agotado slogan, eso ya no debería preocupar.

Lo que si deben preocupar a la oposición, sumando papelones, son hechos como los de Comunidad Ciudadana, donde después de llenarse la boca con la palabra democracia, al primer integrante de su agrupación que se atreva a cuestionar la alianza lo echan. Eso pasó con nada menos que el vicepresidente del FRI, la agrupación de la cual Mesa se sirvió para habilitarse como candidato, ya que ni su aliado Revilla ni mucho menos el propio Mesa, no tenían otra alternativa que prestarse una sigla. Aun cuando todos sabemos que el FRI hace décadas dejó de ser de izquierda, con su clásico oportunismo se subió al frente azulgrana y desde allá monto su estructura dejando de inicio fuera a quienes le prestaron la sigla, es decir inconsecuencia y deslealtad una vez más en el comportamiento de Mesa y sus aliados miristas, embelistas, movimientistas y otros similares. Para no dejar de hacer papelones, pues no le queda otra que hacerse el bailarín o sentarse a comer en un mercado popular, acciones de campana que con seguridad ni el mismo cree que darán resultado, pero que se las imponen sus estrategas.

Ortiz no anda mejor. Claro que el más perjudicado resultó Doria Medina, quien tuvo que ver como las ratas saltaron al ver que el barco hamburguesero se hundía, y quedar solo como el capitán que dejara sus huesos en el fondo del mar. Una andanada de declaraciones de asambleístas de UD no solo ha mostrado que estaban junto a Doria Medina por las pegas, sino que también han puesto en evidencia que Oscar Ortiz no es sino el candidato de las logias y las fraternidades cruceñas y que más allá del radio urbano de esa bella ciudad, ni Ortiz ni su agrupación existe.
De papelón en papelón, así anda la oposición.

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